Por Alba Luz Mora

 

Alba Luz Mora
La modalidad del sicariato se institucionalizó en el país, 11.000 presos sin sentencia fueron liberados porque 30. 096 audiencias judiciales no se realizaron con artificios legales inventados y se lo permitió   pretextando la caducidad de la prisión preventiva, novedad que la debemos a la Asamblea de Montecristi

Finalizamos el 2010 y queda en el ambiente nacional la sensación de inseguridad y de angustia general emanadas del fenómeno de la violencia. Las estadísticas confirman que aumentaron los hechos de crimen en este último año, que la modalidad del sicariato se institucionalizó en el país, que 11.000 presos sin sentencia fueron liberados porque 30.096 audiencias judiciales no se realizaron con artificios legales inventados y se lo permitió   pretextando la caducidad de la prisión preventiva, novedad que la debemos a la Asamblea de Montecristi incluida en nuestras leyes. Que suprimido el requisito de la visa para entrar al país se permitió la presencia de elementos sin aval moral alguno y que la conducta de los jueces dio mucho que decir. Terminamos una etapa más con un Ecuador sin garantías que se nos va de las manos.
Hay que hacer conciencia que esa violencia está presente de diversas maneras. En una atmósfera nacional conflictuada por la inequidad, la explosión demográfica sin control, la ausencia de educación y formación ética, el irrespeto total de leyes y reglamentos,

indisciplina y desacato permanente a la autoridad. Especie de afán morboso por publicitar las excentricidades, banalidades y desvíos de gente equívocamente "famosa" y con problemas morales y excesiva difusión mediática de los hechos delictivos, para atraer la atención clientelar y vender el impreso. Y esa división social en clases impulsada por la demagogia oficial.
La imagen nacional está desfigurada y eso debe llevarnos a buscar fuentes de convivencia pacífica y civilizada. A elevar las diferencias y discrepancias políticas y personales, perfeccionar las leyes a la sombra de las realidades susceptibles de cambio.Anhelar como fin último el acierto jurídico, el desarrollo, avance y proyección de una sociedad privilegiada en recursos, cuya integridad debe ser su mejor atributo.
Bolívar dijo "aquel que asegura su honor dedicando su vida al servicio de la humanidad, la defensa de la justicia y el exterminio de la tiranía, adquiere una vida de inmortalidad al dejar el marco de materia que el hombre recibe de la naturaleza".


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