El 2013 llega cargado de incertidumbres. Absurdo sería ignorar que el Ecuador vive un ambiente de tensiones, especialmente políticas, al inicio de un año electoral, con temas de controversia capaces de influir en el futuro inmediato del país. Cada vez son más duras las posiciones que enfrentan al gobierno con la oposición, entendiéndose por ésta no solamente los adversarios políticos, sino también sectores sociales y hasta los medios de comunicación, salvando excepciones de independencia, por cierto.
En todo caso, la esperanza de un buen año no puede perderse y es factible lograrlo con la buena voluntad que inspira, precisamente, esta temporada crucial en la tradición y la vida de los ecuatorianos, para lo que es de invocar el patriotismo y la generosidad de todos –amigos y adversarios- en procura de perseguir el bien común, la solidaridad, el respeto, el trabajo, en el marco del cumplimiento de la Constitución y las Leyes que regulan el convivir ciudadano.
Que este año sea oportunidad para robustecer la democracia a través de las elecciones, y para mejorar las condiciones de vida de todos, son expectativas que bien valen destacar en el saludo a la nueva etapa de vida que nos llega.