Salvando los entredichos políticos cuyos protagonistas son los gobernantes y los líderes de todas las tendencias, para el Ecuador el último no ha sido un año malo, a menos que caigamos en el pesimismo. Otra excepción acaso sea el tema de la seguridad, por el que no se anda por buen camino con tanta delincuencia organizada con más efectividad que las fuerzas para reprimirla.
Pero estamos a las puertas de un año eminentemente político, con la visión electoral de 2013 que ya ha empezado a dar de qué hablar con hechos como el retorno de un ex Vicepresidente exiliado con graves acusaciones, al que los jueces han abierto una puerta que seguramente la aprovechará en el proceso político. Es una ficha en el ajedrez que empieza a jugar el país.
Es saludable el interés político y que el pueblo sea partícipe del entusiasmo cívico que esta actividad promueve. Pero es preciso que los responsables de orientarlo y de conducirlo, actúen con la madurez que exigen los tiempos en que vivimos: la política es competencia, debate, proposición de ideas y planes en bien de todos, no lucha fratricida ni juego sucio.
Al iniciar 2012 vale pedir a los gobernantes y líderes del país que hagan lo posible y lo imposible porque el Ecuador viva este año un más saludable ambiente de progreso y bienestar.