Una especialista en realizar la mutilación genital femenina en Kapchorwa, Uganda, habla con una periodista. Las mujeres de esta localidad fueron capacitadas para generar conciencia sobre la necesidad de poner fin a esta práctica. Crédito: Joshua Kyalimpa/IPS. |
por: Desmond Latham
El matrimonio infantil y el parto en niñas genera grandes problemas de salud, pero también la mutilación genital femenina expone a cada vez más mujeres y niñas a las enfermedades de transmisión sexual
JOHANNESBURGO (IPS) - Tras años de discusiones y debates en África, el movimiento para poner fin a la mutilación genital femenina cobró impulso con un nuevo plan de acción, aprobado por el Parlamento Panafricano (PAP) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que también procurará terminar con el matrimonio precoz.
El UNFPA ya capacitó a unos 100.000 trabajadores y trabajadoras de la salud para atender específicamente a las mujeres que hayan sufrido ese tipo de intervención. Además, decenas de miles de líderes tradicionales también suscribieron llamados contra esta práctica. El acuerdo fue la culminación de una reunión que mantuvieran las representantes del PAP con funcionarios del UNFPA en Johannesburgo.
Al inicio del encuentro, el presidente del PAP, el camerunés Roger Dang, recordó: El “PAP está decidido a ayudar y a formar parte de los actores que encuentran soluciones a esta práctica. Esto concuerda con el mandato de defender y promover la igualdad de género y de las personas con discapacidades”.
El PAP es el órgano legislativo de la Unión Africana (UA), que cuenta con 250 representantes de los 50 países que la integran.
En algunos estados africanos, obligan a niñas de tan solo 11 o 12 años a casarse con hombres mayores, lo que incrementó los problemas de salud, como cáncer de útero, además de numerosas complicaciones sociales.
La subdirectora regional del UNFPA para África oriental y austral, Justine Coulson, dijo que de continuar la tendencia actual, el número de niñas menores de 15 años con hijos aumentará a un millón, pasando de dos a tres millones de madres adolescentes.“Si no hacemos nada, en la próxima década habrán 14 millones de menores de 18 años casadas por año”, alertó.
Se estima que hay por lo menos siete millones de niñas casadas solo en África austral. El matrimonio infantil y el parto en niñas genera grandes problemas de salud, pero el taller del PAP también se concentró en la mutilación genital femenina y en cómo esta expone a cada vez más mujeres y niñas a enfermedades de transmisión sexual, como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
El riesgo deriva de la utilización de instrumentos contaminados, de las hemorragias, que son comunes y que requieren transfusiones de sangre, y de relaciones sexuales dolorosas, que causan desgarramientos y lesiones vaginales.
A escala global, se estima que hay unas 200 millones de niñas y mujeres que sufrieron algún tipo de mutilación genital. En África, es una práctica común en por lo menos 26 de los 43 países del continente, con prevalencias del orden de 98 por ciento, en Somalia, a cinco por ciento en República Democrática del Congo.
La participación de los gobernantes africanos es fundamental para que este último impulso tenga efecto, pues 140 millones de mujeres y niñas en África subsahariana fueron sometidas a la mutilación genital. El objetivo de esta iniciativa es llegar a toda la gente en el terreno, así como lograr una incidencia en materia de legislación y que se prohíba la ablación.
El procedimiento altera o lastima los órganos genitales de las mujeres o las niñas sin motivos médicos. Es una intervención que no trae beneficios para la salud y que puede causar varios problemas, como hemorragias, y con el tiempo, dificultades para orinar, quistes, infecciones y complicaciones en el parto.
Hay cuatro métodos de mutilación genital femenina. El tipo 1, clitoridectomía, que implica la extirpación total o parcial del clitoris. El tipo 2, o resección, cuando se remueve totalmente el clitoris y los labios menores de la vulva. El tipo 3, conocido como infibulación, consiste en el cierre vaginal mediante sutura. Y el tipo 4, incluye todas las otras intervenciones dañinas como perforación, cauterización, raspado y suturas en la vagina.
A escala global, se estima que hay unas 200 millones de niñas y mujeres que sufrieron algún tipo de mutilación genital. En África, es una práctica común en por lo menos 26 de los 43 países del continente, con prevalencias del orden de 98 por ciento, en Somalia, a cinco por ciento en República Democrática del Congo.
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Coulson observó que iniciativas como la de la SADC comienzan a arrojar resultados tangibles. “Las niñas y las mujeres de África necesitan de su apoyo para poner fin a la mutilación genital femenina. Debemos actuar ahora. Todo lo que se requiere es nuestra participación, pasión y dedicación para salvaguardar sus derechos humanos”, remarcó Coulson en el taller.
El PAP creó un grupo de trabajo que supervisará todas las iniciativas legislativas similares. Las prioridades se concentran en leyes y normas, en involucrar a la comunidad, en movilizar recursos, en generar conciencia y en implementar el plan a escala nacional y regional.
El presidente del PAP, Dang, también invitó a los hombres a involucrarse en la lucha contra la mutilación genital femenina. “Tenemos la doble de responsabilidad de defender a las niñas contra esta violación de derechos humanos”, subrayó.