Las tributaciones del Azuay al erario nacional sobrepasaron de los 600 millones de dólares en el último año y  según las estadísticas del SRI más que duplican el porcentaje comparativo a nivel nacional: es una provincia pródiga y honrada con el Estado.
 
Viene entonces la pregunta oportuna de rigor: ¿Se revierte los recursos fiscales en similar proporción para obras en beneficio de esta provincia? Es sabido, desde antiguo, que Azuay da mucho más de lo que recibe y así ocurre también ahora, a pesar de la obra pública apreciable que en los últimos años ha mejorado la situación de esta provincia en diversos rubros.
 
Al comenzar un nuevo año, el séptimo del gobierno de la Revolución Ciudadana, resulta apropiado llamar la atención sobre estos puntos, para que los cambios en los que han puesto empeño los gobernantes en diversos órdenes de la vida nacional se profundicen en beneficio de provincias y pueblos tradicionalmente preteridos en la distribución de los recursos fiscales. El progreso, el bienestar, la justicia distributiva, se han de impulsar democráticamente tomando en cuenta que no pueden haber ciudades y provincias de primera frente a otras catalogadas en escalas injustas e inferiores. Quienes aspiran a administrar la ciudad y la provincia luego de las elecciones de febrero, deben estar atentos para asumir actitudes de defensa de los intereses de las jurisdicciones de las que esperan el apoyo de los sufragantes.
 

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