En enero se publicó criterios de los ex Alcaldes de Cuenca sobre el bicentenario de independencia y lo que aspirarían para la ciudad con este motivo. Por una omisión lamentable –premuras del cierre de edición al fin de año- no se incluyó la versión del ex Alcalde Fernando Cordero Cueva (1996-2005).
Al disculparnos por el error, ante el ex Alcalde y los lectores, incluimos el texto que nos hiciera llegar, con valiosos e históricos conceptos, en respuesta a la pregunta propuesta:
“¿Qué necesidades apremiantes y fundamentales deberían satisfacerse para que la celebración deje beneficios y soluciones concretas para la ciudad del presente y del futuro?”
Fernando Cordero Cueva Alcalde de 1996 a 2005 |
Cuenca debería celebrar sus 200 años, decidiendo aplicar plena y totalmente la Constitución e iniciar ese nuevo país descrito en ella
Debió pasar casi un siglo para que Luis Cordero Dávila, el 10 de abril de 1916, haga público, con sus estudios históricos, que fue el 3 de noviembre el día que nuestros antecesores dieron el grito de la independencia cuencana, que se había gestado desde finales del siglo XVIII. En 1795 los muros del monasterio del Carmen fueron sus comunicadores públicos ya que en ellos se habían escrito leyendas en contra del rey de España y a favor de la libertad. El próximo 3 de noviembre, Cuenca celebrará el bicentenario de su independencia política. Este acontecimiento nos obliga a una reflexión sobre su enorme y trascendente significado.
Los cuencanos con posterioridad al 10 de agosto de 1809, asumimos una actitud revolucionaria y contraria a la corona española, que nos consideraba: “infidentes”, “reos de estado”, “partidarios de la mala causa”, “sediciosos” por favorecer la propuesta de la Revolución de Quito (Borrero,2016). Ese espíritu revolucionario fue radicalizándose y en 1820, no solo quisimos independizarnos de España sino formar nuestra propia república. En efecto se creó la República de Cuenca y se aprobó su constitución. Si bien esta aventura independentista duró apenas 35 días quedó muy claro que queríamos ser dueños de nuestras propias decisiones y vivir en una sociedad más justa, equitativa y solidaria. Así lo confirman los artículos 2 y 3 de dicha constitución. “Art. 2.- Cuenca es y será para siempre una Provincia libre e independiente de toda potencia o autoridad extraña…” . “Art. 3.- Sin embargo, es y será confederada con las limítrofes y con todas las de América para los casos y cosas tocantes al sostén mutuo de su independencia y recíprocos derechos”. Con estos antecedentes Cuenca debería celebrar sus 200 años, decidiendo aplicar plena y totalmente la Constitución e iniciar ese nuevo país descrito en ella: El Ecuador se organiza en forma de república y se gobierna de manera descentralizada.
Tenemos que gobernarnos descentralizadamente y administrar adecuadamente nuestros patrimonios, conectarnos finalmente por tierra y aire con el resto del Ecuador, erradicar la inseguridad y la corrupción, conformar una mancomunidad con los otros catorce cantones azuayos para democratizar los servicios públicos, elevar el nivel de vida de nuestra gente y luchar por la creación de la región austral con las provincia de Cañar, Loja, El Oro, Zamora y Morona Santiago, para juntos, defender nuestra naturaleza y la Pacha Mama por los siglos de los siglos.
Las obras vendrán en cantidades si las semillas de la descentralización, sembradas a los 200 años de independencia, caen en terreno fértil.