La  mujer está en todas las actividades privadas y públicas del mundo contemporáneo. Su acceso a la Educación le ha abierto un liderazgo insospechado hasta las dos últimas décadas del siglo pasado y en la actualidad cumple funciones gubernamentales, legislativas, profesionales de cualquier especialidad o en tareas laborales de los sectores productivos.


   En la Universidad, las estudiantes y las docentes comparten por igual la formación profesional con los varones. En la Universidad de Cuenca tres damas compiten por el Vicerrectorado y está por terminar su período en esa función la educadora Silvana Larriva.


   El mes pasado AVANCE planteó un cuestionario a los candidatos al Rectorado de la Universidad de Cuenca y esta vez, a las candidatas al Vicerrectorado. Constan en esta sección sus respuestas, oportunas, cuando en el principal plantel de educación superior de Cuenca se vive una intensa campaña electoral.

 

CUESTIONARIO

1.- ¿Sus propuestas fundamentales desde el Vicerrectorado en las responsabilidades académicas de la Universidad?

2.- ¿Cómo explica que la Universidad de Cuenca haya perdido la categoría académica con las nuevas leyes universitarias y qué propone para recuperarla?

3.- ¿Qué importancia tiene la investigación para la universidad y cómo fortalecerla?

4.- .-¿Cómo interpreta que de tres binomios para el Rectorado, ni uno solo lo presida una mujer universitaria?

5.- ¿Sus propuestas frente al desarrollo de maestrías y doctorados?

6.- ¿Algo que, por su iniciativa, quisiera añadir?

 

Catalina León Pesántez:

Ph.D en Estudios Culturales Latinoamericanos (2009), Magíster en Historia Andina (Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador), Docente y Directora de la Especialización de Filosofía de la Universidad de Cuenca, Profesora invitada de la Universidad Andina Simón Bolívar, Directora del Departamento de Investigación y Postgrados de la Facultad de Filosofía, Directora de proyectos de investigación sobre Pensamiento Crítico Latinoamericano (22 artículos publicados), participación en varios eventos académicos internacionales. Mención de Honor, otorgado por el Municipio de Quito a la mejor obra en Ciencias Sociales, 2013..

María Augusta Hermida:

PhD. Arq. M. Augusta Hermida, es profesora a tiempo completo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Cuenca. Doctora en Arquitectura, master en Proyectos Arquitectónicos y en Informatización de Proyectos Arquitectónicos. Directora del Departamento de investigación en Espacio y Población y del Grupo Ciudades Sustentables–LlactaLAB. Miembro del Consejo Asesor de la revista Informes de la Construcción (2015-2018). Coordinadora en Ecuador de la Red Comunidades urbanas energéticamente eficientes, financiado por CYTED. Fundadora de Duran-Hermida arquitectos asociados en donde ha ganado premios y concursos.
Su investigación actualmente se enfoca a temas relacionados con la sostenibilidad y la resiliencia de las ciudades latinoamericanas.

María Elena Cazar Ramírez:

Ph.D en Investigación y Desarrollo de Productos Naturales, Universidad de Talca, Chile (2006). Doctora en Química. Escuela Superior Politécnica del Chimborazo (1995). Profesora Principal de la Universidad de Cuenca. Antes, profesora en las Universidades del Azuay y de Talca (Chile), profesora e investigadora visitante en las Universidades de Osnabruck y Kaiserslautern (Alemania) y en la de Leiden (Holanda). Ha impartido cursos de posgrado en varias universidades del Ecuador. Autora de proyectos de investigación ganadores en convocatorias de CONESUP y SENESCYT. Ha publicado artículos científicos en revistas indexadas SCOPUS y Latindex. Revisora de la revista científica Industrial Crops and Products – SCOPUS y evaluadora de proyectos de investigación nacionales e internacionales. Fue miembro del Consejo Consultivo Sectorial de SENESCYT en el área de Saberes Ancestrales. Ahora, coordinadora nacional de la Red de Bioproductos y del Proyecto de Cooperación entre la Universidad de Cuenca y la de Osnabruck..

 

 

Binomio con Pablo Vanegas

1.- Integrar la docencia a la investigación y la investigación a la docencia, valorando la experiencia de profesores con años de formación, y apoyando a las nuevas generaciones para el acceso al cuarto nivel, a fin de que esta capacitación se traduzca en actualizar las carreras y rediseñar mallas curriculares flexibles que permitan un ejercicio de la interdisciplinariedad; en construir programas y proyectos de investigación teórica/fundamental y aplicada/formativa con pertinencia social y responsabilidad ética. Fortalecer la Unidad Curricular para la ejecución de un modelo educativo que propicie la movilidad de profesores, investigadores y estudiantes y fundamentalmente posicione al estudiante como el actor principal en la construcción de su propio conocimiento. Optimizar una planificación que clarifique y simplifique los procesos de evaluación y acreditación de la universidad. Aplicar contextualmente políticas académicas para integrar el grado, posgrado e investigación que respondan a las necesidades de la sociedad local, regional y nacional.

