Las unidades tranviarias empezaron a compartir las calles de Cuenca con los automóviles y el público

El nuevo sistema de transporte incorporará un moderno elemento al paisaje patrimonial de Cuenca, con incidencia en sus actividades cotidianas, a más de ser un atractivo turístico, como en importantes ciudades del mundo

La presencia de los tranvías empieza a ser familiar en las calles de Cuenca, a pocas semanas de la operación con pasajeros desde marzo. El proyecto Tranvía 4 Ríos surgió en la campaña electoral que le hizo Alcalde a Paúl Granda en 2009, para terminarlo en su administración. De eso ya son diez años…

Publicidad que anuncia el tranvía en la campaña electoral de Paul Granda en 2009

  Lo fuerte de la construcción de la obra heredó el actual Alcalde, Marcelo Cabrera, pues Granda perdió la reelección en abril de 2014, a un año de iniciados los trabajos, con el plazo de 26 meses que, por diferentes tropiezos, se extiende hasta estos días.

   Las pruebas del recorrido, cada vez más intensas, han apaciguado el reclamo de los frentistas de la ruta tranviaria que sufrieron las mayores molestias y pérdidas por el cierre del acceso a sus viviendas y negocios. La expectativa está en que el moderno servicio resuelva las dificultades que hacen del tránsito un tema neurálgico de Cuenca, así como, en lo financiero, las tarifas que pagarán los usuarios, sobre lo que aún no hay decisiones, más 51 millones de dólares de deuda aún pendiente.

   El Gobierno del Presidente Correa apoyó el proyecto valorado inicialmente en 223 millones de dólares, de los cuales el aporte estatal fue el 80%. Al fin, el valor superaría los 300 millones.

   En abril de 2013 el Alcalde Granda asistió a la sabatina 371 del Presidente Correa, quien dijo que “el tranvía será una contribución al medio ambiente, la transportación y a la belleza de Cuenca. Vamos a hacer del tranvía totalmente eléctrico. Va a quedar aún más bella la Atenas del Ecuador”.

   Según los primeros anuncios del proyecto de 22 kilómetros entre ida y vuelta de la estación del Parque Industrial al cruce a Baños,  la ocupación se preveía en 120 mil pasajeros diarios en 14 unidades con capacidad para 300 pasajeros cada una, equivalentes a cinco buses y 250 automóviles con 1.5 de pasajeros cada uno.

   Entre octubre de 2013 y los primeros meses de 2014, la Municipalidad exhibió una réplica tranviaria en la plaza de El Otorongo, para socializar el proyecto. Por entonces el tranvía era un ingrediente de campaña para las elecciones de febrero de ese año, como fue antes, en 2009, y acaso lo sea también ahora.

   El material rodante fue fabricado por el Consorcio CITA Cuenca, que agrupó a varias empresas estatales europeas lideradas por la compañía Alstom. La primera unidad llegó a Cuenca en julio de 2014 y fue presentada en el Patio Taller, centro de control y estacionamiento en la avenida México, el 9 de ese mes, en una ceremonia a la que asistió el Embajador de Francia. Las otras 13 unidades llegaron hasta finales de 2014.

   En un taller para periodistas, el 18 de septiembre de 2013, el Alcalde Granda y técnicos nacionales y extranjeros informaron que Cuenca estaba servida por 475 buses que movilizaban 410 mil pasajeros diarios y 39 millones por año. Una de las metas del tranvía era disminuir el número de buses, así como de los automóviles, calculados en 100 mil diarios en movimiento.

   Según la Directora Financiera Municipal de entonces, Patricia Cordero, en 2015 los ingresos, al precio de 25 centavos por pasaje, serían de 7.1 millones de dólares, frente a 5.6 millones de costos operativos; en 2020, los ingresos 8.54 millones de dólares frente a 7.93 por costos; y en 2030 los ingresos 12.34 millones y los egresos 11.54. Se añadirían ingresos por contratos publicitarios en las unidades. También hizo conocer la funcionaria que a partir de 2019 se empezaría a pagar un crédito por 51 millones de dólares de deuda al Estado. Una fecha entonces distante, que ya ha llegado.

  El Alcalde Marcelo Cabrera –candidato para la reelección -, dijo recientemente que el pasaje tranviario sería de 35 centavos. Pero será el Concejo el que tomará la decisión, previéndose un debate entre quienes proponen una tarifa política o técnica.

    En la segunda semana de marzo los tranvías empezarían a llevar gratuitamente pasajeros, por 30 a 60 días, hasta arrancar la operación comercial. El público está curioso ante este sistema de transporte que, tras las fastidiosas etapas constructivas, es un elemento renovado de la fisonomía de Cuenca, aunque los resultados prácticos sólo podrán apreciarse con el tiempo: será otro capítulo del proyecto que ha copado dos administraciones municipales y quizá al menos la próxima.

    La empresa española Metrotenerife hará la operación del tranvía en los tres años iniciales. Es la misma del sistema tranviario en la isla de Tenerife, desde hace doce años, con experiencia y resultados positivos. Técnicos de la empresa laboran en Cuenca ya varios meses y fue su responsabilidad capacitar a los conductores de las máquinas, que inclusive practicaron en la ciudad española.

Los cuencanos soportaron con paciencia y también con molestia el cierre de las vías durante la construcción de las obras.

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