Un grotesco hecho se suscitó cuando el Contralor Celi da a conocer presuntas responsabilidades en un caso de adjudicación petrolera, y el ala dura correísta en la Asamblea le “saltó al cuello”, amenazándole incluso con la destitución por una supuesta violación constitucional. Ciertas enmiendas constitucionales al parecer, con sagacidad, trataron de blindar temas tabú como el monto de la deuda externa y sus niveles
Entre tanto, el fiscal Baca Mancheno encabeza la ardua misión de desentrañar el caso Odebrecht y otros, siempre bajo la espesa sombra de la sospecha ciudadana acerca de las responsabilidades de “peces muy gordos” en la trama corrupta, cuyos entretelones revelara el delator premiado brasileño de la Odebrecht, quien presuntamente fue el “pagador” por así decirlo, de los millonarios sobornos a funcionarios ecuatorianos, dentro del mismo guión que utilizaba la gigante constructora carioca sobe la siempre proclive a delinquir alta burocracia latinoamericana.
El sobresaltado curso de los acontecimientos se vio enturbiado por la repentina venida de Carlos Pareja Yanuselli, Capaya, traído por el Presidente de la Asamblea Nacional, nada menos, y que a cambio de un trato de delator “premiado” ofreció revelaciones que por lo pronto llevaron a un acto nervioso de ex fiscal Galo Chiriboga y su semi cómica situación al ser trasladado a la Fiscalía bajo custodia policial. Pero el retorno de Capaya sigue siendo un enigma. ¿Retornó para aclarar responsabilidades o enturbiarlas más aún en protección de ciertos implicados?
Entre tanto, los dobles juegos continúan. El “consejero político”, quizá impuesto en las postrimerías del gobierno de Correa, Ricardo Patiño, y la ex Presidenta de la Asamblea Gabriela Rivadeneira, viajaron a Bélgica para entrevistarse con su líder Rafael Correa, en una supuesta mediación, que el Presidente Moreno no la pidió, como expresamente lo dijo. Es decir, hay militantes de PAIS que no aclaran su posición. O se hallan con Moreno y su llamamiento a aquella “Cirugía Mayor” contra la corrupción,que le ha ganado un 75% de aceptación nacional, u obedecen al guión trazado por el ex Presidente Correa desde su domicilio belga. La hora de las definiciones y el retiro de las máscaras sin embargo va acercándose. Quienes están por denunciar sin ambages la red de mega corrupción en el gobierno pasado, de la cual el caso Odebrecht es solo un ejemplo, nada más, y aquellos que, quizá metidos en el enredo, temen como los gatitos al agua, aquel baño de verdad que el Ecuador exige a la Fiscalía, Procuraduría, Contraloría.
A propósito de Contraloría, un grotesco hecho se suscitó cuando el Contralor Celi da a conocer presuntas responsabilidades en un caso de adjudicación petrolera, y el ala dura correísta en la Asamblea le “saltó al cuello”, amenazándole incluso con la destitución por una supuesta violación constitucional, en sus señalamientos. Es que hay ciertas enmiendas constitucionales que al parecer, con sagacidad, trataron de blindar esos escrutinios que son temas tabú como el monto de la deuda externa y sus niveles. Todo este extraño y vidrioso asunto exige un desenlace a la prontitud posible, caso contrario, la penumbra puede volverse tan larga como la “larga noche” invocada en los discursos de la década rafaélica.