Aspecto de la sesión municipal presidida por el Alcalde Marcelo Cabrera para resolver sobre las distinciones en homenaje a los ciudadanos distinguidos. 

  La Municipalidad de Cuenca no entregó el 12 de abril la presea Santa Ana de los Ríos de Cuenca. Días antes la asignó al sacerdote César Cordero Moscoso, según la ordenanza que adjudica “a la persona que haya prestado trascendentales servicios a la ciudad o hubiere ofrecido importante colaboración a la Municipalidad”. El nombre del acusado lo han difundido por medios locales y nacionales, por lo que ya no es un secreto. En todo caso es inocente mientras no se compruebe judicialmente las denuncias

    La concesión de preseas se realiza de acuerdo con una reglamentación. Una comisión de discernimiento plantea al Concejo las propuestas de la ciudadanía, para que tome la decisión. Esta vez, en el acta de la comisión no consta la distinción al mencionado sacerdote. Más bien la recomendaba para la Conferencia San Vicente de Paúl ¿Qué pasó, entonces? El secreto lo guardan el Alcalde y los ediles.

   Pero de inmediato vino un escándalo, que fue sofocado hasta que pasara el día festivo por la Fundación de Cuenca. María Palacios Barrera protestó por la condecoración con la principal presea municipal a favor del padre Cordero, a quien acusó de haber violado sexualmente a su hermano Jorge, cuando era alumno de su escuela.

   La denuncia, con fecha 9 de abril, fue recibida en la Municipalidad al día siguiente y el 11 de abril, en vísperas de la sesión de cabildo en la que se entregan tradicionalmente las distinciones, el Alcalde convocó para la noche una sesión urgente del Concejo para conocer y resolver sobre la misma.

   Algunos medios de comunicación ya habían hecho noticia de la denuncia que circuló como un rumor propalándose cada vez en forma más extensa. No fue necesaria la reunión municipal extraordinaria, pues el beneficiario con el reconocimiento envió una carta renunciando a recibirla, “por razones de salud”.

La denuncia presentada por intermedio del Alcalde de Cuenca al Concejo Cantonal.

 

 

   En la sesión de cabildo del 12 de abril pasó algo inadvertida la ausencia de la distinción. Otro premio, de menor jerarquía, fue entregado a la Conferencia San Vicente de Paúl, a la que recomendó la comisión de discernimiento se le concediera la Presea Santa Ana de los Ríos de Cuenca.

Convocatoria a la reunión municipal urgente para conocer la denuncia, que no llegó a darse porque el padre Cordero se excusó de recibir la condecoración.

 

    El escándalo se mantiene. El propio afectado, ahora de 63 años, Jorge Palacios, ha acudido a los medios de comunicación nacionales y locales para ratificar la denuncia de los abusos sexuales de los que habría sido víctima entre los cinco y los 14 años de edad, cuando cursaba la primaria y la secundaria en planteles católicos dirigidos por el sacerdote.

  El caso lo había puesto en conocimiento de las autoridades judiciales en 2010, pero no había prosperado, aduciendo que habría prescrito. La difusión de la condecoración que iba a recibir en abril, reactivó su reclamo y sus denuncias, pidiendo sanción para el culpable de los traumas físicos y sicológicos de los que habría sido víctima.

   El afectado denunció que también acudió ante autoridades de la Iglesia Católica para hacerles conocer su caso y reclamar sanciones. Pero no tuvo más acogida que la lamentación por lo ocurrido y hasta el pedido de que no acudiera a los medios de comunicación y perdonara al culpable, que en junio próximo cumplirá 91 años de edad. Dijo que varios niños más habrían corrido suerte similar.

   El Rector de la Universidad Católica de Cuenca, Enrique Pozo, plantel fundado por César Corder en 1970, replicó en los medios de comunicación que desde 2013 el sacerdote ya no es Rector y que el caso no tiene que ver con el centro de educación superior ni la comunidad educativa católica, pues trátase de un asunto personal que debe ventilarse en las instancias judiciales correspondientes.

 

Trayectoria del personaje

 


 
El padre César Codero Moscoso en los años iniciales de su vida sacerdotal.

César Cordero Moscoso nació en Cuenca el 7 de junio de 1927. El 8 de noviembre de 1953 se ordenó sacerdote. En 1955 fundó la Escuela Popular, a la que años después llamaría Arzobispo Serrano, en retribución al apoyo del prelado a sus proyectos educativos.

En 1962, fundó el colegio Miguel Cordero Crespo, en homenaje al canónigo familiar que se desempeñó como Protonotario de la Arquidiócesis de Cuenca.

En 1970 fundó la Universidad Católica de Cuenca, con apoyo del gobierno del Presidente José María Velasco Ibarra. Este plantel se dotó de una amplia infraestructura en la parte norte de la ciudad de Cuenca, donde sobresale la basílica con sus torrecillas que llaman la atención desde el centro de la ciudad.

El padre César Cordero, quien hizo estudios en Estados Unidos y varios países de Europa, ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales por sus méritos culturales y educativos. Entre ellos, la Gran Cruz de Caballeros de la Orden Teutónica, de Alemania; la presea Andrés Bello, de la Universidad de Chile; condecoraciones del Congreso y del gobierno del Ecuador.

Se le adjudicó el título de Monseñor y obispo de Nazareth con jurisdicción en Moldavia y Bielorrusia y ha recibido un reconocimiento de la UNESCO.

La Comunidad Educativa Católica, fundada por él, tiene instrucción preescolar, escolar, secundaria y universitaria, entre cuyos bienes destacan el Canal Universitario Católico de Televisión y la emisora Ondas Cañaris, en la ciudad de Azogues.

Por razones de salud, no ha aparecido personalmente al público por muchos años, pero sus misas oficiadas a través de la televisión son seguidas por personas que generalmente están también incapacitadas para movilizarse a los templos.

 

 

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