Juan Pablo Pozo, cuencano, asegura que la responsabilidad primordial de la institución que preside es la de garantizar el respeto de la voluntad popular que expresarán democráticamente las elecciones generales de febrero de 2017. Aquí una entrevista que concedió a AVANCE
¿Cómo resume la gestión del CNE al empezar septiembre, en relación con las elecciones de 2017?
Como antecedente, el 18 de febrero fue un día histórico para el Ecuador, pues iniciamos un cronograma regresivo hacia las Elecciones Generales del 2017 un año antes. Entonces, nos comprometimos como institución electoral garantizar la transparencia, el fortalecimiento del control social, el respeto irrestricto a la pluralidad política y la realización de procesos auditables al registro electoral, a la inscripción de candidaturas, selección de los Miembros de las Juntas del Voto, a la conformación del paquete electoral y al sistemas de escrutinio.
La gestión hacia los comicios sigue en forma efectiva, y vamos cumpliendo el calendario: el 21 de marzo iniciamos el Plan General de Seguimiento y Auditorías; el 1 de julio en las provincias afectadas por el terremoto comenzamos las campañas de cambios de domicilio electoral; el 18 de julio finalizó el plazo de entrega de las fichas de inscripción de las organizaciones políticas que desean participar en las Elecciones de 2017; el 18 de agosto el país conoció las organizaciones políticas habilitadas para participar en los comicios y concluimos el 31 de agosto las campañas de cambio de domicilio.
¿Cuánto ha desarrollado el Ecuador en materia electoral en la última década?
Nosotros llegamos a un proceso de transformación que tuvo como antecedente un Tribunal Supremo Electoral cuyas funciones eran organizar, dirigir, vigilar y garantizar los procesos electorales, y juzgar las cuentas que rindieran los partidos, movimientos políticos, organizaciones y candidatos, sobre el monto, origen y destino de los recursos utilizados en las campañas. Los vocales del anterior Tribunal eran representantes de los partidos, movimientos o alianzas políticas con las más altas votaciones en las elecciones pluripersonales últimas. De las ternas presentadas elegía miembros el Congreso Nacional.
Hoy tenemos un cambio trascendental con la Constitución de 2008, que marca un quiebre entre la institucionalidad anterior y la actual. La Función Electoral conforman hoy el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Contencioso Electoral. Los Consejeros, Consejeras, Jueces y Juezas, fuimos elegidos por concursos de oposición y méritos; y tenemos como misión garantizar el ejercicio de los derechos políticos expresados a través del sufragio, así como lo referente a la organización política de la ciudadanía Así, consolidamos una institucionalidad electoral que responde a la pluralidad política del país y proyecta sus acciones hacia la formación cívica democrática.
¿Están descartadas todas las posibilidades de alguna forma de fraude electoral?
Absolutamente: actuamos para garantizar la transparencia, el control social y político en cada una de las fases de las Elecciones Generales del 2017. Personalmente, creo en la tríada de la transparencia que consiste en la observación nacional e internacional y la participación partidaria.
Como Consejo Nacional Electoral desde 2015, con la actual administración, potenciamos el Acuerdo de Cooperación que firmamos con la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, OEA, en 2014. Este proceso integró actividades de capacitación, entrenamiento y formación práctica para la Pre-Auditoría de Certificación y Auditorías Externas de Certificación para que tengamos desde el 7 de julio la Certificación Internacional en la Especificación Técnica ISO/TS17582, dirigida a los organismos que promueven eficiencia, efectividad y gestión de todo el ciclo electoral con servicios confiables y transparentes.
¿Estos avances, se reflejan en la vida democrática del país?
Se reflejan en los resultados electorales, porque a nadie le queda duda que se ha respetado la voluntad del pueblo ecuatoriano en las urnas; las credenciales entregadas a todas las autoridades que hoy ejercen funciones en todo el país, reflejan la transparencia.
Usted pertenece al organismo electoral por varios años: ¿qué diferencias aprecia entre la organización de los comicios precedentes y los próximos?
El logro constitucional de establecernos como una Función del Estado, tiene como resultado la organización de procesos electorales, como fruto de principios de autonomía, independencia, publicidad, transparencia, equidad, interculturalidad, paridad de género, celeridad y probidad. En este marco, nuestro compromiso para el 2018, al terminar nuestra gestión en la Presidencia del CNE, es dejar una institución más técnica y menos política. Nos preocupamos por dejar procedimientos sostenibles, la modernización y el mejoramiento de la calidad de los servicios del organismo electoral, con resultados como la Certificación internacional. Estos logros, sin duda, repercuten en la organización y los enfoques en los procesos electorales, desde el respeto a la pluralidad política y la amplia participación de la ciudadanía.
En las últimas elecciones se ensayó el voto electrónico. ¿La experiencia no fue positiva para haberla descartado?
