Por Yolanda Reinoso*
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La ciudad iluminada es hermosa y el municipio ofrece en el lugar un espectáculo de luces y sonido que, visual y auditivamente, da un ambiente de celebración… Por el río Perla pasan barcos típicos con sus velas rojas y los altos edificios iluminados con letreros anuncian productos de marcas famosas en Occidente
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El paseo rinde homenaje a las estrellas que han puesto en alto el nombre de la península asiática en el mundo cinematográfico. Dada la existencia previa de otros sitios similares en distintas ciudades del mundo, no se puede alabar por su originalidad. Lo que lo hace especial son las estatuas que lo adornan y la vista que se tiene del río con los edificios que perfilan la urbe al otro lado.
El largo paseo pavimentado ubicado en el puerto Victoria tiene el atractivo de que permite a la gente posar con las estatuas y las placas con estrellas en una suerte de juego en el que se mezcla la cotidianidad de los seres más comunes, con la fama que rodea a los personajes que hemos visto en películas.
La primera estatua es una reproducción de la estatuilla que reciben como premio los actores y actrices en Hong Kong, similar al Oscar estadounidense, pero es una mujer estilizada parada de puntillas, elevando hacia lo alto una esfera en su mano izquierda; la figura está envuelta en una tira de cinta para filmar, dando la impresión de un vestido ajustado.

Las acrobacias tan conocidas de Bruce Lee son ciertamente difíciles de representar en una estatua de bronce, pero la que posa en la avenida tiene mucho mérito; se halla en actitud de lucha, dejando ver el musculoso cuerpo del maestro de las artes marciales, exponiendo con gran evidencia la fuerza propia de quien está acostumbrado al combate técnico. Su boca abierta emite un grito que resulta fácil de reproducir en la imaginación si se posee familiaridad con la voz del actor. La estatua tiene una altura de dos metros y está colocada sobre una piedra para dar un efecto más imponente.
Sin embargo, hay otras estatuas que, pese a no ser tan reconocidas, llaman igual la atención de la gente. Está la de un precioso puerquito cuyo nombre, poco conocido al menos para mí, aparentemente es muy afamado en el mundo de Lejano Oriente. Bautizado como “McDull” por las artistas chinas que lo crearon para una serie de tiras cómicas, un guía explica que su popularidad tiene que ver con el aspecto emocional de su personalidad, pues si bien el personaje no es muy inteligente, tiene una vida común y corriente sin mayores logros e incluso continuos fracasos en sus intentos por llevar a cabo proyectos poco realistas, la sociedad china gusta del personaje por su bondadoso corazón. Lo interesante es que este perfil apela a público de todas las edades y no solamente a los niños, para quienes fue creado el personaje.
Otro grupo de estatuas evoca el trabajo de los camarógrafos y demás asistentes de estudio.

El paseo de la fama en Hong Kong es una muestra de que la industria cinematográfica en el Lejano Oriente no se ha quedado detrás de Hollywood o Bollywood, y promete crecer aún más, proveyendo de una identidad propia a quienes hacen del séptimo arte una forma de interpretar la cultura china de esta zona peninsular, así como la del resto del territorio chino.