Por Alba Luz Mora
Lo que ha hecho el Presidente Correa en seis años es trabajar. Invertir tiempo y recursos en obras públicas importantes. Organizar redes sociales que lo fortalecieron y realmente fue protagonista de una tarea de hormiga que apuntó a todos los lados y a sus integrantes, con permanentes desplazamientos por todo el territorio nacional, sin olvidar los recintos y pueblos más aislados y sus demandas |
El triunfo del Presidente Correa del 17 de febrero fue la consolidación de un sistema de gobierno que buscó afirmarse y ampliar su base de seguidores, lo que consiguió innegablemente. Cuenta con 97 asambleístas y por lo tanto tiene asegurada la mayoría para que deba aprobar leyes importantes. Fue una derrota para los partidos políticos tradicionales sumidos en crisis internas, que en lugar de unirse, se perjudicaron unos a otros y desperdiciaron el talento y sensibilidad social del candidato Alberto Acosta.
Mientras que los electores hemos experimentado una especie de vacío ideológico y de carencia de verdaderos líderes que ofrezcan alternativas democráticas sólidas. Guillermo Lasso, del movimiento CREO, logró estructurar la segunda fuerza política e “inaugurar la oposición”, como lo dijo, mientras los demás se desgastaron lamentablemente.
Lo que ha hecho el Presidente Correa en seis años es trabajar. Invertir tiempo y recursos en obras públicas importantes. Organizar redes sociales que lo fortalecieron y realmente fue protagonista de una tarea de hormiga que apuntó a todos los lados y a sus integrantes, con permanentes desplazamientos por todo el territorio nacional, sin olvidar los recintos y pueblos más aislados y sus demandas. Mostró una actitud cálida con la población, se preocupó de los emigrantes que por primera vez fueron atendidos en sus problemas e incluidos en las decisiones coyunturales.
La obra discreta y humana del Vicepresidente, en favor de los discapacitados, fue efectiva y oportuna, tanto, que se constituyó en modelo para otros países. Todo esto provocó la adhesión espontánea de la gente, pues se humanizó el poder.
Sin embargo quedan por hacer tareas importantes.
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Revisar las leyes migratorias y volver a la obligación del visado para todos los viajeros que visitan el Ecuador, como lo hacen en todos los países. Perfeccionar y ampliar los acuerdos comerciales con países y entidades multinacionales. Generar seguridad jurídica que estimule y facilite las inversiones extranjeras y nacionales. Sancionar los casos de corrupción de las entidades estatales. Buscar la verdad meridiana en el caso de la droga en la valija diplomática y otros asuntos de índole delicada. Velar por el ejercicio eficiente e imparcial de la justicia. Fomentar la idoneidad profesional de los personeros del régimen y reforzar la tarea y eficiencia de la Seguridad Social, pues sería un grave error terminar con ella.
Los contendores del Presidente no advirtieron su verdadera situación. En el caso de Lucio Gutiérrez no ha querido convencerse que ya pasó su oportunidad. Alvarito Noboa vivió un capricho más de millonario. La juventud de Mauricio Rodas y Norman Wray demostró que hay talentos bien estructurados, valientes, que requieren hacerse conocer y adquirir mayor experiencia para estas lides. El pastor Zabala únicamente logró saber quiénes y cuántos son sus seguidores espirituales pues confundió religión con política y facilitó que el bucaramismo sobreviva con el único curul ganado por “Dalo” Bucaram. Fue saludable oír al candidato de la centroderecha, Guillermo Lasso, perder con dignidad. Dirigirse al país, maduro y sereno, calificando al movimiento CREO como la segunda fuerza política del país y ratificando su deseo de continuar en la política pese al revés sufrido.
Hoy quedamos a merced del Gobierno que se inaugura y de la tarea que cumpla la nueva Asamblea no sólo ratificando las leyes especiales propuestas, sino cumpliendo seriamente su tarea parlamentaria.
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