Por Alba Luz Mora
Tanto el medio de comunicación que extremó sus pronunciamientos a favor de la libertad de expresión, y concretamente los artículos de Emilio Palacios, como la desproporcionada cantidad de dinero que reclama el Primer Mandatario, yacen en dos posiciones irreconciliables |
Un gobierno estable requiere la base de un espíritu nacional que tenga por objeto una inclinación uniforme hacia dos puntos capitales: moderar la voluntad general y limitar la autoridad pública. Es decir, llegar a un equilibrio de tolerancia y respeto mutuo que impida desbordarse a las dos partes y favorezca el clima político para el adelanto y la paz social. Con el caso de la demanda gubernamental al diario “El Universo” y la indemnización solicitada, hemos podido constatar que tanto ese medio de comunicación que extremó sus pronunciamientos a favor de la libertad de expresión, y concretamente los artículos de su columnista señor Emilio Palacios, como la desproporcionada cantidad de dinero que reclama el Primer Mandatario, yacen en dos posiciones irreconciliables y han generado zozobra e intranquilidad nacional. Los medios de comunicación tienen leyes y reglamentos que limitan sus comentarios y pronunciamientos y todo periodista está sujeto al Código de Ética y a la Ley de Ejercicio Profesional, por lo que no puede extremar su lenguaje ni desdecirse del respeto a la autoridad. Por ello creemos que este conflicto
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ha rebasado los límites entre las dos partes, ha socializado las diferencias y creado un clima nada propicio para la salud social de los ecuatorianos. Si vivimos una época conflictuada por el desmesurado crecimiento poblacional, cuyas demandas en educación, salud, vivienda, trabajo rebasan la capacidad del Estado. Si a ello se suman el incremento de la delincuencia, la violencia, la pobreza, la marginalidad, este nuevo desencuentro agrava aun más nuestro ambiente congestionado. Por ello invocamos la tolerancia mutua como postura ideal para solucionar controversias y como base del convivir nacional, pues la sociedad obliga a sus individuos a mantener el equilibrio en pronunciamientos y actitudes que tienen como fin ultimo la paz social regida por principios inalienables. En moral y en política hay reglas que no se deben traspasar, pues su violación es adversa al anhelo de unión y de paz. Recordemos la frase bolivariana “el sistema de Gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.
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