* Helda Martínez
 
BOGOTÁ (IPS) - Mientras en los estadios de Colombia se jugaba la Copa Mundial Sub 20 de la FIFA, la sociedad del país disputaba otro partido en el que los rivales defendían el derecho de las mujeres a una vida sin violencia y los que en nombre del fútbol disculpan maltratos machistas
 
 
Todo comenzó cuando el director técnico de la selección adulta de fútbol de Colombia, Hernán Darío “Bolillo” Gómez, golpeó la madrugada del día 6 de agosto a una mujer a la salida de un bar en Bogotá. Un abogado interpuso una denuncia penal sobre el caso el martes 9, lo que forzó al entrenador a reconocer su falta, pedir disculpas y renunciar al cargo ese mismo día.
 
Un sector decisivo de los medios de comunicación, parte notable de la clase política y destacados patrocinadores de la selección colombiana de fútbol se colocaron desde el minuto uno en el equipo de firme condena a la agresión contra una mujer que se mantiene anónima, y de la que hubo varios testigos.
 
El equipo a favor de Gómez, mayoritariamente del ámbito deportivo y sus allegados, matizó su respaldo con el rechazo a las agresiones sexistas, mientras la Federación Colombiana de Fútbol echaba balones fuera sobre la aceptación de la renuncia.
 
La médica y senadora Dilian Francisca Toro, del derechista Partido de la U, recordó que “la violencia contra la mujer es un problema de salud pública, en el que falta que las mujeres denuncien”.  
   
A enmarañar el juego, saltó a la cancha la senadora conservadora Liliana Rendón, quien en defensa de Gómez aseguró que las mujeres “somos muy necias y a veces provocamos unas reacciones” como la de Bolillo, debido a lo que calificó como “una conducta que es patológica en la mujer”.  “Si mi marido me pega, fue porque me la gané. Y si me la gané será porque tuve que haberlo jodido mucho”, aseguró Rendón en un programa televisivo de gran audiencia.
 
“Esta afirmación nos devuelve muchos años atrás en el trabajo por los derechos de niños, niñas y mujeres”, analizó para IPS Ángela María Robledo, representante en la cámara baja legislativa por el centrista Partido Verde. “Que explique (Rendón) a alrededor de 75.000 mujeres agredidas al año en Colombia, por qué les pegan”, agregó.
 
El “caso Bolillo” dio pie a que los medios recordasen las escandalosas cifras de la violencia de género en Colombia, que en 2010 colocaron al país como el tercero del mundo en cuanto a maltrato a las mujeres, según datos de las Naciones Unidas.
En este país andino de 46 millones de personas en 2009 se registraron 73.450 casos de violencia intrafamiliar contra las mujeres. En violencia sexual se produjeron 18.000 casos y hubo 128 feminicidios, o asesinatos por razón de género, según las cifras del estatal Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

 
Son estadísticas que tienen un amplio subregistro, según los especialistas, porque el miedo, la presión e incluso la cultura en amplias regiones del país, impiden a muchas mujeres denunciar las agresiones en su contra.
También inciden posiciones como las de Rendón, que insistió que casos como el de Gómez son “un asunto privado” y que “nosotras fregamos mucho, no nos para nadie”.

 
“Sí, fregamos el piso, fregamos los trastos, fregamos la ropa, cómo fregamos”, replicó de inmediato una joven a través de la red social Facebook. “Fregamos y servimos el desayuno, el almuerzo y la cena. Servimos de consuelo, de apoyo, sin remuneración ni valoración. Servimos como esclavas”, acotó otra usuaria de la red.
 
Las críticas más duras contra Rendón provinieron de las otras 16 senadoras y 20 representantes del bicameral Congreso de 268 escaños. Alexandra Moreno, del centrista Movimiento Político Mira, se preguntó: “¿para qué hacemos las leyes?, ¿para que el mismo Congreso se burle de la legislación que protege a la mujer?”, en alusión a la Ley contra la Violencia hacia la Mujer de 2008, que penaliza el maltrato machista.
 
La médica y senadora Dilian Francisca Toro, del derechista Partido de la U, recordó que “la violencia contra la mujer es un problema de salud pública, en el que falta que las mujeres denuncien”.
La representante Robledo, por su parte, agregó que Rendón es una demostración de que “tener cuerpo de mujer no significa representar los intereses de las mujeres”.

 
Otra médica y activista feminista, Luz Helena Sánchez, recordó a IPS que el día 10, cuando Rendón hizo sus declaraciones, había titulares en la prensa colombiana como estos: “Procuraduría pide a la justicia investigue la extraña muerte de una menor en Usme”, en Bogotá, “Capturado luego de asesinar a una mujer frente a un bar” en el departamento centro-oriental de Santander, “Una mujer fue quemada con ácido por un desconocido en Bogotá”, “Asesinada una profesora en Tarazá”, en el noroccidental departamento de Antioquia.
En contraposición, las voces masculinas que se expresaron a favor del “Bolillo” lo hicieron con timidez, reconociendo que se equivocó, pero enfatizando la bondad del seleccionador en su dilatada carrera profesional.

 
Una encuesta promovida por la emisora La W y el diario El Tiempo, indicó el viernes 12 que 54 por ciento de quienes respondieron apoyaban el perdón al seleccionador.
 
“Las opiniones en las redes sociales ahora están cambiando. Me pregunto qué se analiza. Parece más importante la Federación de Fútbol que la vida. Estoy tan desconcertada, y me confirma que nuestra palabra no es valorada, y menos aún, cuando ellos hablan de fútbol”, expresó una mujer en Facebook.

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