En forma popular, la división del movimiento oficialista es una pelea de compadres; que, más que buena o mala, es fea y chueca… Evitarán, quizás, llegar a extremos, porque los dos se perjudicarían. Deben limitar sus acciones hostiles; por eso, la persistente sospecha del tongo
¿Quiere usted que el Ecuador sea socialista, al estilo de Cuba y Venezuela? SÍ. NO. / Si los ecuatorianos fuéramos honrados y directos, ésta podría ser la única y esencial pregunta del próximo referendo. Cualquiera otra -- incluida aquella de una nueva constitución, básica y corta, que reemplace al mamotreto de Montecristi -- sería superflua o innecesaria. Pero no lo somos. Somos, en cambio, realmente, tramposones, latosos, alambicados, confusos… Y, aquí, hay que anotar, además, que -- por una serie de sucesivas acciones y omisiones -- hemos llegado a una situación de crisis política, a la que nunca debimos llegar. Decimos, en otras palabras, que, en un país normal y maduro, la democracia occidental -- la más avanzada forma de gobierno que ha inventado la humanidad -- no debiera ponerse en cuestionamiento. Debiera ser la forma -- aceptada mayoritariamente -- de gobernarse y convivir. Mas, otra vez, tampoco somos eso. Y, por lo mismo, seguimos planteándonos -- con bastante necedad -- los dilemas políticos decimonónicos y los de la Guerra Fría… Todo nos llega tarde; o todo aquí se demora. ¡Triste destino! Pero así estamos; y hay que actuar en la realidad que tenemos
¿Y cómo hemos llegado a esto? Repasemos el proceso. Revolución Liberal incompleta, socialismos tempranos e irrealistas, populismos reiterados; educación deficiente y adoctrinadora… Y, con tal lamentable combinación de circunstancias, ingresamos al siglo XXI, casi como un estado fallido. Correa, por supuesto, no produjo este desastre. Pero sí supo aprovecharlo, con suficiente habilidad y sin escrúpulos. (Su asunción fue casi un golpe de estado; y los diez años de gobierno, que siguieron, prácticamente una dictadura.) Y, claro, le agregó lo propio suyo: poco de bueno; y una gran suma de odio, incompetencia, irresponsabilidad, corrupción… Y, explicablemente, nosotros -- todos, de una u otra manera -- no supimos entender las circunstancias, no atinamos a reaccionar, nos doblegamos. Los pueblos débiles e impreparados son fácil presa de los caudillos y los demagogos. Y no es esto ni una queja, ni una disculpa. Asumamos nuestra responsabilidad cívica Respondamos; responda cada uno por lo que le toca… Y, ahora, fijémonos en ciertos aspectos pertinentes.
Uno. La Partidocracia.- ¡Una mentira! Nunca la política ecuatoriana fue una política de partidos. Fue una política de movimientos populares más o menos personalistas y espontáneos, de facciones, y de grupos de presión corporativos. (Lo más típico, al respecto: Velasco Ibarra. El gran caudillo siempre se opuso a que su movimiento -- interrumpido y discontinuo -- se convirtiera en partido.) Nunca hubo -- como sí lo hubo en Venezuela -- un bipartidismo relativamente vigoroso. Ni Plaza, ni Ponce, ni Febres Cordero, ni Hurtado, ni siquiera Borja, pudieron, en verdad constituir un buen partido; aunque lo pensaran o lo intentaran. Políticamente, pues, siempre fuimos gelatinosos e invertebrados… Y, así, llegamos a esa suma de distintos, o casi rejunte de incompatibles, que es o fue ALIANZA PAIS; sin embargo y a pesar de todo, la fuerza política preponderante del día de hoy.
Dos. La división del movimiento gobernante.- Es casi natural; no del todo natural… El PRI mexicano, por ejemplo, perduró prácticamente sin dividirse.
