La revista AVANCE aporta una sorprendente información que permite afirmar que el bien emblemático por su valor material e interés cultural, no siempre estuvo en el Museo Remigio Crespo, pues se guardaba en las bóvedas de seguridad del Banco del Azuay junto con reliquias de propiedad de la comunidad dominicana de Cuenca. Según la Ley de Patrimonio Cultural los bienes del Patrimonio Cultural no pueden dejar el sitio donde han sido inventariados, sin conocimiento de las autoridades respectivas y las únicas causas permitidas para ello son exposiciones temporales o por restauración, si no es posible hacerlas en el propio lugar.
Los documentos de sustento de la presente información habían permanecido olvidados en archivos de este medio de comunicación que, al buscar materiales para otro tema, saltaron sorprendentemente a la vista. ¡Qué descubrimiento…! Bien vale compartirlo con las autoridades y los lectores. En próximas ediciones haremos seguimiento del caso y de otros, pues se conoce de la desaparición sospechosa de varios bienes patrimoniales y hasta de actas municipales, sin que haya interés por la investigación, mientras se cubren estos hechos con la impunidad del olvido…