La esperanza de vida aumenta a nivel mundial. Hacia 1930 era de 35 años para las mujeres y 33 para los hombres. Hoy son 78 y 75 y ante estadísticas surge la interrogación: ¿Hay políticas públicas para prevenir las necesidades por la extensión de la vida humana?

La ciencia, a través de la medicina, mejora constantemente el estado de salud, que permite vivir más, al punto que hacia 2050 más de dos mil millones de habitantes de la tierra serán mayores de 65 años, según el médico de especialidad geriátrica Saúl Chalco Quezada.

“No hay hogar sin ancianos y es de pedir a la academia que forme médicos geriatras y personal de auxiliares suficientes para atenderlos”, dice el profesional pionero en Cuenca en promover servicios para los adultos mayores, en el Ecuador ocho por cada cien habitantes.

A poco de graduado médico patólogo en 1986, el doctor Chalco se incorporó al hospital del Instituto de Seguridad Social (IESS), donde constató la necesidad de mejorar la atención a los pacientes longevos. También entonces conoció en Sayausí a un cura de iniciativas sociales interesantes, Roberto Samaniego, y entre los dos crearon la organización “Amamos la vida hasta el final”, con programas deportivos terapéuticos, los días jueves, para un sector humano

ignorado más que ahora por los organismos públicos y particulares.

Una vocación personal le inclinó hacia los mayores, desde que en la infancia admiró la bondad y la sabiduría de José Antonio, el abuelo cuyos consejos recuerda, pasadas las décadas, cuando le ha llegado el tiempo de juguetear y compartir con sus propios nietos.

En 2009 aplicó para una beca convocada por la fundación Cervantes, de España, para una especialidad en Gerontología, a la que accedió y obtuvo un título para continuar desempeñándose en esta área médica y social de su preferencia. La gerontología tiene que ver con los adultos mayores sanos y, la geriatría, con los mayores enfermos.

 Hogar Miguel León, primera sede de la Universidad del Adulto Mayor

Ya jubilado, conoció a la monja Patricia Rodríguez, directora del hogar de ancianos Miguel León, en el barrio cuencano San Sebastián. El tema inicial de conversación fue el caso sorprendente de un hombre de 90 años graduado de abogado a los noventa años de edad, en Estados Unidos. ¿Por qué no fundar en Cuenca una Universidad del Adulto Mayor? La iniciativa se convirtió en reto y el 12 de septiembre de 2012 se inauguró el centro geriátrico Aula de la Experiencia, con apoyo de la Municipalidad, el ministerio de Inclusión Económica, la Universidad de Cuenca y profesionales médicos que se sumaron en forma voluntaria a favor de los adultos mayores.

El Director del Aula se percató de que el setenta por ciento de los ancianos son sanos, capaces de aprovechar sus conocimientos y experiencias, así como desarrollar actividades físicas, creativas, deporte, artes, recreación, turismo. La Universidad del Adulto Mayor se inició en el centro geriátrico de San Sebastián con internos del establecimiento y jubilados de diversas disciplinas y actividades.

El espacio insuficiente llevó a buscar uno más amplio, para instalarse definitivamente al otro extremo del centro histórico de Cuenca, en el parque de San Blas, en el local de la Cooperativa Educadores del Azuay. De 2012 a 2019 funcionó a maravillas, con una intensa actividad de maestros y alumnos, hasta que el Covid lo arruinó todo: Los viejitos, tan vulnerables ante la amenaza, se condenaron al encierro. Muchos enfermaron, muchos murieron, y se cerraron los talleres de artesanías, gastronomía, turismo y otros a los que asistían encantadas decenas de personas ávidas de prologar su vida.

La UAM, referente geriátrico nacional e internacional, participó en eventos importantes en Cuba y Colombia, país este último sede en 2018 del Cuarto Congreso Internacional de Envejecimiento, que asignó a Cuenca la próxima cita, que fue todo un éxito en 2019, con más de medio millar de asistentes.

Saúl Chalco ha decidido retomar la Universidad del Adulto Mayor, con apoyo de la Universidad Católica de Cuenca, a través de la facultad de Ciencias Médicas. Se llamará Universidad de la Vida y espera recibir a viejos y nuevos alumnos el año venidero.

DE LOS NIETOS Y LOS ABUELOS


El profesional preocupado por los adultos mayores ha publicado un folleto que es una apología a los hombres y mujeres que, en las postrimerías de su existencia, tienen su propia sensibilidad, sus necesidades, sus proyectos de vida, sus inquietudes, su relación familiar y con el mundo.

El título INUSITADO REGRESO Los abuelos desean hablar, alude al impulso de retorno a la actividad cotidiana con las energías y pensamientos de quienes, pese a la edad, se sienten capaces de ser útiles en el núcleo familiar y social.

Al mundo de los abuelos y los nietos atan vínculos de afecto entre los seres de la infancia con la vida entera por delante y quienes, con pie al estribo, se alistan con serenidad para el viaje inexorable. Los niños son florescencia, los abuelos decadencia, en el camino por el que siempre ha transitado y seguirá transitando la humanidad. La publicación acumula frases y experiencias que llevan al autor a sugerir consejos para aceptar con naturalidad la vejez, así como para que los hijos y nietos acompañen con amor y paciencia a la estación final a sus mayores, donde todos, a su turno, caminarán rumbo al ocaso, de espaldas al lejano amanecer.

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