Ni Plaza, ni Ponce, ni Febres Cordero, ni Hurtado, ni siquiera Borja, pudieron, en verdad constituir un buen partido; aunque lo pensaran o lo intentaran. Políticamente, pues, siempre fuimos gelatinosos e invertebrados |
(Debido a que supo dotarse de una conducción vertical, temporaria y sucesiva: la del “dedazo” o la “dictadura perfecta” de Vargas Llosa.) El Peronismo argentino, en cambio, fue muy faccioso; y dio verdaderos bandazos ideológicos. (Se mantuvo, pese a ello, un común denominador, por la adhesión de palabra al “pensamiento” de El General. El comunismo cubano se inclinó finalmente por el Fidelismo; después de eliminar a varios dirigentes medianos y, sobre todo, a El Che Guevara. En general, -- cuando hay un grupo político muy preponderante -- las principales actitudes humanas y sociales se manifiestan, de un modo u otro, en las líneas partidarias. Y, así, ALIANZA PAIS se ha dividido entre “moderados” y “duros”. (Hay que poner los adjetivos entre comillas; porque, en realidad, los dos sectores se ubican dentro de un sociopopulismo decadente y flojón… Pero ojo: Los dos son básicamente dictatoriales, filosocialistas y demagógicos. Son antiliberales y antidemocráticos. Se parecen, más que difieren… Y los dos, juntitos, crearon la crisis actual…Ergo: En forma popular, la división del movimiento oficialista es una pelea de compadres; que, más que buena o mala, es fea y chueca… Evitarán, quizás, llegar a extremos, porque los dos se perjudicarían. (Deben limitar sus acciones hostiles; por eso, la persistente sospecha del tongo.) Pruebas al canto: Por un lado, lo fundamental del Correísmo sigue vigente. Y, por otro, -- si quiere usted una confirmación de los mismos implicados -- acuérdese de las revelaciones del video que se le “escapó” al inefable Eduardo Mangas. (¿Qué es este personaje, en realidad? ¿Para quién trabaja?) Y el asunto no cambiará. Salvo -- hecho más bien improbable -- que Lenín Moreno termine haciendo (como lo ha sugerido Gustavo Larrea) un gobierno democrático, de concentración nacional y de transición. Y que, además, formule -- es muy importante -- un proyecto nacional aceptado y durable. ¿Pedirle peras al olmo? Parece que sí.
Tres. La izquierda extrema.- Constituye el núcleo duro de ALIANZA PAIS. Es un pequeño grupo de fanáticos estalinistas y procubanos. La votación que convoca es la escasa que se inclinaría por el SÍ a la pregunta inicial. (La de los dichos más la parte del populismo que está bajo su influencia. Algo como un 20-25 por ciento del padrón electoral.) A pesar de su evidente anticuamiento, este grupo es eficaz por su cohesión; y por aprovechar ciertos extendidos prejuicios nacionalistas y ciertas creencias políticas semirreligiosas. (Antiimperialismo, anticapitalismo; la pretendida representación de los grupos desfavorecidos…) En las propicias condiciones sociales y políticas de principios de siglo, el grupo pudo manipular, sin dificultad, al caudillismo de Correa. Y esto explica la misma existencia de ALIANZA PAIS; poco factible sin este factor cementante. Al momento, el grupo está más bien desprestigiado y arrinconado; por su neta ineficacia administrativa, su retórica vaciada y su parte de corrupción. Pero podría recuperarse y crecer, en la medida en que Moreno se equivoque y fracase; lo que, por cierto, es bastante probable…
Cuatro. Las perspectivas.- La extrema derecha fascista desapareció, en el Ecuador, en la década de los cincuenta, con la extinción del grupo ARNE. Carece, pues, de una organización formal. En el centro, la Democracia Cristiana y la Socialdemocracia no prosperaron, realmente, en el país. El populismo, en cambio, con todas sus variantes, se ha impuesto desde la década de los treinta hasta el día de hoy. ¿Y qué pasará con él? Durante los próximos años, el mayor peligro nacional podría ser el endurecimiento del sector, al estilo del Chavismo. Y, a propósito, lo único que podría evitarlo, sería una oposición enérgica y, simultáneamente, la organización efectiva de los sectores democráticos. (Unos partidos nuevos y modernos…Lo único que, también, podría en verdad “descorreizar” nuestra política.
En fin, Correa no ha muerto; como, ingenuamente, sostienen algunos comentaristas de la prensa nacional. Por sí mismo, -- o por medio de quien lo reemplace, en su sector -- seguirá pesando en el país. Recordar: Tiene sus bases locales y sus apoyos internacionales. (La geopolítica: Cuba, Venezuela, Rusia, China; Assange y compañía…) En el futuro inmediato, seguiremos, pues, viviendo años difíciles y conflictivos. Y, desde luego, también decisivos…