La historica calle es interrumpida por una construcción antitéctica del trayecto
El Ministerio de Cultura la “reabrió” a uso público pero la vía se interrumpe con una discutida construcción que clama por ser desalojada luego que se confirmó que carece de valor patrimonial
 
La calle Santa Ana es más antigua que la fundación de Cuenca: habría sido un sendero de tiempos cañaris e incas, con una acequia en medio y chozas a los lados, epicentro de la llanura que antes de ser bautizada con nombre español por Hurtado de Mendoza en 1557, la llamó Santa Ana de las Aguas el encomendador Rodrigo Núñez de Bonilla hacia 1538. 
 
   El acta de reparto de solares asigna dos cuadras al Gobernador  Gil Ramírez Dávalos: “La una a la parte del Poniente en la plaza pública de la dicha ciudad, que la atraviesa una calle por medio, que se dice la calle de Santa Ana”.
   Al levantarse la Catedral Nueva y el Seminario se respetó la callejuela, cerrada hace nadie sabe con precisión cuándo, pero pocas décadas atrás, por un edificio que ha impedido atravesarla desde el parque Calderón hasta la calle Padre Aguirre, histórico tramo de la vía que originalmente se habría extendido hasta la actual Huayna Cápac. 
 
   La vía estuvo clausurada desde el portal del parque Calderón por décadas y en los últimos 25 años fracasaron varios intentos por recuperarla. En 1993 el Alcalde Xavier Muñoz Chávez intentó hacerlo, con apoyo del arzobispo Alberto Luna Tobar, quien entonces le pidió señalar fecha para desalojar el inmueble de la Arquidiócesis. De allí no pasó el proyecto: la Universidad Católica de Cuenca utilizaba el edificio del antiguo Seminario y su Rector se oponía a abrir la calle Santa Ana, aduciendo que nunca había existido.
 
   El año 2000 la arquitecta Mariana Sánchez, del área cultural de la Municipalidad, anunció que “es decisión del Alcalde Fernando Cordero restituir esta calle y está dentro de los planes municipales”. Lo hizo en un acto oficial con la participación de la Facultad de Arquitectura representada por Fausto Cardoso, presentando un proyecto de recuperación en el que participaron los arquitectos Simón Estrella y Diego Jaramillo.
 
    El proyecto proponía un recorrido histórico, segmentado por períodos desde los pueblos nómadas, las culturas preincásicas, el incario, la colonia y la época republicana. Tampoco prosperó por oposición de la Universidad Católica, pese a que el Alcalde anunció la acogida del Rector, a quien le ligaban lazos familiares.
  
 El Presidente Correa creó el Ministerio de Cultura y en diciembre de 2007 la emergencia del patrimonio cultural, para recuperar y proteger los bienes patrimoniales del país. La pérdida de una valiosa custodia de oro de un templo de Riobamba, fue uno de los hechos que inspiró la emergencia. Entonces se ejecutaron obras importantes de recuperación patrimonial en Cuenca, así como la reparación de las cúpulas de la Catedral: en los proyectos no constó la calle Santa Ana.
 
    En enero de 2016 se iniciaron los trabajos de restauración, con responsabilidades compartidas entre el Ministerio de Cultura y la Municipalidad de Cuenca. El 6 de febrero pasado el titular del Ministerio, Raúl Vallejo, la abrió al público, pese al obstáculo interpuesto en medio, pues la Municipalidad demora la demolición luego que el Ministerio de Cultura concluyó que no es un bien patrimonial.
 
   Al otro día, la Municipalidad cerró el tramo abierto, para ejecutar  los trabajos de iluminación, pero se mantiene pendiente la resolución sobre el retiro de la construcción en referencia. De abrirse en las actuales condiciones, los transeúntes tendrían un espacio angosto para caminar en columna entre la discutida construcción y la pared norte de la Catedral.
 
   A simple vista, sin necesidad de investigaciones arqueológicas, se aprecia que la construcción interpuesta es obra relativamente reciente. Además, no se justifica desde un punto de vista lógico, que deba mantenerse en pie, pues se la habría levantado arbitrariamente sobre la primera calle de Cuenca, anterior a la fundación española.
 
