Por Franz Chávez

Las mujeres son mayoría en el contingente de emigrados de la región andina y, consecuentemente, las remesas de dinero que envían a sus familias también son más abultadas que las de los hombres, según un estudio realizado en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. La mayor parte de emigrantes andinas a España corresponde al Ecuador
 
La Paz (IPS).- 
El análisis y los documentos producidos en la investigación, realizada por el proyecto regional “Abriendo mundos, mujeres migrantes, mujeres con derechos”, ayudarán a valorar el aporte de las emigrantes y a generar el marco de protección legal, dijo la directora ejecutiva de la boliviana Coordinadora de la Mujer, Katia Uriona.
 
El reconocimiento a la mujer emigrante por sus aportes conducirá a incluir un enfoque de género en la nueva ley de migraciones de Bolivia, añadió. La responsable del Eje de Migraciones de la Coordinadora de la Mujer, Ivana Fernández, informó a IPS que 57 por ciento de los nacionales bolivianos que se radicaron en el exterior en 2010 eran mujeres.
 
Un guarismo similar se da en el caso específico de la colectividad peruana que decidió radicarse en España el año pasado, según datos del movimiento de personas del Instituto de Estadística de ese país europeo. Así, el año pasado, fueron 210.000 las mujeres que salieron de Bolivia, mientras unas 139.000 peruanas eligieron a España para vivir.
 
Pero la mayor cifra en el caso de España corresponde a Ecuador, con 395.000 mujeres emigrantes, que equivalen a 51 por ciento del total, seguido de Colombia con 289.000 mujeres. Fernández advirtió que las mujeres emigran solas y están expuestas a abusos, explotación y violencia en actividades como el servicio doméstico, que congrega a la mayor cantidad de ellas. Debido a no tener documentos en reglas, además, son retribuidas con salarios bajos. 
 
Las remesas de dinero enviadas por mujeres a los cuatro países andinos estudiados alcanzaron los 3.196 millones de dólares en 2010, un monto mayor al enviado por los hombres, detalló Fernández.
 
En opinión de esta especialista, la finalidad del proyecto apoyado por la Unión Europea y la organización no gubernamental Oxfam es generar una “emigración bien informada, que garantice el ejercicio de derechos a las mujeres, su protección y defensa”. Entre las propuestas orientadas a reconstituir a las familias separadas por la emigración de alguno de sus miembros, el coordinador del Programa Migración de la Fundación Social Uramanta, Jorge Cruz, explicó que “debe fortalecerse la comunicación entre parientes”.
 
La finalidad del proyecto apoyado por la Unión Europea y la organización no gubernamental Oxfam es generar una “emigración bien informada, que garantice el ejercicio de derechos a las mujeres, su protección
y defensa”. 
Esta fundación trabaja en la central ciudad boliviana de Cochabamba, ayudando a conservar los lazos y la unidad familiar, a la vez que orienta a los beneficiarios de las remesas de dinero a realizar inversiones en áreas productivas para garantizar el sostenimiento de los hogares. Cruz destacó la importancia de la valoración de la familia, y para ello su organización diseña un modelo de apoyo para cada grupo beneficiario, con la participación de un equipo multidisciplinario.
 
El equipo investigador realizó entrevistas y visitas a mujeres que habían emigrado y que retornaron a Bolivia. También visitaron a quienes desempeñan sus tareas en España y profundizaron el análisis en la autonomía económica que muchas de ellas adquieren al administrar su dinero.
 
Esa hipótesis fue confirmada a IPS por Carmen Pérez, una ciudadana boliviana que partió en 2000 a Italia. Después de tres años de desempeñarse como asistente de personas de la tercera edad en ese país, volvió a su ciudad natal, Cochabamba. “Ya no dependía del sueldo de mi esposo”, expresó Pérez, quien partió a Europa sólo con un certificado como egresada en abogacía y sintió el rigor del racismo, las dificultades para comunicarse en un nuevo idioma y el alejamiento de su hijo de cinco años, según relató.
 
Ahora volvió a su lugar de origen, reconstituyó su hogar, y admite que el precio de su alejamiento fue una paulatina pérdida de afecto de su hijo. Hoy ejerce como abogada y reclama al gobierno el nombramiento de especialistas en cargos diplomáticos para ayudar efectivamente a los emigrantes.
 
Cruz indicó que la Fundación de la que es parte se encarga de mantener vivas las conexiones familiares y, con el apoyo de voluntarios, ofrece instrucción a jóvenes estudiantes e hijos de emigrados para comunicarse a través de Internet.
 
Desde el “Aula Tikuna”, un centro de orientación  localizado en un barrio popular de Cochabamba, estudiantes del ciclo de secundaria consiguen mantener contacto fluido con sus madres y otros familiares, explicó.
 
Un total de 38 ejemplos de buenas prácticas, como la citada por Cruz, están incluidos en dos cuadernillos que representan el aporte para el diseño de políticas de migraciones, según los impulsores del proyecto.
 

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