El Puente del Centenario es la obra pública de mayor recuerdo por el primer siglo de independencia de Cuenca en 1920. Pero en este 2020, del segundo centenario, hay uno mayor: cuatro días de puente vacacional!

La pandemia no importa, todo por la Patria Chica. Ya veremos cómo se alarga la curva de contagios en la segunda quincena novembrina. Qué miedo… y faltan las mascaradas con mascarillas de fin de año.

Acaso habrá que pedirle auxilio al Zar Nicolás, de Venezuela, que anunció con su sabiduría científica que en su país se está madurando un remedio contra el Covid-19 que sorprenderá al mundo.

El pueblo del hermano país ya no morirá por el coronavirus, sino por el hambre. ¿Qué será peor? A lo mejor lo primero.

En algunas ciudades del Ecuador se cerraron los cementerios el día de difuntos, para que los finados no se contagien del virus. ¡Y esos camposantos lucían muertos!

El Covid es cosa seria, pero invita a las bromas. Por él descubrimos que las orejas humanas parecerían haber sido destinadas casi exclusivamente para contener las mascarillas. ¿Dónde las colgaríamos de no tenerlas? Son útiles hasta para los sordos.

Las mascarillas, por otra parte, han servido para que no sean visibles en la TV los rostros de tantos caritucos que lucen sus candidaturas sin el resplandor de las sonrisas.