El frustrado juicio contra el Fiscal genera sospechas sobre las razones que pudieron influir para que el Gobierno y la Asamblea Nacional coincidieran en apoyarlo y para la división irremediable del Movimiento PAIS

Fiscal Pesántez

El Fiscal Pesántez en su acalorada defensa.

La sombra de personajes que hace cinco años protagonizaron episodios políticos que conmovieron la vida nacional vuelve a merodear en círculos del Gobierno, la Corte de Justicia y la Asamblea Nacional. Sus actuaciones provocaron revueltas populares y el derrocamiento del Presidente Lucio Gutiérrez el 20 de abril de 2005.
Tras cuarenta meses de gestión del Presidente Rafael Correa, es notorio el desgaste experimentado en su imagen y en el Gobierno, por razones "naturales" de su estilo personal  y por el tiempo, a las que se suman circunstancias políticas recientes que han acelerado el deterioro, creando incertidumbres entre los ecuatorianos fieles que centraron en su torno esperanzas de cambio.
Esta vez todo comenzó con el proyecto de enjuiciamiento al Fiscal General, Washington Pesántez, que acabó en el archivo luego de tres meses de escandalizar al país con debates que rompieron la unidad del bloque legislativo del oficialismo y dejaron la sospecha de que se estaría reeditando la negociación de votos en la Asamblea Nacional.
El gran perdedor con el tema del Fiscal es el movimiento PAIS, que quedó irremediablemente dividido y débil, pese a que triunfó la posición mayoritaria por el archivo del juicio, contradiciendo declaraciones de varios de sus miembros que luego de asegurar el apoyo al juicio se abstuvieron, se ausentaron o votaron en contra.
Rafael Correa

En los 40 meses de gestión la imagen presidencial se ha desgastado por acción inevitable del tiempo y las adversidades políticas. El deterioro se grafica con la decolorida publicidad de la campaña.

La controversia había llegado al punto que, aunque la decisión hubiese sido el enjuiciamiento al Fiscal, el bloque de Alianza País quedaba igualmente dividido. La pregunta es: ¿Qué poderosas razones tuvo el Presidente Correa para defender a brazo partido al Fiscal y qué temores tuvieron los asambleístas de ese movimiento que votaron contra el juicio? Es difícil descartar de la percepción popular que el poder de Washington Pesantez deviene del conocimiento que tendría de las "debilidades" oficiales y en particular de las de algunas autoridades y legisladores.
En pleno debate sobre si se realiza o no el juicio, el Presidente Correa fue un ardiente opositor a tal proceso consustancial a la Asamblea Nacional y provocó cambios de su Gabinete que no pueden dejar de asociarse con negociaciones políticas. La "revolución ciudadana" ha ido acercándose cada vez más hacia personajes y tendencias contra quienes, precisamente, debía apuntar la "revolución". El retorno a lo mismo, marcha atrás, el país es incorregible, la corrupción política triunfa, son expresiones en la mente y en el habla cotidiana de los ecuatorianos en estos días.
Por si fuera poco, la Corte de Justicia archivó  el juicio contra el ex Presidente de la Corte Suprema, Jorge "pichi" Castro, quien anuló los juicios por peculado contra el ex Presidente Abdalá Bucaram en 2005, episodio que sería el comienzo del fin del gobierno de Lucio Gutiérrez, que influyó para que ese abogado presidiera la Corte y decidiera a favor de Bucaram, quien retornó al Ecuador el 17 de abril "libre de culpa", pero tuvo que regresar al exilio ante la revuelta popular que provocó este  hecho y sacó de Carondelet al Presidente Gutiérrez tres días después.
"Coincidencialmente", el Fiscal subrogante, Alfredo Alvear, pidió a la Corte de Justicia el 19 de abril archivar el juicio contra "Pichi" Castro, en vísperas de que Abdalá Bucaram Pulley, hijo del ex Presidente sindicado, diera su voto a favor del fiscal Pesantez en la Asamblea. Por añadidura, la intervención del Juez Luis Abarca, que acogió la petición de la Fiscalía, fue la última que cumplió como magistrado, pues horas después fue destituido del cargo junto con otros dos jueces implicados en archivar un juicio por narcotráfico.
Fernando Cordero

Fernando Cordero, Presidente de la Asamblea, forma con Pesántez y Correa un poderoso triunvirato.

Así anda entre sombras el Ecuador en estos días. También está bajo sospecha la puntualidad excepcional con la que se inició la reunión de la Asamblea el 27 de abril, cuando se decidió archivar el juicio al Fiscal y en ausencia de siete asambleístas del movimiento Madera de Guerrero, nuevo nombre del Partido Social Cristiano, que se atrasaron para esconder su decisión de coincidir con la posición oficial frente al proceso. "Un pacto con la derecha", comenta la ciudadanía, sorprendida por el nuevo giro que va dando la "revolución ciudadana" que había despertado tantas esperanzas de cambios radicales en el ejercicio político ecuatoriano. ¿Coincidencias?: nadie puede evitar las dudas.
Los miembros de PAIS que apoyaron el juicio al Fiscal Pesantez denuncian ser objeto de persecución y es gravísimo el caso del asambleísta Fernando González, de Tungurahua, separado del movimiento luego de formular graves denuncias de corrupción en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
El ambiente político ecuatoriano está cargado de nubarrones que sobrevuelan sobre el palacio de Gobierno, la Asamblea Nacional y la Corte Nacional de Justicia, mientras la imagen de fantasmas anteriores a la "revolución ciudadana" siembra inquietudes y temores entre los ecuatorianos.

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