Las relaciones del Presidente Rafael Correa con los medios de comunicación –especialmente los “grandes medios”- han sido tensas desde que asumió el Gobierno. El último año el juicio contra diario El Universo marcó lo más conflictivo de la situación, con injurias de por medio, en cuyo desenlace fue judicialmente triunfador el mandatario.
El proceso resultó cansino y atorrante para los ecuatorianos, pero dejó lecciones que deben valorar los actores – Gobierno y medios- para aplicar enmiendas a futuro. El debate y la controversia son necesarios, pero han de darse dentro los límites de la legalidad, el respeto al pensamiento ajeno, la democracia, el reconocimiento de la Autoridad. La extralimitación es prepotencia.
El perdón del Presidente a los sentenciados con prisión y multa es un gesto de apertura que, más allá del “favor” que podría suponerse, debería ser un punto de partida hacia un mejor entendimiento, con tolerancia, entre los ecuatorianos. Quien debe ganar de tal experiencia es el país, con más democracia, más libertad y más respetuosa relación ciudadana.