Réplicas de las coronas que pertenecieron al poeta, exhibidas en la Casa Museo Remigio Crespo, fabricadas en resinas. Las piezas de oro están una en “propiedad” de la comunidad dominicana y la otra, desaparecida del propio museo, sin que la Fiscalía haya logrado ubicarla. Las réplicas, irónicamente y como denuncia, se exhiben bajo seguridades especialmente fabricadas, pues la idea del Director del Museo era, lo más pronto posible, ubicar en estas estructuras de vidrio las coronas auténticas que son, o deberían ser, de propiedad pública, pues fueron fabricadas con aportes institucionales y de particulares.

Una comisión presidida por el arzobispo no cumplió gestión alguna y sus integrantes apenas si fueron informados de los hechos consumados, luego que la Fiscalía devolvió la joya histórica a la comunidad religiosa, porque nadie la reclamó

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