Un parque de estructuras de hierro sobre las cuales se arman figuras con flores importadas a Emiratos Árabes desde Europa principalmente. Son más de 150 millones de flores y aproximadamente 60 variedades, entre las que predominan las petunias, los geranios, y las margaritas que resisten mejor la exposición al sol intenso

  Es enero en Dubái y, por lo tanto, el clima ha mejorado inmensamente. La temperatura oscila entre 23 y 27 grados centígrados, lo cual es ya un milagro en el desierto sobre el cual se ha edificado Dubái. En el año 2013, un empresario jordano llamado Abdel Nasser Y. Rahhal hace realidad el sueño de un grupo corporativo local de abrir un parque de atracciones. Sin embargo, no se trata de tener montañas rusas ni carruseles. Se trata de que los residentes de Dubái podamos dar un paseo a través de jardines como se lo hiciera en Occidente en primavera. El grupo corporativo tiene la visión de que los pocos días del año en que el clima es agradable, no debieran desaprovecharse paseando por un mall. En otras palabras, lo que se quiere es que la gente pueda descansar de estar siempre en lugares cerrados con aire acondicionado.

   Para hacer su sueño posible, Rahhal abrió la atracción ‘Miracle Garden’, que puede traducirse como ‘jardín milagroso’. Quienes van sin información previa, pensando que van a ver un jardín con estilo natural, seguramente salen decepcionados. ‘Miracle Garden’ es un parque de estructuras de hierro sobre las cuales se arman figuras de todo tipo con flores importadas a Emiratos Árabes desde Europa principalmente. Son más de 150 millones de flores y aproximadamente 60 variedades, de entre las que predominan las petunias, los geranios, y las margaritas debido a que resisten mejor la exposición al sol intenso siempre y cuando haya riego constante. De hecho, el jardín requiere el uso de 750.000 litros por día para mantener frescas las flores que lo componen.

   El área donde se asienta ‘Miracle Garden’ tiene 72.000 metros cuadrados, por lo cual las esculturas florales que se arman tienen que ser enormes para poder lucir. La entrada comienza a través de un sendero a la sombra de un arco de flores, paralelo a un sendero cubierto de un armatoste en forma de corazones consecutivos. Alrededor de los arcos, hay toda una circunferencia de casas hechas de flores. En esas casas se reconoce de inmediato el estilo típico de ciudades como Ámsterdam o Rothenburg. Sin embargo, la fachada completamente floral permite también evocar las casas de los cuentos de hadas. Hay también esculturas florales de sitios reconocibles a la vista, como es la Torre Eiffel.

   Hay una zona que la gente local, especialmente los hombres, aprecian sobremanera. Se trata de la parte del jardín dedicada a los coches cubiertos de flores. Una de las mayores fascinaciones de la población local tiene que ver con la compra de autos deportivos o de modelos de última moda. Los coches no se cubren totalmente porque la idea es que el visitante pueda admirar los modelos por debajo de las flores que los adornan. Hay armatostes de coches cuyo parachoques se encuentra incrustado en el piso, dando la impresión de que salieron volando y se clavaron con suerte sin dañar el resto de la estructura.

   Uno de los armatostes fijos del jardín es el de un reloj que además tiene un mecanismo interior que funciona para dar la hora exacta. No faltan las esculturas de pájaros para ir acorde con el tema del parque. En el 2015, hubo esculturas de pavos reales inmensas que daban la impresión de estar en una historia sacada del cine. Además, las bancas en las que se puede descansar tienen la forma de mariposas.

   Hay además arreglos ingeniosos. Llama mucho la atención el de un grifo azul inmenso que no tiene sostén en una pared, sino que en apariencia está suspendido en el aire. De su surtidor emana agua que cae en un lago artificial. Otra que llama la atención es la del torso de una mujer de rasgos orientales saliendo de la tierra. De una de sus manos emana agua y en la otra, la mujer sostiene una pequeña palmera que pareciera arrancada con tierra y todo.

   El parque entero tiene ese aire propio de los parques temáticos de Disney porque prevalece la fantasía. Además, la constante irrigación y la frescura natural de las flores hacen que la temperatura al interior del parque sea menor a la que se siente afuera de sus instalaciones. Muchos critican el Miracle Garden por su artificialidad, pero el atractivo reside en que caminar al aire libre cuando se vive en Dubái es una oportunidad que no puede desaprovecharse, menos si el clima favorece. Para marzo, las temperaturas suben radicalmente y las tormentas de arena acaban con la belleza de cualquier flor.

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