La vida ajetreada nos aleja del presente y no lo disfrutamos, hacemos las cosas mecánicamente y no ponemos el corazón y la pasión necesaria y damos más importancia a determinados asuntos, buscamos el equilibrio y es esquivo, nos prometemos cosas y seguimos repitiendo que algún momento lo haremos, privilegiamos cosas materiales para, al fin, como dice Sandro de América, la vida sigue igual…
Nuestra vida está llena de decisiones, desde el momento que despertamos, optamos por realizar alguna actividad antes de ir al trabajo, calculamos los tiempos que usaremos en la ducha, vestirnos, desayuno, y de esto dependerá la prisa que tendremos al momento de movilizamos para poder llegar a nuestro trabajo. Recordamos que en ese trayecto hay cosas que dependen de nosotros, manejar bien, estar atentos, no distraernos con el celular cuando el semáforo se pone en rojo, y otras en cambio como la marcha normal del vehículo o transporte, el tráfico, el humor de los conductores y sus prisas o calmas, no dependen de nuestra voluntad y acción, peor las podemos planificar o advertir. Nos damos cuenta entonces que será nuestra actitud, nuestras habilidades blandas las que nos proporcionarán las herramientas necesarias para que las cosas no influyan más de lo estrictamente necesario, caso contrario nos arruinarán el día y esto podrá tener repercusiones en lo que vamos a ejecutar.
La vida ajetreada en ocasiones nos aleja del presente y ya no lo disfrutamos, hacemos las cosas mecánicamente y no ponemos el corazón y la pasión necesaria, nos distraemos con facilidad y damos importancia más de la que tienen a determinados asuntos, buscamos el equilibrio y nos es esquivo, nos prometemos cosas y seguimos repitiendo que algún momento lo haremos, privilegiamos seguir obteniendo cosas materiales, para que a la final, como dice la famosa canción de Sandro de América, la vida sigue igual.
En la Universidad de Cuenca se han receptado los exámenes a los estudiantes que aspiran ingresar a las distintas carreras, la nota final estará distribuida en un promedio equitativo, 50% para lo que obtuvieron en el colegio y 50% del examen de admisión. Como ustedes pueden observar, esto es objetivo y medible, podremos saber quienes obtuvieron las mejores notas y por lo tanto accederán a los cupos disponibles. Con los resultados, podrán evaluar determinadas decisiones de su vida, cómo se prepararon en el colegio, cuál fue su mejor esfuerzo, cómo repercutió en sus estudios el profesor o profesora que les alentaba, que comprendía las situaciones personales y de grupo y les invitaba a ponerse en la posición del otro para que puedan ver la situación desde la integralidad, o cómo las clases que problematizaba una situación, proponía el debate y guiaba a encontrar las mejores soluciones, fue lo que marcó su forma de estudiar y enfrentar los problemas de la ciencia y la filosofía; pero también, cómo se autoformó respecto a sus capacidades interpersonales, cómo las ejercitó y trabajó en el trato y las relaciones con los demás, cómo consigue adaptarse a los cambios y trabajar en equipo, ser propositivo y solucionar antes que problematizar, empoderarse de valores y luchar por su plena realización, como la justicia y la verdad.
En nuestros tiempos, preparar una hoja de vida significaba destacar nuestras habilidades técnicas, preparación profesional, cursos, estudios, dominio de idiomas, iniciando el manejo de aplicativos en computadora, y todo aquello que pueda demostrar que estamos aptos para ocupar el cargo. No se nos ocurría que podíamos resaltar la forma que comunicamos nuestras ideas y la escucha activa que ejecutamos cuando nos relacionamos a efectos de poder demostrar liderazgo, nuestras habilidades para motivar y potenciar las de los demás, la forma que planificamos para cumplir las metas y cómo esto podía incidir en la organización, nuestra capacidad de ser flexibles ante las circunstancias y de adaptarnos a los cambios, las herramientas que podíamos utilizar para negociar con eficiencia, encontrar el ganar-ganar, el saber que debemos hacer el bien por el bien, sin que nuestras acciones estén condicionadas a que la gente haga algo por nosotros para poder actuar.
Las habilidades blandas nos permiten observar, la falta que hacen cuando concurrimos a requerir un servicio o producto y no nos escuchan, no ayudan a encontrar la solución, por el contrario, les encanta problematizar y sienten satisfacción que la gente tenga que regresar otra vez, jamás se les ocurre colaborar con un compañero a pretexto de que no le pueden dar ganando el sueldo, les encanta criticar, son parte del problema antes que de la solución. Hoy le toca a Usted preparar su hoja de vida: ¿qué habilidades blandas destacaría?.