Es una de las estaciones de esquí más grandes del mundo, de atracción especial para turistas que van a los Emiratos Árabes, cuyo territorio está dominado por los desiertos. La superficie esquiable es parte del Mall of the Emirates, segundo centro comercial más grande del mundo.

Criticado por muchos al considerarse una atracción que atenta contra el concepto de sostenibilidad y de protección de especies en su hábitat, Ski Dubai es sin duda para sus residentes más que una atracción. Es decir, para quienes visitan la ciudad como turistas, Ski Dubai es un parque de atracciones con nieve, propicio para escapar al calor del desierto sobre el que se asienta. Al vivir allí, sin embargo, Ski Dubai es quizá para muchos una necesidad: es una forma de rememorar el sitio que otrora fuera el hogar, sobre todo para quienes vivimos antes en lugares donde las estaciones son bien marcadas y, por lo tanto, el invierno con nieve es parte de la vida cotidiana. Obviamente, en mi caso, no me refiero a Cuenca (mi ciudad natal), me refiero a la ciudad de Denver, donde la nieve y las actividades adyacentes a la misma son parte de la cotidianidad durante el invierno.

Así, Ski Dubai es un parque de atracciones que recrea las montañas nevadas donde se puede esquiar. Si bien su extensión se limita a 4.500 metros cuadrados, la rampa para esquiar permite una velocidad de 40 kilómetros por hora para deslizarse colina abajo a una altura de 150 metros. Es obvio que no se compara a la práctica del esquí en la naturaleza pero, como he dicho, cuando se vive en el desierto, hay que encontrar formas de recreación que si bien es cierto son artificiales, proveen sin embargo de entretenimiento a muchos.

La estructura sobre la que se asienta Ski Dubai se mantiene a -4 grados centígrados todo el tiempo. Para quienes no disponen de equipo para esquiar, el parque cuenta con el servicio de alquiler no solamente bastones de esquí, cascos, tablas para quienes las prefieren a los bastones, sino toda la indumentaria requerida: malla, ropa térmica, guantes, botas. Para quienes no deseen subir la colina, existe un teleférico, tal cual en los parques de esquí de verdad.

Para quienes no saben esquiar, hay clases disponibles e incluso se puede optar por bajar la colina en un balón gigante transparente o simplemente deslizarse por los toboganes.

En la cima de la colina hay una pequeña cabaña donde es posible servirse un chocolate caliente y otras delicias propias de los lugares fríos. Resulta interesante que se ofrecen postres propios de Alemania, Estados Unidos, Francia y otros sitios que albergan parques naturales para esquí. Esto, sin duda, se hace con el fin de apelar a las varias nacionalidades que llegan a la ciudad cada año. Para explorar, hay también una cueva de hielo desde donde se puede observar el parque entero.

Más allá de los atractivos de orden recreacional, las protestas contra el parque fuera de Emiratos Árabes se han centrado en el daño ambiental que la ciudad hace debido al uso poco eficiente de energía en el parque, pues no es energía sustentable al no ser compatible con los recursos disponibles en el desierto, que son muy limitados. Fuera de eso, los activistas encuentran gran motivo de preocupación en la alta emisión de gases efecto invernadero que el parque produce, pues utiliza gas natural para generar electricidad, con un equivalente que se traduce en 900 vuelos entre Dubai y Munich por persona que visita el parque anualmente. Es decir, para un espacio relativamente pequeño, la emisión de gases invernadero es razonablemente un motivo de preocupación.

Fuera de la temperatura bajo cero del parque que requiere tanto uso de energía, se le critica al parque debido a que alberga una familia de pingüinos cuyo propósito es entretener a los visitantes, quienes pueden no solamente fotografiarse con ellos sino incluso acariciarlos. Esto ha hecho que muchos activistas a favor de los derechos de los animales levanten su protesta pública contra los administradores y propietarios del parque. Sin embargo, la atracción continúa al servicio del público y no parece factible devolver a estos pingüinos a su hábitat natural.

Muchos opinan que, inclusive, no tiene sentido gastar dinero visitando un parque artificial cuando los parques naturales para esquí están disponibles a precios mucho más asequibles y con la ventaja clara de que son simplemente naturales. En todo caso, Ski Dubai lleva ya diecisiete años en funcionamiento y sigue atrayendo tanto a residentes como a extranjeros; será porque la nieve es una de esas cosas que todo ser humano quiere tocar aunque sea una vez en su vida.

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