Pintor cuencano muestra los gestos de angustia de las víctimas de crueldades y opresión, de imperios que no respetan los derechos humanos y someten a través del armamentismo a pueblos y países del planeta. Una exposición solidaria con Ucrania

En ésta y las pinturas que acompañan la presente reseña periodística, el autor intenta reflejar en rostros y cuerpos las penalidades del abuso de las potencias mundiales contra pueblos oprimidos del planeta.

Desnudos humanos deformes, con rostros de resignación, temor, dolor y angustia, denuncian las desigualdades implantadas por el poder político y económico de las potencias mundiales en el destino de la humanidad. En la exposición Muros y Migrantes, en solidaridad con el pueblo palestino, Francisco Quintero Cabrera presentó obras pintadas desde los años 80.

La muestra de más de cincuenta cuadros estuvo en mayo y junio pasados en el Museo de la antigua Escuela Central de Cuenca. El propósito era inducir al público a involucrarse en la realidad dolorosa por la ambición de los países capitalistas de mantener sojuzgados a los pueblos y apoderarse de sus recursos.

Hay potencias –dice- colonizadoras o neo colonizadoras de nuestro continente, de Asia y África, para controlar y aprovechar sus recursos naturales, a costo del hambre y pobreza de millones de seres humanos o de migrantes que se sacrifican por sobrevivir. Con bases militares, tropas y armamentos, protegen sus intereses.

¿Por qué cuerpos desnudos? El artista explica que no es un morbo erótico sino una actitud humana: el cuerpo sin vestiduras muestra a seres despojados, que nada tienen, ni siquiera para perder. Son víctimas de abuso, explotación, injusticia, hambre, violación de sus derechos. Los militares y líderes mundiales están formalmente vestidos. De fondo aparecen muros, rejas de prisión, alambradas y militares uniformados, para separar a la humanidad, luego de las invasiones a Berlín, Viet Nam, Laos, Camboya, Afganistán, Irak, o en la frontera entre México y Estados Unidos.

A la estructura de los muros se suman mecanismos políticos para someter a los pueblos que luchan por su libertad, como el embargo por más de sesenta años a Cuba, dice Quintero, quien, durante la exposición de su obra, fue diariamente al museo a explicar a los visitantes, pues a la actitud de los personajes pintados debía añadir contextualización para interpretar la intencionalidad del artista.
Además, entregó al público un cuaderno que, en diez y ocho páginas, describe la historia de invasiones territoriales y luchas de pueblos víctimas de hostilidades, saqueos, persecuciones y crímenes de lesa humanidad, en el siglo XX y ahora, con la invasión a Ucrania.

 Francisco Quintero, pincel en mano, trabaja uno de los cuadros que incluyó en la exposición recientemente presentada. 

Desde sus primeras exposiciones, en los años 70 del siglo pasado, Quintero presentó temas de protesta social y defensa de los derechos humanos. Miembro del Partido Comunista, acepta la crisis que, como a otros sectores políticos, afecta a su movimiento.

Siempre ha pintado hombres, mujeres y aún niños sin vestimenta, reflejando en sus cuerpos y en sus rostros la inconformidad y protesta por las discriminaciones basadas en el predominio de los poderosos sobre los menesterosos, que han utilizado inclusive armas prohibidas, bombardeos y prácticas de racismo.

Quintero, de 76 años, fue docente 35 años en el colegio Manuel J. Calle de Cuenca. Estudió en la Academia Remigio Crespo Toral de la Universidad y se graduó de profesor de dibujo y pintura en 1976. También estudió Filosofía y Letras y Economía Política. Su primera exposición fue en la Casa de la Cultura del Azuay y desde entonces alrededor de 30 muestras ha exhibido en Cuenca, Quito y otras ciudades del Ecuador. Y sigue pintando, con más tiempo disponible, después de su jubilación en el magisterio hace nueve años.

 

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