El doctor Molina en una disertación institucional, con la mascarilla. |
Desde que apareció hace más de diez meses el Covid-19 en China, los infectados bordeaban cincuenta millones de personas en el mundo al finalizar noviembre y los muertos a un millón doscientos mil seres humanos. El contagio sigue y una vacuna salvadora no parece próxima. En el Ecuador los contagios a fines de octubre pasaron de 160 mil y alrededor de trece mil los fallecidos.El virus desconocido no da tregua. Pese a todo, más de veinte y ocho millones de personas en el planeta y ciento cincuenta mil en el Ecuador se habrían recuperado.
El Coordinador de la zona 6 del Ministerio de Salud, Julio Molina Vázquez, con jurisdicción en Azuay, Cañar y Morona Santiago, habla de las experiencias de su actividad riesgosa, profesional y sacrificada, en la lucha contra una pandemia que a más de afecciones de salud y muerte causa pérdidas económicas y estragos en la vida cotidiana de los habitantes del mundo.
¿Hubo una crisis de salud comparable en el Ecuador?
Esta pandemia es completamente distinta a otras emergencias sanitarias ocurridas en nuestro territorio, solo el cólera ha podido movilizar contingentes de salud como lo ha hecho el Covid-19.
¿Los momentos más difíciles en su jurisdicción?
Cuando la ciudadanía se desbordó en las celebraciones del día de la madre, día del padre, grados, ya que ello significó un esfuerzo adicional, no solo desde la Coordinación Zonal 6, sino desde cada uno de los establecimientos de salud, tanto en el primer, como en el segundo nivel de atención, especialmente nuestros hospitales centinelas, por el incremento de casos y la falta de responsabilidad y conciencia de la población.
¿Qué logros destaca en su zona?
Para responder a la transmisión comunitaria y apoyar a la red de servicios en la contención, respuesta y mitigación, se han cumplido distintas acciones en las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago, incluso antes de que la pandemia llegue a la zona. La planificación y coordinación entre procesos zonales, distritos, establecimientos de salud y hospitales, ha sido clave. Cumpliendo el plan, hay un permanente control de la disponibilidad de medicamentos e insumos en los establecimientos de salud; se han realizado visitas para comprobar el cumplimiento de los protocolos y lineamientos establecidos por el MSP, entrega de prendas de protección para todo el personal de salud; se ha dado continuidad de la Mesa Técnica N°2 de Salud, así como la ejecución de actividades edu-comunicacionales enfocadas en la prevención del Covid-19 y la promoción de la salud, en diversos espacios.
En Azuay y Cañar se fortaleció la vigilancia activa comunitaria para detectar de manera oportuna los casos. La Coordinación Zonal 6 de Salud movilizó 95 brigadas médicas, por los sectores con mayor incidencia de la pandemia, con médicos, enfermeras y un odontólogo, que se desplazan por la zona 6, en la búsqueda de nuevos casos, el seguimiento de casos positivos, y la prevención de contagios.
En Morona Santiago se ha reducido la transmisión secundaria a los contactos cercanos de casos Covid-19 y de trabajadores de salud, coordinando las referencias al segundo nivel de atención y velando por la salud mental de los pacientes, previniendo el estrés y depresión que genera la enfermedad. Mediante estas actividades de triaje (Identificación de pacientes con síntomas respiratorios), prevenimos el contagio masivo; se realiza el seguimiento a personas con casos confirmados de COVID- 19 día a día, para ver la evolución hasta dar de alta como pacientes recuperados. Personal de los establecimientos de salud del Primer Nivel de atención hace visitas domiciliarias a las personas de los grupos prioritarios: niños, mujeres embarazadas, personas con discapacidad, adultos mayores.
¿Cuál la actitud de los pacientes frente a la atención que han recibido?
En general es proporcional a la calidad de los servicios que han recibido del personal de salud, a través de brigadas de vigilancia comunitaria, como del personal de los puestos, centros de salud y hospitales centinelas, quienes han dado su mejor esfuerzo y hasta más de su capacidad física, emocional y psicológica, para brindar una excelente atención, no solo con relación al Covid-19 sino al resto de patologías, que no se han quedado a un lado.
¿Qué satisfacciones e insatisfacciones destaca durante su trabajo?
Servir a la comunidad desde un cargo público es no solo una gran satisfacción, sino un compromiso, que a más de conocimiento y experiencia de años en el Ministerio de Salud, implica la entrega del tiempo, energías y disposición de trabajo permanente en el territorio de las tres provincias que conforman la zona 6 (Azuay, Cañar y Morona Santiago). Quizá no insatisfacciones, pero sí tristeza, después de los esfuerzos realizados desde la parte operativa y administrativa, cómo hay quienes no se concientizan y actúan de manera irresponsable con sus propias vidas, sin importar el riesgo al que someten a los demás, sin cumplir las medidas preventivas, ampliamente difundidas durante toda la pandemia.
En Marzo, el Acuerdo Ministerial 00126-2020 declara Emergencia Sanitaria en el Ecuador y en la Coordinación Zonal 6 de Salud de vincula a 228 profesionales y personal en diversas áreas, por la pandemia:
En el requerimiento técnico se consideró a profesionales que no pertenecen a grupos vulnerables, de acuerdo a la normativa legal vigente, para precautelar la salud de los servidores y trabajadores.
¿Hay áreas menos atendidas por prioridades de la pandemia?
En absoluto. Con la debida planificación para hacer frente al Covid-19, se organizó los servicios de salud del primer y segundo nivel sin descuidar la atención de otras patologías. De manera progresiva, los servicios de consulta externa, por ejemplo, de los hospitales centinelas, han sido trasladados a otros establecimientos, para no desatender a los usuarios de nuestros servicios; se fortaleció el talento humano, gracias a contrataciones emergentes, para fortalecer todos los servicios y no solo las áreas Covid.
En lo personal, ¿qué riesgos ha corrido y cómo ha podido superarlos?
Vivir una pandemia como la que estamos atravesando es exponerse continuamente, a diario, al momento de una supervisión, monitoreo y visitas a los centros de salud de los diferentes niveles de atención de la red de servicios de los distritos y provincias de la zona; sin embargo, el llamado histórico y moral que tenemos que liderar, es una motivación mayor. Se ha superado con la aplicación continúa de medidas de bioseguridad, el uso de la mascarilla, antisépticos, distanciamiento social y lavado de manos.
¿Incidió su entrega al trabajo en la vida familiar?
La situación es y fue complicada, sobre todo en el distanciamiento continuo. Yo agradezco a la familia por entender, aceptar y aplicar los protocolos de bioseguridad en el hogar y en hogares del resto de los familiares. Así como valorar los tiempos y espacios dejados para visitar las instituciones de salud pública y privadas de la zona 6, por la demanda de liderar el Sistema de Salud de tres provincias, además de todo lo que conlleva una pandemia.
En su ejercicio profesional, ¿es el Covid-19 una experiencia excepcional?
Sí, es una experiencia excepcional, pues ha marcado la historia del país, la región y el mundo entero, pues trastocó las relaciones humanas y afectó la parte sanitaria, social, financiera, laboral, generando además una crisis en todo sentido a nivel mundial. Además, el fallecimiento de alrededor de cinco millones de personas, el mayor costo y la parte más sensible de esta pandemia que dejará marcada la historia de la humanidad.
¿Algo que usted quisiera añadir?
Para controlar la pandemia se ha requerido el esfuerzo de instituciones y de la población en general, pues hemos sentido el apoyo y compromiso para que esta minga social sirviera para que Cuenca fuera reconocida a nivel nacional e internacional por un exitoso manejo de la pandemia.