La mente de emprendedores ecuatorianos del siglo XXI trasciende las fronteras nacionales y vuela por todas partes. Optimistas y capacitados, hay jóvenes que desarrollan proyectos de interés social, cultural y productivo, útiles dentro y fuera del país

El cuencano Sebastián Narváez Washima es uno de ellos. Tiene 30 años y desde la infancia se interesó por la música, estimulado por María Elena, su madre, que había cursado el Conservatorio. Desde adolescente se integró a bandas estudiantiles y ya adulto compuso melodías, incorporando la tecnología electrónica a la composición musical.  

En la Universidad del Azuay se graduó de Diseñador Gráfico en 2010 y luego cursó estudios en Barcelona, España, donde obtuvo un masterado en 2016, a partir del cual se dedicó a analizar la relación de los músicos con sus instrumentos, y crear un dispositivo para manejar programas de grabación intuitivos, atractivos y accesibles en lo económico.   

Tres años dedicó a su proyecto, hasta fabricar un controlador versátil, con perillas y botones, que acoplado a la computadora, permite una comunicación virtual entre los instrumentos, de tal manera que el músico pueda crear y grabar las melodías en casa, sin necesidad de acudir a grandes estudios.   

A su dispositivo le ha llamado TINAMI, que corresponde a las siglas de This is Not A Musical Instrument, que en español se traduce Este no es un instrumento musical. Se trata del rediseño de los controladores de comunicación MIDI, que usan los sintetizadores, incorporándole características modernas, que le vuelven más versátil, pequeño y portátil: mide 13 por 13 centímetros y es personalizable.   

Aquellos anteriores artefactos, de plástico, se parecían más a un juguete, por lo que para fabricar el TINAMI se recurrió a los proveedores cuencanos David Culcay y Juan Pablo Ordóñez, que trabajan en metal y madera. El prototipo, de atractivo diseño estético, fue presentado en 2017 en el Festival SONAR, en Barcelona, España, con éxito, y luego se lo perfeccionó con el aporte de especialistas y músicos.   

 Cesar Gonzáles, Sebastián Narváez y Galo Guzmán, el equipo que realizó el proyecto.

El desarrollo del controlador continuó y en julio de 2019 otra vez estuvo en el Festival SONAR, con cientos de proyectos del mundo admitidos por selección. Para esta vez, Narváez tuvo un valor agregado, al recibir el primer premio en el concurso Encaja tu Proyecto, promovido por la Cooperativa de Ahorro y Crédito Alfonso Jaramillo León (CAJA), de Cuenca, dotado con ocho mil dólares, para mejorar aún más el controlador informático musical. Sebastián no está solo en esta empresa, en la que participan los socios Galo Guzmán, César González y Juan Cordero Washima, ingenieros eléctricos.   

“Nosotros dominados el diseño y la tecnología, lo que nos falta es el campo del negocio”, dice Sebastián, lo que resolverá una socia europea, Joya Erlebach, de Alemania, que trabaja en mentorías y coordina con expertos. Antes de finalizar este año los controladores TINAMI irán al mercado en Francia, Alemania, España, Estados Unidos e Inglaterra, países donde ya se los promociona. 

La meta es masificar el producto. Según Sebastián en el mundo más de 10 millones de productores musicales esperan los últimos avances tecnológicos de los que son usuarios. Además, contactos en grandes ciudades europeas y en Estados Unidos le han abierto caminos. Joe Clegg, baterista director de bandas populares, con la cantante pop Ellie Goulding, que hizo la banda sonora del filme Cincuenta Sombras de Grey, se ha referido al proyecto con billones de reproducciones en videos. También le ha seleccionado el programa de aceleración Fusión Point, de Barcelona, con acompañamiento de la Universidad Politécnica de Cataluña, la Escuela de Negocios ESADE y el Instituto Europeo de Diseño (IED).   

Por añadidura, el producto es un aporte a la democratización musical, pues pueden usarlo gentes ricas o de limitados recursos, sin mayor inversión, en sus propias habitaciones, con solo adquirir programas que pueden monitorearse en las computadoras para producir y grabar efectos de instrumentos musicales y de voz.   

Al momento cuarenta controladores pasan las pruebas previas al mercadeo, mientras avanzan gestiones financieras para la producción en serie y venta masiva, con la inversión de 150 mil dólares. La fabricante Sony ha mostrado interés por invertir en el proyecto. El artefacto tiene componentes electrónicos de origen chino y placas y otras partes se fabrican en talleres propios.    

Los jóvenes que irrumpen en el protagonismo productivo y cultural del siglo XXI confirman, pues, que sus horizontes trasponen los linderos nacionales o regionales y miran al mundo entero. Las viejas generaciones no tienen idea de los caminos por los que transitan quienes les están irremediablemente sucediendo en la continuidad de la vida y su desarrollo.

 
 El cuencano Sebastián Narváez Washima, CEO del proyecto. Joya Erlebach, de Alemania, responsable de la promoción del producto en Europa.

 

 

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