Presentación de la obra: interviene el académico de la lengua Simón Espinoza. Al fondo, la imagen del autor, cuya intervención fue virtual. A la izquierda del presentador Marco Tello hijo, en representación de su padre, en Quito.
Simón Espinosa Cordero – Académico de la Lengua, crítico de cultura y arte, periodista, maestro y escritor- presentó en Quito el libro “CUENCA DOS SIGLOS DE POESÍA Una mirada crítica”, de Marco Tello, publicado por el bicentenario de la independencia de Cuenca por la municipalidad y la Universidad del Azuay
Está escrito por un filólogo sabio, siempre al día, muy trabajador, de personalidad sensata, humilde, modesta, muy lejos de los críticos tipo pavo real con plumas de metalenguaje oscuro, pretencioso y pura pompa de jabón”, dijo Espinoza el 19 de diciembre pasado en el Centro Cultural Metropolitano, al clausurarse la Feria Internacional del Libro.
Páginas introductoras de la voluminosa obra de investigación literaria.
“Es un primor por su arquitectura. Basado en la filosofía de la perspectiva de que las circunstancias del lugar y tiempo son básicas para el conocimiento, adopta el método de las generaciones, para situar en lapsos de treinta años y en constelaciones determinadas a quienes han poetizado. De esta suerte logra meter a todos los poetas líricos cuencanos, en sentido lato, desde el primero en 1714 hasta los de 1954 a 1983, estos últimos del tiempo de la liquidez y de un mundo extraño… Son 143 poetas dignos de ese nombre, una gran cordillera con cinco cumbres altísimas, muchos volcanes de fuego, nudos fragorosos, colinas cárdenas y plateadas. Un paisaje excepcional introduce este trabajo clasificatorio desde una visión de la cultura universal con un prodigioso explicar de los cambios culturales del siglo XX al XXI. No se trata de una antología, sino de un análisis crítico”.
Espinoza Cordero comentó la obra en sí y los espacios y tiempos de creación poética cuencana en los dos últimos siglos: “Dilucida magistralmente el porqué del desprecio de la crítica contemporánea a la poesía cuencana del último tercio del siglo XIX hasta los años 40 del siglo XX. La hoya del río Paute y sus afluentes es un paraíso en cuya mitad está Cuenca; durante 120 años o más viajar de Cuenca a Quito tomaba tres semanas y a Guayaquil una, todas semanas peligrosas. Cuenca tuvo tren por poquísimos años y en época tardía.
Estas circunstancias determinaron un aislamiento respecto de los centros de poder y en consecuencia dieron pie a una autonomía económica suficiente de pequeños hacendados, pequeños productores, intenso catolicismo parroquiano, estamentos sociales injustos, pero menos acentuados que en otras regiones del país”.
“La comarca era patriarcal, con aptitudes musicales dados los ancestros sefarditas y por lo mismo con sentido del ritmo. Cuenca era pues un enclave de poesía y lírica bastante desconectado de las corrientes de la evolución de la poesía occidental que llegaba con más retraso que a Guayaquil y Quito, a donde también llegaban con retraso.
“ En páginas de verdadero análisis sociológico de la literatura Tello desmenuza tales circunstancias y las ilustra con el ejemplo de la coronación de Remigio Crespo Toral en 1917, en que recrea con maestría este espectáculo único que resulta para hoy anticuado e irónico en sí mismo y que muchos críticos por prejuicios no entendieron. Será, reconocemos, una poesía localista pero es un hecho cultural importante y hermoso que en tan difíciles circunstancia haya habido tanto afán de trascendencia cual de un ave de alas rotas con el instinto nato de volar. De modo que no hay por qué avergonzarse de la poesía mariana y lírica de Cuenca en ese aislamiento, sino más bien enorgullecerse de que hubiese tanto poeta en ese ambiente”.
Simón Espinoza destaca “El acierto del análisis crítico de los poetas principales y las palabras certeras para los de segunda y tercera importancia. No se trata de un análisis puramente estilístico, pero es acertado, objetivo. Tello posee las herramientas de la retórica, la cualidad de comparar tiempos y lugares, sabe de cultura e historia, de escuelas y tendencias, pero sobre todo posee una nariz fina para ver lo que vale… Fabrica un análisis abierto, comprensivo, muy atento a la gran poesía de la mujer azuaya contemporánea y avanza hasta la generación de 2014, con generosidad, comprensión y un darse cuenta de que corren tiempos nuevos y nuevos modos de poetizar más comprometidos con la política, la sociedad y la injusticia pero sobre todo más destructor de ídolos y tradiciones, más creativo y también más extraño”.
El académico Espinoza se refiere “a los poetas del mundo líquido de la decena 1970-1980, del ecologismo, y del 80 a los 90, de la revolución digital, que va multiplicándose y renovándose como la aurora de un mundo nuevo y también como un virus que afecta a la reflexión de las masas y las vuelve más avezadas a pensar con el dedo y el celular, faltas de trascendencia, de la soledad interior donde se forjan la verdadera poesía y la verdadera humanidad”.
El presentador terminó relievando la formación del autor, licenciado por la Universidad de Cuenca, doctorado en Filología por la Universidad del Azuay, con especialización en docencia universitaria, “docencia en la que hay muchos sabios que viven en la torre de marfil, que no enseñan, se exhiben -dijo- y con importantes libros publicados”.
CUENCA DOS SIGLOS DE POESÍA Una mirada crítica tiene el respaldo bibliográfico de 329 títulos: “Es un monumento a la cultura, un tesoro de poesías, un manual de consulta para profesores del ramo en la secundaria, en la universidad, maestrías y posgrados. ¿Por qué no lo han hecho a Marco Tello académico de la Lengua? Yo voy a pedir en seguida que lo hagan…”, dijo el presentador, calificándose en medio de aplausos como “Un vejestorio de 93 años bien cumplidos y mejor vividos”.