Por Alba Luz Mora
Cuando la Casa de la Cultura Ecuatoriana celebró el 9 de mayo 40 años de su creación, presentó varios libros, entre ellos, “Benjamín Carrión y la Cultura Nacional”, del escritor Fernando Tinajero. |
En 266 páginas el autor analiza las características personales de Benjamín Carrión (20 de abril de 1897), sus posiciones ideológicas, políticas y filosóficas, a la luz de las ideas y movimientos políticos de su país. Hace un recuento de su trayectoria y el ritmo con que creció su figura nacional como internacionalmente. En la segunda parte intercala la selección de los textos más importantes y significativos de Benjamín Carrión Carrión, tanto los del diario socialista “El Día” y la revista “Caricatura” de Guayaquil como la publicaciones “Vida Nueva” de Loja, y los textos más importantes de sus obras “El Nuevo Relato Ecuatoriano” (1951)“Cartas al Ecuador” (1951), “Cartas al Ecuador”, (1952) y “Nuevas Cartas al Ecuador” 1960. A los que suma una serie de anexos, como la Ley Constitutiva de la CCE, los manifiestos del Partido Socialista Ecuatoriano y del Comité Ecuatoriano Pro-Palestina en 1946 y la sección “referencias “.
Dice Fernando Tinajero: “hay personas que tienen el raro privilegio de encarnar una época”...“quienes realizarían las acciones que marcarán su tiempo” y comenta: “el nombre de Benjamín Carrión se viene enseguida a la memoria cuando se piensa en ·la cultura”..., aunque, “hay un culto irreflexivo a su figura que entorpece el conocimiento de su obra”. Resume las fases histórico-políticas vividas por el Ecuador, y el protagonismo ideológico de su biografiado durante 70 años: desde 1895 (Revolución Liberal) hasta la revuelta obrera de1922, desde allí hasta 1929, que “correspondió a la más significativa transformación política en nuestra historia republicana y de un inmenso vacío de lapsos neoliberales de ingrato recuerdo” y su incesante actividad cultural y literaria. Sucesos que a su parecer concuerdan con el proceso cultural ecuatoriano cuyos límites “bien podrían ubicarse entre la muerte de Montalvo y la aparición del realismo social”, “con las que el siglo marcó en la Historia Ecuatoriana”…”Benjamín Carrión tenía 15 años cuando asesinaron al General Eloy Alfaro” y deduce que el joven “se declaró alfarista porque era sinónimo de patriota”. Y algo que siempre hemos conocido: estuvo a la zaga del avance ideológico mundial y regional o a seguir el pensamiento político y remozarlo, aunque Tinajero lo califica como “liberalismo avanzado”.
La segunda fase sería “abril de 1925”, cuando Benjamín Carrión formó su hogar, fue Prosecretario de la Cámara de Diputados, ingresó a la “Sociedad Jurídico Literaria”, escribió el diario “El Día”, las revistas “Caricatura” y “La Juventud Estudiosa” de Guayaquil, “Vida Nueva” de Loja. Tiempo político calificado por Tinajero como “represivo”, ante la vigencia de un Estado fuerte, que fue de 1912 a 1925, del que derivó la guerra contra el coronel Carlos Concha y la insurrección y asesinato de los trabajadores de Guayaquil...Por entonces, Benjamín Carrión era Cónsul en el Havre, París ciudad conocida como el núcleo de las nuevas ideologías y “del primer ingreso masivo de la inteligencia hispanoamericana”. Allí conoció a personajes como Gabriela Mistral, José Carlos Mariátegui, José Vasconcelos, Ortega y Gasset, que influyeron en su espíritu.
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Y allí “cuando nació el latinoamericano desde la representación mental de los criollos de la América”. Tiempo en que escribió dos libros: “Mapa de América” (1928) y “Los Creadores de la Nueva América” (1931).Creemos que su paso por Europa fue muy importante, el abrir la mente a nuevas ideas y tendencias. Para Tinajero esas publicaciones “perdieron vigencia” cuando los cuentos de realismo social de José de la Cuadra, Joaquín Gallegos Lara, Demetrio Aguilera Malta, Enrique Gil Gilbert, iban en rescate del habitante primigenio ecuatoriano. Hecho cultural que motivó su obra “Los que se Van” y después, en dos tomos: “El Nuevo Relato Ecuatoriano” (1951) y 1952. Especie de reorientación literaria nacional.
En 1925, año de “la guerra de los cuatro días” el gobierno lo nombró Ministro de Educación. Luego, Embajador en México cuestionado por el socialismo......Fernando Tinajero sostiene, que así empezó la admiración de Benjamín Carrión por México, su pueblo, sus expresiones culturales, sus personajes, su historia y motivó su obra “Atahualpa”, (1934). Se da el “descubrimiento de la fuerza de la cultura indígena mexicana y la admiración a la ideología del mestizaje o ideología de la cultura nacional”. Y ocurren algo más: Pío Jaramillo Alvarado publica “El Indio Ecuatoriano” y Jorge Icaza la novela “Huasipungo”, según Tinajero, “la ideología de igualdad bajo dos figuras contrapuestas: Atahualpa y Pizarro”. Se proclama “el barroco nacional”, el romanticismo libertario y el laicismo liberal.
A raíz del enfrentamiento con el Perú en 1941, circulan dos volúmenes oportunos de Benjamín Carrión: “Cartas al Ecuador” (1951) y “Nuevas Cartas al Ecuador” (1952). Universaliza su “fe en la nación pequeña” y la teoría de “volver a tener patria en base de la cultura”. Nace la idea de la Casa de la Cultura. “Respuesta a la incitación producida por la poda del país en 1941 y 1942”, dice Fernando Tinajero, la Teoría y Plan de la “segunda Independencia”.. Desde 1941 al 1960 trabajó en su “santoral: “El Santo del Patíbulo”, biografía de García Moreno que “refleja” el odio del autor por Camilo Ponce... “San Miguel de Unamuno” (1954), “Santa Gabriela Mistral” (1956) “San Carlos Mariátegui”. Y en 1970 un ensayo significativo: “Raíz y Camino de Nuestra Cultura”, editado por el Municipio de Cuenca.
Creemos que sólo por la concepción de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y la teoría de alentar el espíritu ecuatoriano mediante su realización cultural, Benjamín Carrión tiene muy bien ganado su prestigio internacional. Admiramos su vitalidad y acervo cultural. Siempre a la zaga de la evolución ideológica al ritmo del pensamiento y la historia. El libro es un gran homenaje a su figura y a la creación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, su obra fundamental, abierta a cuanto abone su tarea y sus propósitos.
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