Es indudable que estas victorias electorales representan el cansancio de buena parte de la ciudadanía por figuras que fueron desgastándose en el ejercicio del poder público, y que no consiguieron finalmente convencer al grueso del electorado, a pesar de que varias encuestas y sondeos les daban como favoritos

Las pasadas elecciones seccionales fueron un verdadero remezón político, especialmente en Cuenca y la Capital de la República, donde triunfaron dos Out siders como se denomina en el lenguaje político a figuras que no aparecían en las encuestas como favoritos. Pedro Palacios, alcalde electo de Cuenca y Jorge Yunda, nuevo Alcalde de la Capital de la República, lograron vencer, contra todo pronóstico, a figuras de larga data en el panorama de sus respectivas circunscripciones. Al veterano en lides electorales Marcelo Cabrera, en el caso de Cuenca, y a Paco Moncayo, en Quito.

¿Cómo interpretar este fenómeno? Es indudable que estas victorias electorales representan el cansancio de buena parte de la ciudadanía por figuras que fueron desgastándose en el ejercicio del poder público, y que no consiguieron finalmente convencer al grueso del electorado, a pesar de que varias encuestas y sondeos les daban como favoritos. En el caso de Marcelo Cabrera, su erosión se intensificó sobre todo en los últimos días de la contienda, cuando evidentemente una parte de quienes tenían la intención del voto perfilada hacia su candidatura, desertaron repentinamente quizá al calor de ciertas denuncias sobre presuntos “diezmos” en su administración, y quizá sobre todo porque la figura nueva de Pedro Palacios caló con su discurso frente a las ofertas y eslóganes gastados de otras candidaturas.

Otro hecho interesante en Cuenca es que Jefferson Pérez se situó en segundo puesto para la Alcaldía cuencana, por sobre Marcelo Cabrera, el aparente favorito. Pérez, que sufrió el grueso de los ataques en las redes, consiguió recuperarse de la caída en los sondeos y llegar segundo en la lid electoral, posición nada desdeñable que le asegura un futuro político.

Cecilia Alvarado, quien habiendo logrado una apreciable votación, sin embargo se quedó en la carrera hacia la prefectura. Esteban Bernal, que en su vida política militó y apoyó a varias tendencias, anclándose finalmente en CREO, no consiguió su objetivo finalmente, a pesar de una publicitada campaña.

El caso de Jorge Yunda, triunfador en la Alcaldía de la Capital de la República, representa en cierto modo el triunfo del “voto plebeyo” del extenso y populoso sur de Quito frente a otras candidaturas de clase media. ¿Tiene algo que ver la Década del Correísmo en estos resultados electorales? Posiblemente sí, en la medida en que esos diez años erosionaron a partidos y movimientos organizados y orgánicos en sus ideologías, que ahora prácticamente se han evaporado, a excepción del socialcristianosmo en Guayaquil y el Guayas, que con el contundente triunfo de Cynthia Viteri y del Prefecto socialcristiano vuelve a posicionarse como un movimiento de miras nacionales. Jaime Nebot con seguridad pensará seriamente en su postulación como candidato a la Presidencia de la República dentro de dos años, casi nada en el el calendario político.

Políticos maduros, experimentados, perdieron su chance ante jóvenes con poca o ninguna experiencia en el quehacer público. El tiempo dirá sobre el desempeño de candidatos que aparentemente parecían condenados a puestos secundarios en los comicios.

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