Fernando Alvarado, prófugo de la justicia, burló las medidas cautelares. |
El pueblo ecuatoriano mira absorto lo que ocurre en el país: el Presidente de la República estaría rodeado de conspiradores que le acompañan en funciones públicas y le impiden cumplir la promesa de la cirugía mayor a la corrupción
Una conspiración internacional planeada por funcionarios vinculados a los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Venezuela, habría planeado y realizado la fuga del Secretario de Comunicación del gobierno del Presidente Correa (2007-2017).
El ex funcionario, implicado en delitos de presunto peculado, fue impedido de salir del país en agosto pasado y desde entonces llevaba un grillete al tobillo como medida cautelar dictada por las autoridades de Justicia. La fuga es una evidencia de la influencia que mantiene el ex Presidente Correa en círculos próximos del actualgobierno.
El 20 de octubre, Alvarado se desprendió del artefacto y publicó en las redes sociales que había conseguido asilo en un país amigo. Luego, en un video, dijo que un estrecho colaborador del Presidente Lenín Moreno fue quien le facilitó desprenderse del grillete y recuperar la libertad.
La fuga del funcionario del pasado régimen ha causado escándalo, pues ante la opinión pública aparece como un hecho increíble, que pone en entredicho a instituciones de justicia, policiales, de ministerios públicos y, sobre todo, siembra dudas de si el propio gobierno pudo facilitar el escape, para silenciar la información que Alvarado dispondría y podría perjudicarle, pues Moreno fue Vicepresidente de Correa en casi la mitad de los diez años de gestión.
La Asamblea Nacional llamó a comparecer a altos funcionarios del gobierno, organismos de seguridad, de inteligencia policial, de la Secretaría de Comunicación, a la Ministra del Interior y al Ministro de Justicia, pero nada salió en claro: ellos sabían menos que el común de los ecuatorianos cómo se produjo la fuga.
Hasta el cierre de la presente edición (31 de octubre) no había un pronunciamiento oficial sobre la posible ubicación de Fernando Alvarado, pero de diversas fuentes se conoce que se hallaría en Caracas, Venezuela. El operativo de fuga habría sido planeado por instancias oficiales de Bolivia y Venezuela, con la colaboración de funcionarios del gobierno ecuatoriano que, a pesar de las alertas emitidas por el grillete desde semanas anteriores a la fuga, hicieron caso omiso de atenderlas.
El grillete que portaba Fernando Alvarado se lo encontró en una quebrada de Quito y sólo podía desprenderse de él con la colaboración de alguien capaz de haberle hecho el seguimiento a las señales. ¿Quién? Luego de la sorpresa –y burla- por el escape, voceros gubernamentales anunciaron la necesidad de depurar al gobierno de la presencia de elementos correístas en diversas funciones públicas, pues se reconoce que el ex Presidente cuenta con elementos infiltrados que estarían interesados en desestabilizar al gobierno.
La reacción de los correístas, reunidos en una asamblea, fue la de luchar en defensa de los miembros del gobierno anterior que son “perseguidos políticos”. El ex hombre fuerte de Correa, Raúl Patiño, llamó a los militantes a tomarse las oficinas públicas, cerrar los caminos y asumir medidas de hecho en contra del gobierno “traidor” de Lenín Moreno. En el régimen pasado, los líderes de movimientos sociales y campesinos que realizaban esa clase de proclamas, eran acusados de terroristas y se iban a parar en la cárcel.
Como consecuencia de la fuga de Fernando Alvarado, se han adoptado medidas de mayor seguridad para que no ocurriera algo parecido con el ex Vicepresidente Jorge Glas, trasladado de la Cárcel 4 de Quito al centro de rehabilitación social de Latacunga. Esta decisión ha sido denunciada como una muestra más de “persecución política” y el ex número 2 del correato se declaró en huelga de hambre en protesta. Al finalizar octubre, se desconocía si la medida de hecho se mantenía, ni había una reacción oficial al pedido de que se lo volviera a la prisión anterior
PRIMERA SENTENCIA DEFINITIVA
Carlos Pareja Yanuselli |
Una primera respuesta efectiva en la lucha contra la corrupción, anunciada por el Presidente Lenín Moreno desde que asumió el cargo, es la sentencia a diez años de prisión contra Calos Pareja Yanuseli (Capaya), ex Ministro de Energía, acusado de peculado en materia de negocios petroleros, quien se entregó a la Justicia a cambio de que se le disminuyera la gravedad de las condenas.
Después de Jorge Glas, es el segundo acusado de corrupción al que se le ha dado una sentencia en firme, aunque el ex Vicepresidente espera aún resoluciones favorables a sus apelaciones. Contra él, acusado de asociación ilícita, hay otros procesos por peculado y enriquecimiento ilícito que aún están en trámite.