Debido al tipo de elección, a la austeridad y respondiendo a una solicitud de las organizaciones políticas, en las elecciones de febrero de 2017 no se utilizará el sistema de voto electrónico en ninguna provincia, sino que se empleará el tradicional sistema de papeleta física. En este caso, precisamos que las elecciones del 2017 son de carácter nacional, por lo que al utilizar el voto electrónico en dos o tres provincias, se obtendrían resultados parciales hasta esperar datos de las otras provincias para dar los totales para dignidades de presidente, vicepresidente, parlamentarios andinos y asambleístas nacionales. El voto electrónico es una posibilidad de ejercer democracia y en ese sentido, en las Elecciones Seccionales de 2014 se empleó esta modalidad en Azuay y Santo Domingo de los Tsáchilas; también en el sector “La Morita”, en la parroquia de Tumbaco de la provincia de Pichincha. En Azuay no hubo reclamos e incluso las organizaciones políticas firmaron un acuerdo y respetaron los resultados.
En Azuay impulsamos en las Elecciones Seccionales de 2014
acciones para el mejoramiento de las prácticas electorales, porque entendimos que a más de implementar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación al servicio de la democracia, es fundamental la garantía del sufragio y la confianza de la gente. En la provincia donde fui el Coordinador del proyecto, creamos las condiciones para que la ciudadanía y las organizaciones políticas creyeran en este novedoso proyecto.
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En un día de trabajo habitual. |
Con Voto Electrónico en Azuay en 2014, para 608.766 electores, alcanzamos grandes hitos como los siguientes: rapidez en la entrega de resultados, reducción del ausentismo, capacitación efectiva de electores, auditoría del 100% de las actas de escrutinio, inclusión al sufragio de personas con discapacidad bajo modalidad de “Voto en Casa”, garantía del voto para electores privados de su libertad, votación intercultural en idioma kichwa de pueblos y nacionalidades indígenas, firma del “Acuerdo por la Democracia y la Transparencia” en respaldo al Voto Electrónico, y reconocimientos de las misiones de observación internacional que calificaron al Voto Electrónico como un proyecto emblemático con el respaldo de la ciudadanía. Esta experiencia compartimos en el Congreso Mundial de Voto Electrónico EVOTE 2014, en la ciudad de Bregenz, Austria, con 20 países incluido Ecuador. A futuro, Azuay tendría que volver al voto electrónico en los comicios seccionales.
¿Qué liga a los países suramericanos para pensar en un organismo electoral que los integre internacionalmente?
Para crecer y consolidarnos como país y Región en el ámbito electoral, necesitamos pensarnos y, de forma permanente, convertir nuestras fortalezas en oportunidades y en continuos aprendizajes. Hoy hay que trascender desde la democracia plena, que se basa en la real participación; pero sobre todo en crear nuevos hábitos en democracia desde los contextos regionales.
¿No son las diferencias sociales, políticas, económicas, impedimentos para esa integración?
Lo que nos debe unir son los sueños de integración por la verdadera cooperación electoral; porque la democracia hoy ya no la discutimos, porque nuestras naciones desde las diferentes instancias de articulación, pensaron en los mejores caminos para definir y actuar en torno a la calidad de la democracia.
¿Se han fortalecido las democracias suramericanas a través de las relaciones en materia electoral?
Indudablemente. Un ejemplo reciente fue la oportunidad que tuve de ser Coordinador General de la Misión Electoral de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en las Elecciones Generales de 2016 de la República del Perú. Hoy no solo vamos a observar y a realizar el acompañamiento, en dependencia de la legislación de cada país, sino que aprendemos de buenas prácticas electorales.
¿El Ecuador ha dado aportes a otros países en esta materia?
Con el trabajo institucional del CNE contribuimos a una competencia asumida por los organismos electorales de la región y del mundo, que establecen una cooperación entre sí para mejorar las prácticas electorales, en una relación completamente horizontal. En nuestro caso, ejercimos la observación y acompañamiento en países de la Región; y hemos fortalecido instancias de coordinación mediante el Consejo Electoral de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Asociación Mundial de Órganos Electorales (AWEB), la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) y la Organización de Estados Americanos (OEA). Asesoramos a República Dominicana y a Paraguay en la implantación del Voto en Casa para que las personas con discapacidad ejerzan el sufragio desde sus hogares. Prestamos asistencia técnica al Tribunal Supremo Electoral de Bolivia sobre procesos para la obtención de la Certificación Internacional Especificación Técnica ISO/TS 17582.
¿Un pronunciamiento definitivo sobre las posibilidades de que Rafael Correa vuelva a presentar su candidatura?
La ciudadanía tiene derechos y mecanismos para plantear sobre asuntos de interés público. En este caso, es competencia de las instancias respectivas pronunciarse sobre el tema. Como Consejo Nacional Electoral, luego que se cumplan todos los pasos previos, actuaremos según la Ley en nuestras funciones de administración de los procesos electorales.
¿Algo más que usted quisiera añadir?
Al CNE, a los actores del sistema político/electoral y a la ciudadanía nos convocan sueños y acciones por el fortalecimiento de la democracia. Esta proyección, en un ámbito plural, nos compromete a mejorar las prácticas electorales, pues no puede haber una real participación política de la ciudadanía con justicia social, sin una democracia fortalecida, sin igualdad y sin la inclusión de todas y todos. Nuestro único objetivo es el respeto absoluto a la voluntad ciudadana, democráticamente expresada en las urnas.