El rótulo ‘Legal Sea Foods’ junto al nombre del restaurante responde a una alta exigencia por parte de las autoridades portuarias y de la sanidad que se encargan de evaluar constantemente la calidad del producto que usan los cocineros.
Existen en la bella ciudad de Boston (Massachussetts), gran variedad de restaurantes donde se puede pedir marisco con una amplia gama de opciones: pescado, pulpo, camarón, etc. La preparación, igualmente, es variada puesto que se ofrece platos cocidos al vapor, fritos, al horno. Sin embargo, este atractivo que pareciera ser común a otras ciudades ubicadas en la costa Este de Estados Unidos, adquiere un perfil mucho más exigente cuando se trata de Boston.
De hecho, llama la atención el que muchos de los restaurantes tengan el rótulo ‘Legal Sea Foods’ junto al nombre comercial. Este es precisamente el aspecto que hace de los mariscos un negocio diferente del resto de establecimientos de alimentos preparados incluso en el resto del país.
En agosto pasado justamente, tuve la oportunidad de una estancia en Boston y aproveché para probar esa comida de la que tanto me han hablado mis amistades provenientes de Massachussetts. Ciertamente, es indiscutible la frescura que caracteriza al marisco en los distintos restaurantes, de manera que se puede apreciar un sabor que no se suele encontrar en ningún marisco cuando ya ha sido congelado para su transporte lejos de su lugar de origen.
Ahora bien, el rótulo ‘Legal Sea Foods’ junto al nombre comercial del restaurante responde a una alta exigencia por parte de las autoridades portuarias de Boston y de la sanidad que se encarga de evaluar constantemente la calidad del producto que usan los cocineros en los restaurantes. De hecho, adquirir tal permiso para incluir la leyenda ‘Legal Sea Foods’ requiere que el restaurante pase por varias pruebas en las cuales demuestra que, efectivamente, cada día compra el marisco a primera hora en el puerto. El marisco debe tener la característica no de haber sido conservado en los frigoríficos, sino de haber llegado al puerto en una de las embarcaciones que arriban de madrugada con su producto pesquero. Es decir, literalmente se trata de adquirir el producto que vino desde el mar y transportarlo directo al restaurante para ser preparado al día.
Por lo mismo, el producto comprado no debe congelarse para uso posterior porque, de ser así, el restaurante pierde su permiso para comercializarse como sitio aprobado con el rótulo ‘Legal Sea Foods’. Por supuesto, la autoridad hace un control permanente a los restaurantes que ejercen su labor mediante este permiso, puesto que la calidad que ofrecen se considera superior y, por supuesto, los precios igualmente representan este estándar de calidad.
Inicialmente, este estándar se originó a principios del siglo XX cuando un restaurante operado por un grupo familiar se impuso sobre los otros en la ciudad al ofrecer de manera garantizada la frescura diaria de su marisco. Sin embargo, con el tiempo, muchos otros restaurantes se vieron en la necesidad de ofrecer el mismo estándar de calidad para ser competitivos mientras aprovechaban la cercanía de sus establecimientos con el puerto. Así, con el tiempo, la ciudad se vio obligada a estandarizar permisos y conceder licencias a aquellos restaurantes que sirvieran a sus clientes bajo dicho riguroso control. Esto, a fin de diferenciarlos de aquellos que adquieren su marisco en el puerto cuando ya ha sido congelado. De esta forma, hoy existe la marca original, que se conoce como Legal Sea Foods Inc.; aparte, existe el permiso que otros restaurantes, no pertenecientes a la familia de la marca, adquieren para acompañar su nombre comercial. La diferencia está en el aspecto de ‘Inc.’, que es el que pone en evidencia a la marca como tal.
Esta posibilidad definitivamente ha hecho de la comida de mar uno de los iconos de la ciudad de Boston y, por supuesto, una de las grandes atracciones para el turista que no puede pasar por dicha localidad sin probar lo más típico de su gastronomía.
Desgraciadamente, la pandemia obligó a muchos restaurantes que se enorgullecían de ofrecer ‘Legal Sea Foods’ a bajar de nivel su producto para evitar el cierre. La buena noticia es que, al estar Boston en la costa, inclusive el marisco congelado tiene un sabor exquisito y los precios son más accesibles. Pese a todo, existen restaurantes que siguen sirviendo bajo el permiso ‘Legal Sea Foods’ y probablemente son los que van a permitir que Boston no pierda esta estampa propia de su comida de mar.