Por Eliécer Cárdenas
¿Será posible tanta belleza? Se preguntan los curtidos dirigentes sindicales de oposición, los avezados en luchas dirigentes indígenas, los calculadores políticos, que no creen realmente que Rafael Correa no sea candidato a la Presidencia en 2017 después de las batallas… |
No terminaban de calentarse los motores oposicionistas para las marchas, plantones, paros y otras manifestaciones de protesta contra las enmiendas constitucionales y, con mayor precisión, la referente a la reelección indefinida, cuando el Presidente de la República dio la sorpresa de que no quería ser nuevamente candidato, por los motivos familiares que había expuesto en repetidas ocasiones, y a continuación citó algunos nombres “presidenciables” de las filas de PAIS, entre ellos Lenin Moreno. Los sectores de la oposición quedaron al principio patidifusos, pero luego elaboraron la teoría de que el anuncio presidencial de que no iba a postularse a un nuevo mandato sea un ardid destinado a “mojarles” la pólvora a las marchas y de esta manera, “de agache” aprobar las enmiendas en un ambiente menos confrontativo.
Pero, como para que le crean que va en serio su renuencia a candidatizarse, inclusive envió una propuesta de disposición transitoria a la Asamblea, que “sacó roncha” ya que en ella los dignatarios de elección popular que hubiesen ejercido en dos períodos su gestión, no podrían ser candidatos en los comicios de 2017. Seguramente, no pocos asambleístas en esas circunstancias se habrán sentido frustrados en sus propósitos y designios, pero como la verticalidad del mando en la agrupación gobiernista no admite réplica, la cosa quedó allí y aparentemente los y las parlamentarias incursas en el veto de la transitoria no han chistado. |
Pero las dudas persisten. ¿Será posible tanta belleza? Se preguntan los curtidos dirigentes sindicales de oposición, los avezados en luchas dirigentes indígenas, los calculadores políticos, que no creen realmente que Rafael Correa no sea candidato a la Presidencia en 2017 después de las batallas por las enmiendas que le crearon en julio un ambiente pre insurreccional al gobernante. Se teoriza a partir de ello, en el sentido de que pongamos que los obedientísimos asambleístas de la mayoría apabullante de PAIS aprueben la enmienda de la reelección con la disposición transitoria en cuestión, pero, ojo, la Corte Constitucional que debe calificar valga la redundancia, la constitucionalidad de las enmiendas aprobadas diga, alto allí, señores, la disposición transitoria es inconstitucional y no va. Acto seguido, el Presidente diga al país que por más que lo quiso, intentó no ser nuevamente candidato, los imperativos históricos y constitucionales le obligan a ese nuevo sacrificio, etc. etc. ¿Sería posible tal maquiavelismo? En todo caso, y a la espera del trepidante desenlace que debe producirse en los próximos días y semanas, las marchas siguen su curso, aunque disminuidas posiblemente por las circunstancias cambiantes. Entretanto el país espera con el aliento contenido, saber finalmente si Correa se postulará o no, para entonces sí emprender el juego de ajedrez desde las agrupaciones políticas, de las estrategias con miras a captar el poder, siempre ambicionado, a pesar de la crisis económica que a cualquier ciudadano con sentido común le obligaría a pensar dos y tres veces antes de lanzarse a Presidente en una época de poco dinero y bastantes exigencias. |