La pandemia cubrió de desolación las calles y sitios públicos en las ciudades del mundo, entre mediados de marzo y de mayo de 2020. Los espacios siempre llenos de bullicio y movimiento fueron escenarios de tristeza conmovedora en los largos días de sol o de lluvia, de familias encerradas en los domicilios para huir del virus mortal que asoló sin distinciones de edad, de sexo, de condición económica o social.

Vale dejar constancia de aspectos que ofrecía Cuenca, ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, durante las semanas de silencio, soledad y calma que alteraron la vida y la rutina de sus habitantes con la pandemia Covid-19. Las Imágenes son testigos fieles y dolorosos de una experiencia que estremeció a la humanidad y que, al pasar los tiempos, recordarán a las generaciones de entonces algo que sólo las fotos pueden contarlo.

Desde mediados de mayo empezó a romperse el encierro, gradualmente, pero el temor de los contagios persiste. La angustia y las necesidades obligan a las personas, protegidas con mascarillas, a correr los riesgos que aún transitan por las calles.

Portales solitarios en el centro de Cuenca durante los días de toque de queda.
A la izquierda en la calle Luis Cordero entre Sucre y Bolivar, al centro en la calle Bolivar, entre Benigno Malo y Luis Cordero; y, en la calle Benigno Malo, entre Córdova y Sucre.

 

 

Al aflojarse el rigor del aislamiento, la renovada casa donde residió Hortensia Mata -calles Bolívar y Luis Cordero- apareció deslumbrante con su vistosa y antigua arquitectura de las postrimerías del siglo XIX.

 

 

El encierro crea iniciativas que se transforman en arte: Carmita Barzallo se las ingenió para dar vida pintoresca al temido coronavirus, personaje palpitante de la nueva vida cotidiana.

 

 

En la avenida España, no hay un alma…ni un vehículo.

 

 

Barrer las calles desoladas y acarrear los desechos, sacrificada y obligada tarea del personal de aseo.

 

 

La avenida 12 de Abril, entre la Universidad de Cuenca y el río Tomebamba.

 

 

 

Bajo un cielo luminoso, la calle Córdova, completamente vacía.

 

 

 

Jóvenes venezolanas no pudieron dejar de salir a las calles con sus niños, para implorar ayudas.

 

 

 

 

El 1 de junio volvió el tranvía a las calles de Cuenca, en recorridos de prueba, con gente protegida frente a la epidemia.

 

 

 

La gente de compras, con mascarillas, en las tienditas de barrio.

 

 

 

El Gobierno Provincial del Azuay en intensas jornadas de fumigación de calles de poblaciones rurales.

 

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