2.- El sistema de evaluación en las instituciones de Educación Superior –y probablemente en todas las del país– es una experiencia nueva, y como tal, careció de una planificación que contara con un plan de preparación previa, por ello hubo deficiencias y errores técnicos; los mismos parámetros de evaluación fueron imprecisos y contradictorios; el cálculo de algunos indicadores y las valoraciones de ciertos indicadores fueron inconsistentes; por esta razón creemos que no fue justa y esto lo reconoce el mismo Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de Educación Superior –CEAACES–. Sin embargo, en la actualidad tenemos a la carrera de medicina acreditada. Estamos exigiendo a esas autoridades que organicen procesos sistemáticos y coherentes para su aplicación. Internamente, todos, docentes y personal administrativo están comprometidos con el desarrollo de los logros de aprendizaje en nuestros estudiantes, con la organización de la información y readecuación de sus instalaciones.

3.- La investigación es una de las tres funciones sustantivas de la actividad académica universitaria en la medida en que permite crear e innovar ciencia, tecnología; y, a la vez, abre posibilidades para actualizar y procesar categorías críticas frente a los efectos de la sociedad del conocimiento, de la comunicación y la aplicación de la tecnología. La investigación nos permite conocer los términos del diálogo entre las denominadas ciencias duras con la sociales, las humanidades y las artes con el propósito de establecer un respeto entre los seres humanos; y de estos con la naturaleza, una posición ética frente a las amenazas provenientes del capital global que ya está perjudicando el medio ambiente y las condiciones de vida de la humanidad.

4.- Por las razones que “históricamente” han sido asignadas a la mujer, el acceso a la educación de cuarto nivel no es equitativo, razón por la que hay un número limitado de mujeres con el título de Ph.D; de otro lado, todavía persiste en nuestro medio una cultura del “recelo” y de la “desconfianza”, frente a las capacidades intelectuales, profesionales y de ejercicio del poder de las mujeres; sin embargo, la Universidad de Cuenca ha ampliado su visión y hoy tenemos a mujeres como decanas y subdecanas. Respondiendo a una actitud democrática, en años anteriores eligió a una vicerrectora, quien gestiona exitosamente el quehacer académico institucional. Es necesario impulsar la transversalización del enfoque de género en las mallas curriculares de grado y proponer medidas de acción afirmativa para el acceso a maestrías y doctorados para avanzar hacia una paridad de género. En el estudiantado proponemos una educación por la equidad y la paz para reducir la violencia institucional.

5.- Fortalecer los programas de maestrías profesionales que se ejecutan en todas las carreras de la Universidad y afianzar la constitución de maestrías profesionales permanentes. Al momento, la Universidad tiene una planta de docentes adecuada para sostener y desarrollar este tipo de maestrías. De otro lado, es necesario diseñar un plan para crear programas de maestrías en investigación fundamental y aplicada, que vaya desde el nivel formativo hacia mayores grados de especialización, recogiendo las experiencias investigativas desarrolladas en los departamentos de investigación de las Facultades, y en los centros de investigación como: PROMAS, PYDLOS, ACORDES, VLIR, CEA, Aula de Derechos Humanos, entre otros.

6.- Como académica y precandidata al Vicerrectorado, estoy convencida de la importancia sustantiva de prepararnos para atender con eficiencia a las expectativas de nuestras/os estudiantes, a su potencial creativo e innovador, para desarrollar incluso sus propias destrezas de aprendizaje; potenciaremos las buenas prácticas para optimizar la política estudiantil de inclusión social y respeto a la creatividad; de mejorar la calidad de la educación, de los servicios tecnológicos y de bienestar estudiantil.

 

 

Binomio con Juan Leonardo Espinoza

1.-  Nuestra propuesta principal es integrar las diferentes dimensiones académicas de la universidad: el grado, la investigación y el posgrado. Reconocer sus especificidades, con interacciones fuertes entre ellas. Crear más maestrías de investigación repartidas en diferentes áreas del conocimiento o, que atraviesen diversas disciplinas, debe surgir de grupos de investigación con alto grado de madurez. Los programas deben integrarse (no exclusivamente) por profesores titulares y las actividades deben incluirse en su planificación regular. Esto generaría colaboración entre profesores-investigadores, estudiantes de maestría y de posgrado. Un reto así implica fortalecer grupos de investigación, flexibilizar las herramientas de planificación de los profesores, la inclusión de estudiantes de pregrado en planes de investigación científica, estrechar lazos entre grado, investigación y posgrado, etc.

