Panorámica de la planta de agua potable de Tixán, que se alimenta con el río Machángara.
Cuenca está casi al límite del aprovisionamiento de agua para el consumo humano y si demoran las obras previstas para incrementar la potabilización, en tiempo relativamente corto habría emergencias.  La ampliación de la planta de Tixán está suspendida por problemas jurídicos 

   La ampliación de la planta de Tixán es tema de denuncias y procesos judiciales relativos a la contratación, pero poco se ha dicho de su importancia para evitar el déficit de agua que estaría a punto de sufrir la población de Cuenca y de sus áreas periféricas.
 
   AVANCE dialogó con técnicos de la empresa ETAPA –ingenieros Agustín Rengel, Pablo Donoso y Fernando Cazar- para al margen del tema jurídico en debate, conocer detalles sobre la producción, los caudales, las plantas y los proyectos de abastecimiento del líquido vital a la capital del Azuay.
 
   La Empresa de Teléfonos, Agua Potable y Saneamiento Ambiental (ETAPA) es responsable de suministrar el agua a la ciudad de Cuenca, a través de las plantas del Cebollar, de Sustag y Tixán, que utilizan caudales de las cuencas hídricas de los ríos Tomebamba, Yanuncay y Machángara. Ellas producen, en su orden, el 50%, el 25% y el 25%, en su orden, del agua que consumen cerca de 500 mil habitantes. Hay también en el cantón, entre otras pequeñas, las plantas de Paquitranca, Culebrillas y Soroche, cuyos aportes menores se puntualizan en áreas próximas a su ubicación rural.
 
   Las tres plantas mayores están al borde del déficit: Cebollar tiene una capacidad de 1100 litros por segundo, pero su producción es de 700 litros en períodos de estiaje; Sustag tiene la capacidad de 450 litros por segundo pero llega a 150; y, Tixán produce en tiempos de lluvia 600 de los 840 litros por segundo de su diseño, debido a la turbulencia del caudal. Su ampliación con un nuevo módulo prevé incrementar 1.100 litros por segundo, más la recuperación del déficit del módulo que opera desde 1996.
 
   Las condiciones de restricción aludidas en las dos principales plantas de agua potable de Cuenca se producen en períodos estacionales diferentes, lo que permite que las dos, que están interconectadas, operen con una producción media diaria de 1600 litros por segundo.
 
   Cuenca está bañada por cuatro ríos, pero sus caudales son generalmente deficitarios, pues sirven también para uso industrial y de regadío. La planta de Tixán se alimenta con las aguas reguladas de los embalses hidroeléctricos de Chanlud y El Labrado, pero el caudal destinado prioritariamente a producir electricidad es restringido al uso potable.  
 
   Según técnicos de la empresa ETAPA, Cuenca requiere de 500 litros adicionales de agua potable por segundo para el seguro abastecimiento a la población actual, previéndose que las necesidades irán incrementándose para atender a 610 mil habitantes en 2030, a más de 673 mil en 2040 y a alrededor de un millón en 2050. El monitoreo y manejo cuidadoso de las fuentes permite que pase todavía desapercibida la escasez del agua en la ciudad.
 
La inestabilidad del cauce de los ríos cuencanos se manifiesta en grandes crecientes amenazantes o en períodos de estiaje.
   El tema del agua será cada vez más preocupante y de urgentes medidas municipales. Se prevé represar lagunas en la zona de El Cajas, se investiga la presencia de aguas subterráneas en la planicie de Tarqui y a largo plazo se mira la posibilidad de traer agua del río Negro, en las proximidades de Morona Santiago, por un canal de 90 kilómetros, para una nueva planta en una zona alta próxima a Cuenca. Esta fuente sería suficiente para abastecer a más de dos millones y medio de habitantes en 2100, cuando quedarían innecesarias las actuales plantas.
 
   La regulación de los caudales existentes es la acción técnica urgente para prevenir la escasez de agua potable. ETAPA prevé conversaciones con la empresa Elecaustro sobre el manejo de las represas de Chanlud y El Labrado, a fin de que los embalses operen en función de las necesidades del servicio de agua, que requiere un caudal de al menos 2.50 metros cúbicos por segundo, para períodos de estiaje.
 
  En la cuenca del río Yanuncay se prevé construir un embalse del río Quingoyacu, que aseguraría un caudal de 1.5 metros cúbicos de agua, con una ampliación de la planta de Sustag, que tiene el inconveniente de la coloración oscura del líquido que incrementa los costos del tratamiento.
 
   En la cuenca del río Tomebamba se estudia una presa en la laguna de Surocucho, de 20 metros de alto por 200 de longitud de coronación, que permitiría un volumen de embalse de más de 70 mil metros cúbicos de agua para la planta de El Cebollar.
 
   La ampliación de la planta de Tixán –10.6 millones de dólares- es urgente, para dar agua al 50% de la población de Cuenca hasta la mitad del presente siglo. Toda demora, por ello, es alarmante, como la de estos días, por investigaciones sobre denuncias de posibles acciones fraudulentas de contratación. La empresa ETAPA, en vísperas de cumplir cincuenta años, está en crisis, al punto que su Gerente ha perdido la libertad mientras se cumple una instrucción judicial, cuyos resultados decidirán su suerte en 90 días, como la de otros acusados sometidos a medidas cautelares. 
 

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