Nacida en Venezuela, radicada desde el año 2000 en Quito, ahora presenta una muestra de pintura y escultura en Cuenca, ciudad a la que admira “porque aquí se respira cultura y se siente el olor de tierra, de arte y de tradición…”
Viento y Agua, Piedra reconstruida, 75 x 55 x 18 cm., 2009. |
Una invitación a cuidar la tierra, respetarla y amarla, es la muestra pictórica que exhibe Karen Schulze este mes en el Salón del Pueblo de la Casa de la Cultura de Cuenca, con la temática Pertenezco a la Madre Tierra.
“Desde el ámbito espiritual y abstracto es un llamado subliminal para proteger a la Tierra, de donde venimos, donde están nuestras raíces y adonde hemos de retornar un día”, dice la artista venezolana radicada 11 años en Quito, quien tramita nacionalizarse en el Ecuador, país donde nació Camila, la última de sus tres hijas, hace ocho años.
Una metafísica del círculo asocia la expresión artística con la visión de la tierra como eje del universo, epicentro de la rotación existencial, camino de ida y retorno que lleva a la idea sin final de Dios, plenitud de eternidad.
Karen estudió en su país Bellas Artes y Diseño Gráfico. Además de pintar, hace esculturas, para añadir a la bidimensión la tridimensionalidad con la presencia de los volúmenes. También hace instalaciones para estar al día en todos los lenguajes del arte contemporáneo.
En la obra que expone en Cuenca, hay dos instalaciones con arena sobre la que unas esculturas simbolizan a la madre Tierra, “la madre tierra que también llora, porque no solamente el cielo llora con la lluvia”, dice.
El cosmos, la tierra y la espiritualidad se funden en su arte. Ella es católica, pero todas las religiones inciden en su concepción artística, destacándose las ideas orientales de cielo y tierra o la interacción del Ying y el Yang, así como la cruz del cristianismo, estilizada y desdibujada a través de un expresionismo abstracto.
Karen hace arte a tiempo completo. Su trayectoria viene desde las primeras exposiciones colectivas en 1986 en Venezuela, a las que siguieron otras individuales, en su país y en Suiza. En 2008 obtuvo el primer premio en el Salón Nacional de Octubre, de la Casa de la Cultura de Guayaquil, y tiene a su haber varios premios en el Ecuador y otros países.
En Cuenca está por segunda vez. La primera fue en marzo de 2010, con una muestra con otras cuatro artistas mujeres en el Museo de Arte Moderno por el Día de la Mujer. Para el próximo año prepara una exposición que le llevará a Miami y en sus planes está también exhibir su obra en España y Suiza.
La artista venezolana-ecuatoriana dice estar a gusto en Cuenca, donde siente una energía maravillosa y particular que proviene de la vocación de la ciudad por la cultura. “Una ciudad donde se respira un aire de cultura y se siente un olor a tierra, a arte, a tradición, que encanta”, comenta. Aquí tiene amigos pintores, entre ellos Marco Martínez, cuya obra admira.
KUNDALINI, Técnica Mixta sobre tela, 140 x 160 cm., 2010. |
Sobre la Bienal de Cuenca, califica de excelente el proyecto, al que hace un reparo: “demasiado arte conceptual”. Pero es una oportunidad para mostrar lo que se hace en arte en el país y el exterior y sobre todo para comprobar que la producción plástica ecuatoriana está a la misma talla de lo mejor que se hace en el tiempo actual en el exterior.
Casada con Santiago García Toboada, de origen español, es madre de Gabriela, Daniela y Camila, de 23, 18 y 8 años. “No espero más hijos, porque mis hijos ahora son el arte”, confiesa para destacar su vocación y dedicación a esta actividad que le enriquece y en la que se siente realizada.
Los años que lleva en el Ecuador le han llevado a amar a esta segunda patria, a la que le trajo el destino, cuando el esposo, ingeniero de profesión, vino contratado para asesorar a una empresa y vino con la familia para acostumbrarse a vivir sin intenciones de retorno a su país. “Ahora este es nuestro país”, dice. Además, la primera hija prepara matrimonio con un amor ecuatoriano. El círculo de la vida continúa…
DIOSA I, Resina, 65 x 23 x 20 cm., 2010. |
Interacción del Yin y el Yang, Técnica Mixta sobre tela, 145 x 145 cm., 2009. |