Un intenso proceso de renovación de calles, avenidas y aceras lleva adelante la administración municipal de Cuenca que ha entrado en su período final de ejercicio, pues en febrero de 2014 deberán elegirse nuevas autoridades.
La magnitud de los trabajos, con excavaciones y movimientos de tierra, provoca incomodidades, especialmente en materia de circulación motorizada. Son las inevitables consecuencias de las obras en marcha para mejorar la presentación urbana y los servicios. Es necesaria la paciencia de los ciudadanos para colaborar con el avance de soluciones satisfactorias de las que se gozará a futuro y bien vale destacar la comprensión que, en este sentido, brinda la colectividad.
Es oportuno, sin embargo, proponer que los trabajos sean adecuada y perfectamente realizados, para evitar la inveterada tradición de aperturas y reaperturas de las vías por no haberse aprovechado de los cierres y sacrificios temporales para de una vez encarar todo lo que tenga relación con la dotación de servicios e instalaciones. Que las obras sean definitivas y duraderas.
Bien por los trabajos en marcha. No puede dejar de reconocerse que en los años recientes Cuenca ha mejorado su fisonomía, se ha embellecido y modernizado y es cada vez más digna de admiración de propios y de los miles de extraños que la visitan.