por: Angel Pacífico Guerra
El 29 de marzo se cumplieron veinte y cuatro años de la catástrofe de La Josefina. La “conmemoración” pasó inadvertida para las entidades oficiales y para la gente, pues el tiempo, más la reconstrucción, lo borran todo. Algo hubo similar a lo de 1993: el invierno. Como entonces y ahora, pocas veces han caído lluvias tan intensas en la zona del austro ecuatoriano.
Al recordar la tragedia de La Josefina, vale reconocer que el crudo invierno de este año no ha dejado consecuencias lamentables en la región, porque las obras de remediación han tenido buen resultado. Además, Cuenca, también víctima de los rigores invernales, a diferencia de lo ocurrido en otras ciudades del país, ha visto pasar sin consecuencias lamentables la recia temporada. Estamos, pues, más o menos bien protegidos y seguros frente a las inclemencias de la naturaleza. Si así llueve, que no escampe…
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Cuenca conmemora 160 años de su fundación española. La “conquista” fue un lunes santo, 12 de abril, en 1557. La Municipalidad cuencana ha puesto a circular un largo y nutrido programa de eventos y celebraciones. ¿Vendrá el señor Presidente de la República a saludar a la capital azuaya en su efemérides? Esta es la gran pregunta, cuando el Economista de Carondelet ya realiza la cuenta regresiva de su década de mandato. Quizá bien vale que viniera, a tomarse un trago de estribo, brindis del Alcalde Marcelo Cabrera que espera ansioso el momento de subirse al estribo del tranvía que con sacrificio da construyendo a quien lo planificó en la anterior administración.
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Y la vecina capital cañari, Azogues, no se queda atrás: en este abril conmemora con mesa larga los 192 años de cantonización. La Municipalidad y la Casa de la Cultura son auspiciantes de eventos de homenaje a la vecina ciudad que, cada vez con más celeridad, va haciéndose una sola con Cuenca, en una conurbanización incontenible que debería inspirar gestiones conjuntas, planificadas y apropiadas, pensando en un presente real cada vez más próximo.