Fernando Cordero Cueva, ex Alcalde de Cuenca y ex Presidente de la Asamblea Nacional, ahora Presidente del Instituto 
Ecuatoriano de Seguridad Social, tiene en sus manos la trascendental responsabilidad de encarrilar al IESS por el ámbito de eficiencia que le corresponde a favor de millones de afiliados
 
Fernando Cordero Cueva, flamante Presidente del Directorio del IESS
El ex Presidente de la Asamblea Nacional, ahora autoridad máxima del IESS,  recorrió el 20 de mayo el hospital José Carrasco Arteaga, el dispensario médico central de las calles Bolívar y Borrero y el antiguo edificio hospitalario de la avenida Huayna Cápac, expresando en cada sitio malestar por las fallas administrativas, de operación y de servicios, al punto de utilizar la palabra “vergüenza” para aludir a las calamidades.
 
Un buen inicio en la gestión de dirigir el IESS, entidad que cuenta con alrededor de siete millones de afiliados, pero la calidad de cuyos servicios se ha congelado en el tiempo, según el propio personero, que al asumir la responsabilidad lo ha hecho con el propósito de transformar la realidad institucional, conforme a las obligaciones determinadas por la Constitución de la República.
 
La inspección de Cordero Cueva fue apenas de una parte de la realidad del IESS en Cuenca, ciudad donde el organismo cuenta con numerosos predios abandonados, arrendados para fines distintos a los que le corresponde y hasta con un avión pudriéndose a un costado del aeropuerto, aparato que pasó a su poder por deudas impagables y conflictos jurídicos no resueltos.
 
A pesar de la publicidad en los últimos años para promocionar la modernización de los servicios del IESS, la realidad es muy distinta y en el campo médico llega a niveles alarmantes: obtener la cita con un médico es un proceso difícil, pues la automatización de las solicitudes a través de sistemas telefónicos que no responden a las angustias de los pacientes, es motivo de reclamo y protestas permanentes.
 
La descentralización administrativa es una necesidad urgente del IESS. Fernando Cordero constató y denunció que a la espera de autorizaciones burocráticas de Quito, está paralizado el uso de un moderno equipo para el tratamiento del cáncer, con el agravante de que así llegara tal autorización, no se dispone des personal especializado para operarlo: una monstruosidad, dijo.
 
La sorpresiva visita a las instalaciones del IESS en Cuenca fue el primer acercamiento de Fernando Cordero a la realidad que deberá afrontar en sus funciones. Seguramente, cuando haya transcurrido el mes que dijo se dedicaría a conocer la situación de la entidad, proporcionará detalles importantes en torno a esta institución con tantas responsabilidades y obligaciones pendientes a favor de los afiliados.
 

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