Portada de la edición conmemorativa de los cien años, del 1 de enero de 2006.
Destacan ilustraciones de César y Jorge Mantilla Jácome, los fundadores.
El 1 de enero de 1906 salió el primer número del periódico EL COMERCIO, cuando la capital del Ecuador tenía 50 mil habitantes y el general Eloy Alfaro era proclamado Jefe Supremo de la República. Ahora se queda con una versión por internet
Luego de más de 117 años de circulación, desapareció en mayo de 2023 la edición en papel de diario El Comercio, cuyo primer número salió el 1 de enero de 1906, bajo la dirección de los hermanos César y Jorge Mantilla Ortega. Problemas laborales y financieros extinguieron la publicación que ha escrito la historia ecuatoriana y del mundo en todas sus manifestaciones por más de un siglo. Desde 2016 tiene una edición digital que seguramente permanecerá en el futuro.
Empezó imprimiendo 500 ejemplares y el tiraje promedio en los últimos tiempos fue de cincuenta mil. Las primeras ediciones costaban cincuenta centavos de sucre y las últimas un dólar. El 1 de enero de 2006, la edición conmemorativa de los cien años del periódico, tuvo 140 páginas en once secciones. Fue una edición histórica que destacó los acontecimientos sociales, políticos, culturales del país en cien años.
Jorge Rivadeneira Araujo (1930-2000), quien tuvo una larga presencia periodística y administrativa, da cuenta del medio, reconstruyendo en una entrevista cómo nació el medio de los más antiguos e importantes de América Latina, en 2016 vendido por herederos de los fundadores a un mexicano dueño de una docena de medios escritos, radiales y televisados de Hispanoamérica. Vale reproducir su testimonio.
¿A qué hora, exactamente, salió diario EL COMERCIO a las calles de Quito, aquel 1 de enero de 1906?
Salió a las 07:00 del lunes 1 de enero. Fueron 500 ejemplares de cuatro hojas, en formato estándar, que empezaron a repartirse desde la Plaza Grande. En esos tiempos la capital ecuatoriana tenía 50 000 habitantes aproximadamente y hasta el norte llegaba solo hasta La Alameda.
¿De dónde salieron los diarios?
Del local que los fundadores, los hermanos pillareños Carlos y César Mantilla Jácome, arrendaban en la calle Chile, a 30 metros del actual Palacio Municipal, bajando hacia la calle Guayaquil. Era un local de 100 metros cuadrados en el cual funcionaba la Tipografía El Comercio, que entró a funcionar el 11 de noviembre de 1905 para imprimir anuncios comerciales.
¿Cómo se imprimieron los ejemplares del primer periódico?
Con la prensa Monona que los hermanos Mantilla trajeron de EE.UU. para montar su Tipografía. Ahí se imprimía en papel traído de EE.UU y de Chile. Uno de los talleristas fue Luis Mameaux. Aquella máquina se movía a manivela.
¿La venta del primer número fue buena?
Como era un diario nuevo, en el contexto de muchos periódicos fugaces y de carácter político, de EL COMERCIO se vendieron pocos ejemplares, a cinco centavos de sucre cada uno. Hubo cuatro voceadores y un repartidor a caballo. Asimismo los hermanos Mantilla Jácome regalaron ejemplares a personajes influyentes de entonces para que conocieran el proyecto periodístico diferente que proponían.
¿Y Cómo funcionaba la publicidad?
Los primeros anuncios en el Diario fueron gratuitos, hasta despertar la atención de una clientela más amplia.
¿El equipo fundador trasnochó el 31 de diciembre de 1905 hasta cerrar la edición?
No. Ya o tuvieron listo con previsión. El Diario incluyó su prospecto editorial, un deseo de buen año al país, notas culturales y reproducciones del número inicial de Primicias de la Cultura de Quito, de Eugenio Espejo. El proyecto del Diario se remontó un año atrás, cuando los hermanos Mantilla hicieron el pedido de la maquina. 17 personas, entre directores, cronistas, talleristas y repartidores, lo sacaron adelante.
Jorge Rivadeneira, en una entrevista, reconstruyó la etapa fundacional y de los primeros tiempos del periódico. |
¿Quiénes fueron las primera plumas de diario que nació en 1906?
El director fue el escritor ambateño César Monge, liberal, amigo de los hermanos Mantilla y también del genera Eloy Alfaro. Hubo tres cronistas. Ellos fueron compañeros de las aulas de Derecho de don César Mantilla: Alberto Gómez, José Ponce y Francisco Miño. Todos eran jóvenes que no superaban los 30 años de edad.
¿Cuál fue el capital inicial que empujó a la empresa?
Hubo cuatro socios fundadores: los hermanos Mantilla Jácome, Celiano Monge y el médico dentista Humberto Mata. Cada uno aportó mil sucres.
¿Le afectían EL COMERCIO las convulsiones políticas de la época?
Sí, mucho. La madrugada del 1 de enero estalló en Riobamba la sublevación contra el presidente Lizardo García que proclamó a Eloy Alfaro como jefe supremo de la Nación. En pleno baile de Año Nuevo, en el Palacio de Gobierno, llegó un telegrama del general Emilio María Terán, en el cual se informaba sobre el hecho. Al principio se creyó que era una inocentada. Sin embargo, pronto cundió la angustia en Quito.
¿Qué hicieron los hermanos Mantilla en esa circunstancia?
En un escenario tan confuso decidieron que un diario que estaba naciendo, por lo pronto, no podía continuar, ya que había mucha información contradictoria y una gran movilización social. En ese contexto, EL COMERCIO no se publicó el 2 de enero y volvió a las calles recién el lunes 29. En el intervalo, el 17 de enero, el Diario perdió a su director, pues ese día el general Eloy Alfaro entró en Quito y lo primero que hizo fue nombrarle a Celiano Monge como su secretario particular.
¿Y cómo reaccionaron los lectores?
En la primera plana de la edición del 29, EL COMERCIO explicó con responsabilidad sus razones, en especial la salida acordada y diplomática de Celiano Monge de la dirección editorial. Además, este medio, hasta consolidarse, no tuvo una periodicidad estrictamente diaría.
¿Monge se fue con su capital?
Él lo vendió a los hermanos Mantilla y pronto el doctor Mata hizo lo mismo, hasta que la empresa periodística quedó bajo la administración directa de la familia.
Usted, como historiador del Diario, ¿cómo cree que se proyecta la posición de EL COMERCIO, a partir de ese tenso 1 de enero de 1906, al paso de 100 años de periodismo?
Es un ejemplo de tenacidad y de prudencia de los hermanos Mantilla. De compromiso con el progreso del Ecuador sustentado en la actividad comercial y el libre pensamiento.