 
La Patrona de Cuenca
 
    El culto a Santa Ana viene de al menos veinte años anteriores a la fundación de Cuenca, cuando ya en este lugar se había establecido un asiento español.
 
   En 1947 un grupo de damas de la sociedad cuencana, esposas de personajes destacados en la cultura y la política local y nacional, decidió iniciar la celebración del Día de la Patrona de Cuenca y pidió a la Municipalidad de Cuenca que declarase el 26 de julio la fiesta patronal.
 
  El documento, a más de su interés patrimonial, evidencia el afecto que se guardaba por la madre de la Virgen María en la entonces sumamente católica ciudad. Lo transcribimos a continuación:
 
 
Cuenca, 30 de junio de 1947
 
Al Sr. Alcalde de la Ciudad,
Dr. Dn. Luis Moreno Mora
Presente.
 
Señor Alcalde:
 
   Por amor a nuestra ciudad, por el deseo de verla más honrada como también para recabar en su favor la protección del Cielo, hemos resuelto iniciar desde este año de 1947, la celebración del Día de la Patrona de Cuenca, de la Santa que le ha dado su nombre a que sea ilustre y grande en la historia.
 
   Nada excepcional  hay en esta nuestra decisión: España celebra la fiesta de Santiago el Apóstol; París, la de Santa Genoveva; Budapest, la de San Esteban; Venecia, la de San Marcos. A imitación de pueblos tan cultos, cuyos admiradores somos los cuencanos, implantamos la fiesta patronal de Santa Ana en el calendario de nuestras celebraciones cívico-religiosas. Y aprovechando de la ocasión, obliguemos al pueblo católico a tener, como tienen los Estados Unidos, un día de oración por la Patria.
 
   Señor Alcalde de la muy ilustre y cristiana ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, confiadas en la alteza de miras y amplitud de espíritu que os distingue a vos y a los ilustres munícipes del año actual, acojan nuestra solicitud, que tiene el respaldo de la opinión ciudadana en su favor y al hacer oficialmente del día de Santa Ana, día de esta ciudad, rendirán culto a la fe del pueblo al que representáis en la Comuna, levantaréis una oportunidad de hondo sentido cristino para robustecer el espíritu cívico en las nuevas generaciones. Nosotras, un grupo de mujeres orgullosamente cuencanas hemos emprendido por nuestra cuenta en esta cruzada de entusiasmo y fe y dirigiéndonos a todas las Instituciones, las cuales se han apresurado, con gran espíritu de comprensión, a prestarnos su apoyo moral, primero y luego su colaboración.
 
   Ahora esperamos vuestra resolución porque si Cuenca celebra la Fiesta de su Patrona, debe celebrarse no comoquiera sino como ciudad de Cuenca, oficialmente.
 
Dios, Patria y Libertad
Elvira de Crespo Toral, Rosa González de Landívar, Hortensia O. De Crespo, Elena Landívar G., Celina Vega de Malo, Panchita Arízaga T., Lasthenia T. de Arízaga, Dolores Arízaga de M., Rosa María Arízaga Vega, Lucía Chacón de Arízaga, Amelia Vega de Borrero, Francisca Dávila de Muñoz, Lucía Vega de B.
a calle Santa Ana es más antigua que la fundación de Cuenca: habría sido un sendero de tiempos cañaris e incas, con una acequia en medio y chozas a los lados, epicentro de la llanura que antes de ser bautizada con nombre español por Hurtado de Mendoza en 1557, la llamó Santa Ana de las Aguas el encomendador Rodrigo Núñez de Bonilla hacia 1538. 
 
 
   El acta de reparto de solares asigna dos cuadras al Gobernador  Gil Ramírez Dávalos: “La una a la parte del Poniente en la plaza pública de la dicha ciudad, que la atraviesa una calle por medio, que se dice la calle de Santa Ana”.
 