2.- Faltó información precisa sobre los criterios de evaluación. Se sabía que se utilizaría un indicador compuesto, pero no quedaba claro cuáles serían los pesos exactos para cada criterio ni las funciones de utilidad de cada uno de ellos. Esto hizo que la universidad no estuviera lista para recopilar la información de forma óptima y diseñar estrategias precisas para un proceso de evaluación claro.

Además, el modelo de evaluación debió explicitarse, someterlo a crítica. Se debió debatir la filosofía general; se debieron debatir detalles de la metodología (el por qué de cada peso y de cada función de utilidad). Por falta de claridad y de actitud crítica el indicador usado no reflejó la realidad de la universidad, creando desventaja para universidades completas como la nuestra. Que las universidades calificadas como A todas son privadas o politécnicas, indica la probabilidad de un sesgo en los instrumentos de evaluación.

La Universidad de Cuenca pronto será recategorizada como A. En uno de los indicadores de mayor peso como el número de publicaciones indexadas, ha escalado posiciones. Está entre las cuatro universidades ecuatorianas mejor ubicadas en la base de datos Scopus. Además, la diferencia con la universidad mejor posicionada es mucho menor que antes. Desde el vicerrectorado fomentaremos la excelencia académica, orientándola hacia objetivos de compromiso con la sociedad, con la región. Conciliando los objetivos de excelencia y pertinencia con una estrategia ágil y no invasiva de acopiamiento de información, el cumplimiento de indicadores será un resultado de nuestra labor académica comprometida y no un fin en sí mismo.

 3.- La investigación es fundamental. Necesitamos generar y aplicar conocimiento para apuntalar el desarrollo sostenible del país. Hay casos de éxito en nuestra universidad y fortaleceremos estos procesos. Hay que poner la semilla de la investigación en las diferentes áreas del conocimiento. Esto implica un trabajo de identificación de grupos que están en sus inicios y de alianzas potenciales. Para esto, manejaremos el concepto de monitoreo no invasivo, que significa enterarse de lo que están haciendo los grupos de investigación in situ. A partir de esto, generar políticas de incentivo que se adapten a los diferentes grados de desarrollo de los grupos. En una etapa de transición en que la investigación sea una labor cotidiana de la universidad es importante hacer seguimiento de los procesos sin interferir en el espíritu creador de los académicos.

 4.- No puedo hablar por los otros dos binomios. En el caso del que integro, la decisión nació de una reflexión colectiva del carácter de cada uno de los cargos y de cuál se adaptaba mejor a nuestros perfiles. Juan Leonardo, además de su formación académica, posee una amplia experiencia en gestión pública, lo que tiene más relación con las tareas del rector. Mi experiencia viene del ámbito de la gestión académica. Esto, por las funciones del vicerrectorado, me hace más compatible con este cargo. Remarco que la decisión de formar el binomio fue debatida y se basó en los méritos personales.

5.- Las maestrías y doctorados implican incursionar en niveles académicos que una universidad como la de Cuenca, con vocación hacia profundizar el conocimiento, busca como algo connatural a su esencia. Estos programas sirven para consolidar líneas de investigación. No existe mejor motivación intrínseca para abordar un proyecto de investigación que el que puede sentir un estudiante de maestría o de doctorado. Por eso, nuestra actitud será de impulso a la generación de proyectos de doctorado y de maestría (sobre todo, pero no exclusivamente, de investigación). Es básico conocer las capacidades de los grupos de investigación y fomentar su desarrollo, dotarles de incentivos y de condiciones estructurales (oficinas, laboratorios, espacios de encuentro y, sobre todo, tiempo) para ir creando las capacidades necesarias.

6.- La Universidad de Cuenca ha demostrado su capacidad para afrontar los cambios en el Sistema de Educación Superior. Esa capacidad han conducido con esmero las autoridades actuales, a quienes ha tocado vivir momentos difíciles de la historia de la universidad ecuatoriana. Ante este choque, la lección es la existencia de un potencial enorme en nuestra universidad. Nuestra propuesta se resume en desarrollar con la comunidad universitaria las estrategias para aprovechar al máximo este potencial.

