Las neurociencias permiten suprimir o disminuir la intensidad de los dolores en el cuerpo de los pacientes, mediante procedimientos psicológicos y recursos técnicos capaces de reprogramar los estímulos del cerebro humano

 Paúl Vicuña, médico cuencano especializado para tratar problemas del dolor

Hay personas habituadas a dolores y molestias crónicas de salud, consideradas incurables, a las que un tratamiento científico adecuado les permitiría normalizar por completo, o casi por completo, sus condiciones de vida: es el campo médico de las neurociencias.

El cerebro tiene sensores que ordenan el comportamiento de todo el cuerpo humano y a través de la neuromodulación se puede actuar en él con técnicas de estimulación. A quien le han amputado una extremidad siente dolerle el miembro que no tiene: es un dolor fantasma que puede eliminarse para liberar al paciente de su sufrimiento.

Los avances de la Medicina en el siglo XXI han alcanzado niveles insospechados en beneficio de los seres humanos, al punto de darse casos de alivios que hace no mucho tiempo se los habría considerado milagros y ahora son habituales.

Paúl Vicuña Serrano, graduado en Sicología en 2018 en la Universidad del Azuay y doctorado en 2022 en Neurociencias en Porto Alegre, Brasil, anda por esos caminos y explica lo que hace en Cuenca, su ciudad natal, atendiendo a pacientes que se interesan por experimentar de sus conocimientos en la especialidad.

La intervención se realiza con equipos de estimulación transcraneana de corriente continua (TDCS, en inglés) y de corriente alterna (TACS). La electricidad es la fuente de energía aplicada al paciente, pero ya mismo incorporará sistemas accionados por fuerza magnética, otro de los avances recientes para los procedimientos, que no son quirúrgicos.

Los casos más frecuentes son de quienes buscan aliviar dolores causados por afecciones neurálgicas, del nervio trigémino en el rostro, fibromialgias, migrañas, herpes zoster, tinnitus (sonidos en el oído), esquizofrenia, bipolaridad, neuropatías y otras. También se hace tratamientos para mejorar la atención mediante reprogramación en las partes del cerebro que estimulan el conocimiento. El cerebro es un órgano flexible: su plasticidad permite la neoromodulación, explica.

El tratamiento para aliviar los dolores incluye la exploración sicológica del paciente. Las afecciones crónicas causan efectos secundarios que acumulan como bolas de nieve una variedad de disfunciones como las laborales, la relación de pareja, problemas de nutrición, alteración del sueño, depresión, aislamiento. Sus efectos son muy críticos en el ámbito psicológico y la relación social. Las técnicas de neuromodulación más la exploración sicológica ayudan a superar esos síntomas que, en extremo, pueden conducir al suicidio. Al paciente se le puede poner en una condición de trance –no de inconsciencia- que permita reeducar el comportamiento cerebral. Para ello hay que contar con la aceptación del enfermo, al que se explica, respetuosamente, el procedimiento.

Las neurociencias permiten suprimir o disminuir la intensidad de los dolores en el cuerpo de los pacientes, mediante procedimientos psicológicos y recursos técnicos capaces de reprogramar los estímulos del cerebro humano

Algunas enfermedades neurodegenerativas sometidas a los procedimientos hacen que el paciente estabilice su salud, pues aún no es posible lograr la curación total de casos de alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple y similares. En todo caso, sí se obtienen logros importantes para mejorar la calidad de vida.

 Paciente sometido a estimulos eléctricos en el cerebro.

Explica el doctor Vicuña que el dolor es un mecanismo de defensa, pues alerta una alteración para buscar protección y alcanzar la curación. Pero a la terapia contra el dolor se oponen casos de pacientes con bajos niveles de sensación frente a los dolores, lo que constituye un riesgo, pues reaccionan a destiempo en el tratamiento de dolencias que pueden ser urgentes. Si las fibras dolorosas no se accionan oportunamente, el paciente acudirá al médico cuando ya es tarde y su tratamiento se complica. Alguna vez conoció de una dama que sufrió lesiones graves en sus manos luego de sostener un recipiente ardiente de cocina, sin sentir que se quemaba.

Por ello, advierte la necesidad de los dolores para avisar la presencia de una anomalía en cualquier parte del cuerpo. La terapia del dolor no ha de ser un mecanismo para simplemente eliminar el dolor, lo que engañaría al paciente manteniéndole ocultas sus afecciones. La neuromodulación va más allá de los síntomas, para encontrar el origen de una situación dolorosa y tratar de remediarla.

El profesional se mantiene en constante formación y actualización de conocimientos. Su centro de trabajo médico tiene como nombre Hexa. ¿Por qué? Deriva de hexágono, la figura geométrica en la que se representa la forma molecular considerada la estructura más fuerte de la naturaleza, pues tiene seis lados, seis vértices y seis ángulos internos. En Hexa ejerce su profesión de psicólogo, de doctor en Neurociencias y especialista en el tratamiento del dolor y cuidados paliativos. Además, es docente del Instituto de Neurociencias de la Universidad Católica de Cuenca y está vinculado a la fundación Hogar del Ecuador.

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