Agradece al Presidente Moreno por la confianza que le ha dado, así como a la Ministra Paola Romo y al Secretario Anti Corrupción de la Presidencia, Iván Granda. Larriva es un político de larga trayectoria identificada con las aspiraciones más sentidas de los pueblos azuayos
El 5 de septiembre pasado el Presidente Lenín Moreno nombró a Oswaldo Larriva Alvarado Gobernador del Azuay. El 30 de septiembre se conoció que hizo llegar su renuncia al Presidente de la República por tener que recibir un tratamiento intensivo de salud que le impedía ejercer con responsabilidad el cargo.
En su comunicación al mandatario le agradece por la confianza de haberle escogido para el cargo por el que ha debido tener una efímera presencia y lo deja con tristeza por no poder servir a su provincia con responsabilidad, como eran sus iniciales deseos.
Economista de amplia trayectoria académica – Decano y profesor en la Facultad de Economía-, Larriva es experimentado hombre público y político socialista que ejerció de concejal de Cuenca, dirigió el Consejo Electoral del Azuay, fue legislador, gerente de la Empresa Municipal de Teléfonos, Agua Potable y Alcantarillado de Cuenca.
De enero de 2007 a julio de 2009 fue Gobernador del Azuay, en los años iniciales del gobierno de Rafael Correa, del que fue de los primeros colaboradores en distanciarse, ante sospechas de corrupción y por la desatención a las necesidades de esta provincia. En junio de 2015 Correa le acusó de deslealtad y censuró su posición que, según él, obedecería a que por sufrir de leucemia no pensaba en forma correcta.
El gobernador Larriva (tercera fila, al centro), con el personal con el que laboró en su primera administración de 2007 a 2009.
La galeria de gobernadores organizada en su administración, rescató retratos que permanecian embodegados.
En marzo de 2016 Larriva hizo público un comunicado replicando al mandatario, en el que puso de manifiesto las razones por las que asumió una posición crítica al gobernante de entonces: “No estuve de acuerdo con la restricción y desaparición de atribuciones de la Contraloría General del Estado, porque impiden la correcta fiscalización del manejo honorable de los fondos públicos. Consideré que las tareas de las Fuerzas Armadas estaban bien delimitadas en el Art. 158 de la Constitución de Montecristi y no cabía emplearlas en actos de represión interna contra la ciudadanía, como ahora permite la enmienda impugnada. No estuve de acuerdo con la eliminación de los derechos laborales de los trabajadores del sector público, para quienes ya no habrá Código del Trabajo, lo que significa el retroceso jurídico de un siglo. Tampoco podía coincidir con las severas restricciones a la comunicación, al hacerla un servicio público, porque es un derecho humano irrenunciable en toda sociedad y época”, expresaba.
“Me ha calificado el señor Presidente de ser un asambleísta charlatán, quizá para minimizar mis solicitudes constitucionales de ejercer la labor irrenunciable de fiscalización. Resulta incomprensible que no quiera mirar la corrupción tan evidente que está infectando a todas las esferas del gobierno: existen nuevas fortunas y nuevos ricos, de funcionarios y ex funcionarios del gobierno que incluso ostentan sin un mínimo de vergüenza lo que sólo pudieron obtener por procedimientos mal habidos”.
También aludía al caso de la Cooperativa COOPERA, que ha vuelto a cobrar actualidad en estos días: “Es el mayor robo social cometido en el país luego del atraco bancario de los años 1998 y 1999. La afectación total llegaría a no menos de 60 millones de dólares, y luego de tres años, ni siquiera se permite designar una Comisión para que investigue el destino de ese dinero, ni la vinculación de la quiebra de esta entidad financiera con el lavado de activos, a través del mecanismo del SUCRE o dinero virtual, en transacciones realizadas a cuentas venezolanas”, apuntó Larriva hace tres años. Y hasta hoy el caso no ha sido esclarecido y varios responsables gozarían de impunidad.
Respondió además Oswaldo Larriva a las aseveraciones presidenciales relativas a las condiciones de su salud: … Ha agraviado a miles de enfermos de cáncer que día a día, en sano juicio, con el apoyo solidario de muchas instituciones y personas, con verdaderos corazones ardientes de bondad, afrontamos esta grave enfermedad, velamos por nuestras familias y, como en mi caso particular, luchamos sin otro objetivo que buscar el bienestar de los habitantes de mi provincia, esfuerzo en el que permaneceré hasta el último día de mi vida.
En su anterior permanencia en el cargo Larriva se interesó por modernizar la casa de la Gobernación, con instalaciones adecuadas para atender dignamente al público y espacios para destacar, con obras de arte, motivos culturales e históricos de Cuenca y la provincia: varios murales y el Salón Azuay, en la cuarta planta del edificio que ocupa un ángulo del parque Calderón, fueron iniciativas que permanecen y dan una fisonomía atractiva que admiran los visitantes.
Fabiola Vélez, la esposa del Gobernador renunciante, dijo que ella y los familiares de Oswaldo Larriva respetan y apoyan las decisiones que él adopta con responsabilidad, siempre pensando en el servicio a la provincia, como lo ha hecho a través de las más diversas responsabilidades que ha tenido a su cargo en su trayectoria de hombre público y político consecuente con las aspiraciones más sentidas de los ecuatorianos y en especial de los azuayos.
El decreto presidencial con el que se designó a Oswaldo Larriva, por segunda vez, Gobernador del Azuay.
Comunicación con la que el funcionario, designado por el Presidente Lenín Moreno, el 5 de septiembre, dimitió con fecha 30 de septiembre de 2019