El Ecuador, por iniciativa del Gobierno Nacional, rinde homenaje a la memoria del general Eloy Alfaro, líder de entraña popular que hizo la única revolución que, por las armas, hasta ahora se ha dado en el Ecuador.
Al mártir liberal sobran méritos para ser admirado por las generaciones presentes y futuras. Pero quizá el entusiasmo oficial puesto en estos días para recordarlo, ha echado al olvido a otros personajes en cuya conmemoración vale también programar justos homenajes: el 30 de enero acaban de cumplirse cien años de la muerte de Luis Cordero, Presidente de valiosas ejecutorias públicas y de virtudes cívicas, literarias y culturales.
El 30 de octubre próximo será un siglo de la muerte del Presidente Antonio Borrero, otro cuencano ilustre, uno de los mandatarios que llegó al Poder con el mayor apoyo democrático que gobernante alguno haya tenido en las urnas.
En el caso de Cordero y Borrero, son autoridades e instituciones de Cuenca y del Austro –de donde ellos surgieron- las que deben llevar la iniciativa para el homenaje a su memoria en este año, y promover en la juventud el conocimiento de los ciudadanos sobresalientes de la historia.