La remodelación inaugurada en enero de 2018 no solucionó los conflictos herederos por más de 460 años de desordenada ocupación. Además, al ejecutar la obra se ignoró valiosas connotaciones históricas

Es tan antigua como la plaza central –hoy parque Caderón- donde los conquistadores celebraron la fundación sobre la ciudad antes llamada Tomebamba. Gil Ramírez Dávalos, el fundador, asignó el sitio a su paisano Sebastián Palacios, quien murió un año después y su predio pasó a llamarse Plaza de la Feria.

El franciscano Tomás Calvo, del grupo de fundadores, consiguió que junto al sitio le adjudicaran el área para el templo y convento de San Francisco, en honor al patrono de su comunidad. Y vinieron generaciones de siglos de mercaderes que instalaron sus ventas populares, hasta hoy, cuando el Alcalde Pedro Palacios afronta los conflictos de la plaza recién remodelada.

Fue siempre plaza de mercado, con problemas de orden y salubridad, compartiendo la venta de productos agrícolas, utensilios de uso cotidiano, cachivaches, carne y hasta ganado. Tuvo diversos nombres, desde Plaza de la Feria, del Mercado, del Patíbulo, General Franco, Ramírez Dávalos, y San Francisco desde al menos la mitad del siglo XX. Manuel Antonio Franco, general afincado en Cuenca, planificó la pavimentación y diseñó la plaza en 1898, y los trabajos de ingeniería los ejecutó José Romualdo Bernal.

En 1919 la Municipalidad construyó las “chinganas” para ordenar las ventas, con pocos resultados, por la falta de higiene en la venta de carne. Entre 1926 y 1935 asoló a Cuenca la fiebre bubónica que causó muchas muertes, por lo que debieron quemarse las estructuras de los negocios para erradicar a los roedores causantes de la mortífera calamidad. ¡Y cómo protestaron las mindalas!

Antonio Abraham Barzallo, presidente municipal en 1939, decía: “Es necesario declarar enfáticamente que en la plaza Ramírez Dávalos (San Francisco) se hace indispensable la construcción de un mercado moderno, en el que deberá emprender este I. Municipio cuanto antes, puesto que se han destinado fondos en el presupuesto del año actual”.

Al año siguiente, la municipalidad rindió homenaje a Andrés F. Córdova, quien había dejado la presidencia municipal para asumir interinamente la Presidencia de la República por la muerte de Aurelio Mosquera, oportunidad en la que se obtuvo recursos para el “moderno mercado” al que se llamó 10 de Agosto y se lo inauguró en 1954. Pero la Plaza San Francisco no dejó de ser ocupada por negociantes de todo tipo reacios a abandonarla. El mercado fue renovado y modernizado –hasta con gradas eléctricas- en 2004, en la administración del Alcalde Fernando Cordero. Y la plaza popular siguió como antes.

La forma de ocupación de la plaza San Francisco ha sido y es tema de controversia, a veces con tintes políticos. En 1957 se hizo una parcial remodelación diseñada por el arquitecto Jorge Roura. En la Alcaldía de Paúl Granda (2009-2014) el Banco del Estado asignó ocho millones de dólares para su remodelación, pero las discusiones sobre su diseño y usos demoraron los trabajos. El proyecto inicial, preparado por la Universidad, preveía un parqueo subterráneo, sobre el que la discusión cambió por uno superficial para 77 vehículos, que tampoco se puso en práctica.

Al fin, en la segunda administración del Alcalde Marcelo Cabrera (2014-2019) se hizo la remodelación de la plaza, pero subsisten los problemas y hay intensos debates sobre si se ha mejorado o se han mantenido los conflictos de siempre, especialmente con los puestos de venta de alimentos. Al Alcalde Pedro Palacios le toca afrontar este problema no resuelto desde tiempos remotos y en recién pasadas administraciones.

La plaza en la primera mitad del siglo XX. Al centro, el monumento a Victor J. Cuesta

 

Vista aérea antes de la última remodelación.

 

Diseño que fué desechado en 2013

 

Aspecto de la Plaza a mediados del pasado siglo

 

La calle Padre Aguirre

Al debate por la ocupación de la plaza San Francisco se suma hoy el de la colindante calle Padre Aguirre, entre quienes reclaman sea peatonal o se la abra al tráfico motorizado.

El experimento del cierre causó congestionamientos absurdos en las calles adyacentes, por el tráfico intenso hacia el mercado 10 de Agosto, de por sí foco de atracción vehicular. Los carros que accedían al centro desde el puente de El Vado desviaban obligadamente en dirección al mercado, caotizando aún más la movilidad.

Quienes defienden lo peatonal se apoyan en una resolución vigente, proclive de ser anulada por el bien de la ciudad. Mientras permanezca el mercado 10 de Agosto donde está, hacer peatonal esta vía llevaría a entorpecer y no resolver la obstrucción del centro histórico. Acaso no convenía remodelar el mercado hace 15 años, sino reubicarlo, para suprimir un foco de atracción vehicular. Lastimosamente, eso ya no se hizo…

El cierre de la avenida Padre Aguirre, fué rectificado por la Municipalidad, pues por esta vía se desfoga el intenso tráfico en las proximidades del mercado 10 de Agosto.

 

 

 

Los olvidos históricos

Hay ciertas connotaciones de valor secular ignoradas en la remodelación de la plaza, tan antigua como la ciudad misma desde su fundación.

En tiempos coloniales en ella funcionaba una de las tres primeras piletas para proveer de agua al vecindario. Las otras estaban en la plaza central y en la plazoleta de Santo Domingo. Refiriéndose a la de San Francisco, el historiador Ricardo Márquez Tapia, apunta: “…Era de fino mármol blanco, con preciosos tallados, compuesta de dos escudillas, la una grande y la otra pequeña, con artísticos surtidores, y de este sitio manos profanas arrojaron sus distintas piezas a inmundos arrabales, y de aquel desastre una de las escudillas, en la actualidad luce, cubierta de flores, en el parque Miguel León” (San Sebastián). Pero lo que allí quedaba de la pileta ha desaparecido. ¿Dónde estará? Un estanque como piscina sustituye a la pileta primitiva.

En San Francisco fueron fusilados 28 patriotas combatientes por la independencia de Cuenca en Verdeloma, derrotados en diciembre de 1820 por las huestes realistas. Esto llevó a llamarla Plaza Del Patíbulo. En el mismo lugar, el 20 de abril de 1857, fue ejecutado Tiburcio Lucero, campesino de El Valle acusado de parricidio. El caso conmovió a la poetisa Dolores Veintimilla de Galindo, en polémica con Fray Vicente Solano, quien apoyó la ejecución con libelos de crueldad. Tanto afectó al ánimo de la poetisa la ejecución, que un mes después ella se quitó la vida.

Al centro de la plaza se erigió el monumento a Víctor J. Cuesta, fundador de la Sociedad de Obreros de la Salle, en 1902, gestor de obras sociales y educativas en Cuenca. El busto esculpido por Luis Mideros lo inauguró el 3 de noviembre de 1945 el Presidente Velasco Ibarra. Años después, por los 70 del siglo pasado, fue a la plazoleta que lleva su nombre en las calles Córdova y Vargas Machuca, mirando la sede, el templo y las instalaciones de la entidad obrera.

 

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