El árbol ‘haya’ crece a grandes alturas y sus ramas son tan largas que, al tratarse de un bosque tan poblado, es difícil que hasta en un día soleado el calor vaya a asentarse sobre el suelo. Así, la caminata puede hacerse con aire bastante fresco y casi sólo bajo la sombra.
Incluso en verano, el principado de Luxemburgo no se pone tan caliente como otros países europeos. Por eso, hacer una caminata por cualquiera de los senderos disponibles al este del principado, en la zona llamada Municipio de Mullerthal, es un placer; a la zona se le conoce popularmente con el nombre de ‘Pequeña Suiza’ debido a que cuenta con un terreno similar al de dicho país en cuanto a los bosques, cuevas y riachuelos.
Los bosques de la cadena Mullerthal ofrecen varias rutas a las cuales se puede tener acceso desde distintas partes del área; en nuestro caso, hicimos un recorrido por la Ruta 3, que ofrece una caminata que, completa, incluye casi 37 kilómetros. La travesía comienza por un sendero amplio que se estrecha a menos de medio kilómetro para permitir que los caminantes se sientan envueltos por un bosque verde de árboles conocidos como ‘haya’ y que son autóctonos de la zona. El árbol ‘haya’ crece a grandes alturas y sus ramas son tan largas que, al tratarse de un bosque poblado de dicho tipo de árbol, es muy difícil que hasta en un día soleado el calor vaya a asentarse con claridad sobre el suelo del bosque. Así pues, la caminata puede hacerse con aire bastante fresco y casi sólo a la sombra debido a la densidad del bosque.
El atractivo que complementa el bosque está en las rocas inmensas que se han formado durante millones de años. De hecho, las rocas tienen hasta 200 millones de años y han emergido debido a la erosión natural del suelo. El bosque data de la era jurásica y es pues un paisaje único. Las rocas tienen la particularidad de presentar agujeros como de panal de abejas, producto de la erosión misma. Las rocas más grandes forman cuevas naturales de menor profundidad, pero donde habitan todo tipo de insectos. En el suelo mismo del bosque, se puede observar muchos gusanos de un anaranjado intenso. Su presencia salta a la vista debido a su brillante color y al hecho de que abundan en los senderos.
La presencia de esos gusanos de tierra mantiene el Ph del suelo del bosque en óptimas condiciones, pues al arrastrarse en busca o transporte de alimento a base de minerales de la tierra, los gusanos depositan en el suelo las sustancias químicas necesarias para que tal suelo permanezca en estado óptimo para continuar alimentando a los árboles y a otras especies propias del hábitat.
Como suele hacerse cuando hay una visión de predominio de la naturaleza sobre la mano del hombre, los senderos de este hermoso bosque fueron construidos respetando el terreno natural, que sigue aledaño al río que cruza por el mismo. Es decir, hay constantes desvíos hacia izquierda o derecha, según cómo vaya el río en su cauce.
Al ser una cultura de verdadera apreciación a la vida y la naturaleza, la caminata por el bosque se hace de verdad placentera porque no hay basura en el camino. Los basureros no se encuentran en abundancia porque afearían el bosque y, además, los caminantes que lo recorren comprenden la importancia de guardar sus desechos en sus propias mochilas o bolsas, sin dejar otro rastro que el de las suelas de sus zapatos de senderismo. Parte del cuidado que este bosque recibe se refleja también en sus cristalinas aguas. El olor de las mismas no es otro que el de las algas que se forman en algunas zonas a la orilla; no existen restos de plástico, basura, ni ningún elemento que dé cuenta de la mano del hombre; es, en pocas palabras, lo que de verdad se puede llamar un paraíso natural.
El recorrido de regreso se hace, inevitablemente, por el mismo camino de ida. Sin embargo, la visión de regreso ofrece un espectáculo diferente dado que los senderos permiten ver una panorámica que no está disponible a la ida debido a que la frondosidad de los árboles se va cerrando a medida que uno se adentra en el bosque, mientras que al regreso se va abriendo.
Los pájaros que cantan durante toda la caminata no son fácilmente observables debido a la frondosidad del bosque, pero se dejan ver por los visitantes que se aventuran a llegar a las 6am, cuando su actividad es mayor, por lo que se considera un excelente sitio para avistamiento de pájaros. Al visitar un lugar tan bien cuidado, revive la confianza en que la gente sí es capaz de preservar la naturaleza sin que tenga que haber medios económicos mayores. Más que eso, se necesita sensibilidad e inteligencia; es evidente que los luxemburgueses tienen ambas cosas.