 

Binomio con Fernando Pauta

1.- La gestión desde el Vicerrectorado de la Universidad de Cuenca debe enfocarse hacia la excelencia académica que conjugue docencia e investigación con el servicio a la sociedad. Es importante que nuestros esfuerzos se centren en la esencia de la universidad, superando moldes y formulismos burocráticos. En este contexto es necesario apoyar el trabajo de las facultades en la formación de profesionales, generación de investigación y vinculación con la colectividad. Los departamentos de investigación ya constituidos serán fortalecidos para generar conocimiento científico y formación de talento humano avanzado y su experiencia servirá para contribuir a la formación de nuevos grupos y redes académicas a nivel global. Además, la vinculación con la comunidad se enfocará a la transferencia de conocimiento en áreas en las cuales la Universidad de Cuenca tiene fortalezas y significativa trayectoria. Estos ámbitos deben potenciarse mediante una gestión académica y administrativa ágil, que preste un decidido soporte a las actividades que cumplen las diversas unidades académicas. Así lograremos una interacción efectiva entre nuestra Universidad y el sistema social, cultural, educacional y productivo.

 2.- La Universidad de Cuenca y toda la sociedad cuencana manifestó públicamente, en su momento, su posición altiva frente a un proceso de evaluación realizado por el CEAACES con serios reparos de calidad y transparencia, que no reflejaron fielmente la calidad de nuestra Institución. No obstante, este hecho generó un desafío en la comunidad académica, que ha respondido con altura y resiliencia, para ratificar con su trabajo cotidiano que nuestra universidad es por historia y calidad una de las mejores del país. Durante estos últimos años hemos trabajado para devolver a la Universidad de Cuenca el sitial que le corresponde en la Academia Ecuatoriana. Estamos llegando a las fases finales del proceso orientado a solicitar la re-categorización. Con la plena confianza de recuperar la categoría A, la gestión administrativa y académica debe orientarse a mantener esta calificación como un patrimonio, que reconozca la calidad de nuestra labor académica e investigativa y su pertinencia social.

3.- La labor primordial de la universidad es la generación de conocimiento. Gracias a esta tarea se forman los nuevos investigadores, se fortalece la docencia y se genera una cultura de excelencia. Mediante la investigación la Universidad puede interactuar con instituciones nacionales y extranjeras a nivel de pares, generando redes que se nutren de la generosidad y de la reciprocidad en iniciativas conjuntas. La investigación es una tarea fundamental en nuestra casa de estudios y debe ser transversal en la formación de pregrado y posgrado. Las facultades, departamentos y centros que generan conocimiento a diferentes niveles deben ser fortalecidos para que su labor investigativa apunte hacia nuevas áreas del conocimiento y responda de manera creativa y eficaz a las condiciones y desafíos actuales, planteados por la sociedad a la cual nos debemos.

4.- Lo más importante es comprender que la presencia de la mujer en la academia y en los organismos de gestión es vital para el futuro de la universidad, pues la diversidad de perspectivas la enriquecen y potencian de manera notable, como lo muestran los estudios que al respecto se han hecho en las últimas décadas en diversas regiones del planeta. A nivel mundial las mujeres experimentamos inequidades en la academia. A pesar del marco constitucional y legal actual, el sesgo de género persiste, pues se aborda este problema complejo desde una perspectiva simplista: cumpliendo la paridad y equidad de género en la conformación de las listas para elección de las autoridades de la universidad ecuatoriana. Este problema estructural no puede enfocarse con una sola acción, que resulta insuficiente si tomamos en cuenta la necesidad de apoyar la formación y la carrera de las mujeres en la academia. La inclusión de mujeres con formación, aptitudes y actitudes de liderazgo permitirá en poco tiempo romper los estereotipos que se mantienen en la sociedad, como patrones engranados de pensamientos y hábitos. Nosotras estamos abriendo ese camino.

5.- La Universidad de Cuenca debe ser reconocida por la calidad de sus programas de posgrado, en conformidad con las exigencias de calidad nacionales e internacionales. El doctorado está estrechamente ligado a las líneas de investigación en los que la universidad tiene calidad reconocida. Gracias a las relaciones con instituciones internacionales de excelencia planteamos también la creación de programas doctorales compartidos, en los cuales los estudiantes puedan desarrollar experiencias internacionales que fortalezcan su formación. La creación de maestrías científicas y doctorados será apoyada y fortalecida desde la gestión académica, con una opción preferencial para la formación de los docentes universitarios. Una tarea inmediata será fortalecer nuestra propia planta docente en el posgrado y diversificar ampliamente nuestra oferta de maestrías, tanto profesionales como de investigación, pertinentes al desarrollo regional y nacional.

 6.- La Educación Superior debe ser una preocupación permanente a nivel colectivo, dada la responsabilidad social que implica. La Universidad Pública debe afrontar los desafíos que plantea la globalización, no solo en su connotación científica y tecnológica sino también de la cultura. El aporte de la Universidad a la sociedad se cristaliza en la generación de ciudadanos dotados de talentos especializados, pero por sobre todo, de capacidad crítica para vivir y trabajar en una sociedad democrática. Este fin me anima para trabajar diariamente en nuestra Universidad de Cuenca.

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