   Al levantarse la Catedral Nueva y el Seminario se respetó la callejuela, cerrada hace nadie sabe con precisión cuándo, pero pocas décadas atrás, por un edificio que ha impedido atravesarla desde el parque Calderón hasta la calle Padre Aguirre, histórico tramo de la vía que originalmente se habría extendido hasta la actual Huayna Cápac. 
 
   La vía estuvo clausurada desde el portal del parque Calderón por décadas y en los últimos 25 años fracasaron varios intentos por recuperarla. En 1993 el Alcalde Xavier Muñoz Chávez intentó hacerlo, con apoyo del arzobispo Alberto Luna Tobar, quien entonces le pidió señalar fecha para desalojar el inmueble de la Arquidiócesis. De allí no pasó el proyecto: la Universidad Católica de Cuenca utilizaba el edificio del antiguo Seminario y su Rector se oponía a abrir la calle Santa Ana, aduciendo que nunca había existido.
 
   El año 2000 la arquitecta Mariana Sánchez, del área cultural de la Municipalidad, anunció que “es decisión del Alcalde Fernando Cordero restituir esta calle y está dentro de los planes municipales”. Lo hizo en un acto oficial con la participación de la Facultad de Arquitectura representada por Fausto Cardoso, presentando un proyecto de recuperación en el que participaron los arquitectos Simón Estrella y Diego Jaramillo.
 
    El proyecto proponía un recorrido histórico, segmentado por períodos desde los pueblos nómadas, las culturas preincásicas, el incario, la colonia y la época republicana. Tampoco prosperó por oposición de la Universidad Católica, pese a que el Alcalde anunció la acogida del Rector, a quien le ligaban lazos familiares.
  
 El Presidente Correa creó el Ministerio de Cultura y en diciembre de 2007 la emergencia del patrimonio cultural, para recuperar y proteger los bienes patrimoniales del país. La pérdida de una valiosa custodia de oro de un templo de Riobamba, fue uno de los hechos que inspiró la emergencia. Entonces se ejecutaron obras importantes de recuperación patrimonial en Cuenca, así como la reparación de las cúpulas de la Catedral: en los proyectos no constó la calle Santa Ana.
 
    En enero de 2016 se iniciaron los trabajos de restauración, con responsabilidades compartidas entre el Ministerio de Cultura y la Municipalidad de Cuenca. El 6 de febrero pasado el titular del Ministerio, Raúl Vallejo, la abrió al público, pese al obstáculo interpuesto en medio, pues la Municipalidad demora la demolición luego que el Ministerio de Cultura concluyó que no es un bien patrimonial.
 
   Al otro día, la Municipalidad cerró el tramo abierto, para ejecutar  los trabajos de iluminación, pero se mantiene pendiente la resolución sobre el retiro de la construcción en referencia. De abrirse en las actuales condiciones, los transeúntes tendrían un espacio angosto para caminar en columna entre la discutida construcción y la pared norte de la Catedral.
 
   A simple vista, sin necesidad de investigaciones arqueológicas, se aprecia que la construcción interpuesta es obra relativamente reciente. Además, no se justifica desde un punto de vista lógico, que deba mantenerse en pie, pues se la habría levantado arbitrariamente sobre la primera calle de Cuenca, anterior a la fundación española.
 
 
La imagen sobre la Catedral
 
La estatua fue elaborada en Italia por el Sacro Instituto Religioso de las Artes de Roma y se la colocó en 26 de julio de 1965, en la Fiesta Diocesana de Santa Ana. El valor de la obra fue de 120 mil sucres.
 
   El Arzobispo Manuel de Jesús Serrano, en la ceremonia, dijo: “España nos puso bajo el manto protector de esta augusta y divina Señora, Madre de la Madre de Dios, y por ella, poderosa y buena, la Iglesia ha ratificado este elección al crear la Diócesis y el I. Municipio de esta Ciudad así lo ha reconocido repetidas veces y la ha aclamado Dueña y Señora de estos dominios que aman la paz y el trabajo…”
 
 
Escultura en bronce de Santa Ana y su hija María, madre de Jesucristo, sobre el frontis de la Catedral. La foto corresponde al día en que el Ministerio de Cultura en 2009 entregó las obras de mantenimiento de las cúpulas del templo.

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