Los socios de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Coopera, de Cuenca, en liquidación, atraviesan por una situación crítica y dolorosa por la pérdida del dinero confiado a la custodia de la entidad financiera que acabó desfalcándolos escandalosamente.
Un diario capitalino publicó el 24 de noviembre un reportaje escalofriante sobre la forma cómo los directivos de Coopera manipularon los movimientos económicos a través del Sistema de Compensación Regional de Pagos (Sucre), para una práctica de lavado de dinero proveniente de Venezuela, burlando (¿) procedimientos bajo control del Banco Central del Ecuador.
Resulta increíble que tan fácilmente se haya aprovechado del dinero ajeno, por cifras de decenas de millones de dólares. Y más increíble que los socios de la cooperativa resulten perjudicados en sus ahorros, generalmente acumulados con esfuerzo y sacrificios, para ver destruidas sus economías y sus vidas, ante una posición de indiferencia o tolerancia de los organismos responsables de vigilar las operaciones financieras.
Tan lamentable caso merece una investigación severa para el esclarecimiento de la verdad, la sanción a los culpables y, sobre todo, la restitución del dinero de las víctimas del latrocinio patrocinado por entidades financieras garantizadas por el Estado.