No significa lo mismo decir un jugo de fresa, de mora y de tomate, que decir un jugo de fresa, de mora o de tomate 
 
 
Cabe suponer que los profesores de escuela continúan practicando con los alumnos el reconocimiento y empleo de las partes de la oración; entre ellas, de esa parte invariable denominada conjunción. Las conjunciones no son simples letras, sino elementos de relación que corresponden a procesos mentales diferentes. Como explica la gramática, el interlocutor establece sin dudar la diferencia entre: “Te llamaré esta tarde a las tres, a las cuatro y a las cinco” y “Te llamaré esta tarde a las tres, a las cuatro o a las cinco”. En el primer caso, sabe el oyente que recibirá tres llamadas; en el segundo, sabe que deberá permanecer atento a una sola llamada que podría darse en una de las tres horas señaladas. 
 
En el primer ejemplo, los elementos están unidos por una conjunción coordinada copulativa; en el segundo, están desunidos por una conjunción coordinada disyuntiva, pues cada uno de los miembros excluye a los demás.      
Las conjunciones no son simples letras, sino elementos de relación que corresponden a procesos mentales diferentes. 

Lo mismo ocurre cuando en un restaurante el camarero entiende, sin necesidad de conocimientos gramaticales, la clara diferencia entre estos dos pedidos: “Por favor, un jugo de fresa, de mora y de tomate”, y  “Por favor, un jugo de fresa, de mora o de tomate”. Como se muestra en las dos frases, el uso de una u otra conjunción no es arbitrario, sino que obedece a una necesidad elemental de precisión., sobre todo cuando en la coordinación concurren varios adjetivos:        

“Se dará preferencia a los profesionales de nacionalidad cubana, argentina e italiana”.
 
“Se dará preferencia a los profesionales de nacionalidad cubana, argentina o italiana”.
 
Se podría argüir, en la primera expresión oracional, que  no se dará preferencia casi a nadie, pues resultaría improbable que un profesional posea a la vez nacionalidad cubana, argentina e italiana. 
 
No prestar atención a estas y a otras diferencias expresivas, en apariencia triviales, puede originar situaciones conflictivas, sobre todo en el ámbito legal, como la que ha ocasionado en el país un inciso de tres líneas sobre la mala práctica médica, cuando se determina prisión “si la muerte se produce por acciones innecesarias, peligrosas e ilegítimas” y no  “por acciones innecesarias, peligrosas o ilegítimas”. 
 
Cuando se trata de la muerte, no parece apropiado el empleo del verbo producir, habiendo en el sistema de la lengua otras opciones: se ocasiona, se provoca, es causada por, es consecuencia de. De otro lado, si la sanción advendrá luego de la acción, convendría el pretérito perfecto compuesto (se ha producido, se ha ocasionado, ha sido provocada, etc.) en lugar del presente (se produce…).
 
    En lo que concierne a la concurrencia de tres adjetivos unidos por una conjunción copulativa: “… acciones innecesarias, peligrosas e ilegítimas”, está claro (se explicó gramaticalmente en líneas anteriores y lo han explicado también las autoridades del gobierno) que resultaría casi imposible que en una práctica médica concurran aquellos tres calificativos. En consecuencia, si es injustificable el reclamo de los profesionales médicos, lo es también la decisión gubernamental de mantener el inciso, en una contienda similar a la que en “Los Viajes de Gulliver” libraron dos pueblos por el modo diferente de cascar los huevos. (MTE)
 

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